lunes, 23 de noviembre de 2009

PUNTO DE IDENTIFICACION

Frank Laubach dedicó toda su vida a aprender a concentrarse en Jesús. Fue un psicólogo, educador y misionero en las Filipinas durante principios del siglo veinte y su carrera se derrumbó cuando vivía su década de los cuarentas. Perdió la oportunidad profesional que más deseaba. Sus planes para el pueblo maranao en las Filipinas fueron totalmente rechazados. Su esposa y él perdieron tres hijos por causa de la malaria, así que ella se llevó a su único hijo sobreviviente y se mudó a miles de kilómetros de distancia, dejando a Laubach en desesperada soledad.
Con profunda desesperación, Laubach se llevó a su perro Tip a la cima de la colina Sgnal, desde donde se podía ver completamente el Lago Lanao. El escribió lo siguiente:
Tip tenía su nariz bajo mi brazo y trataba de lamer las lágrimas de mis mejillas. Mis labios se comenzaron a mover y me dio la impresión de que Dios hablaba.
“Hijo mío has fracasado porque en realidad no amas a los maranaos. Te sientes superior a ellos porque eres blanco. Si solo olvidaras que eres norteamericano y pensaras solamente en cuánto los amo, ellos responderían”
Al atardecer le contesté: “Dios, no sé si me hablaste a través de mis labios, pero si así fue, es cierto. Todos mis planes se han hecho trizas. Sácame de mi mismo y ven, toma posesión de mi y piensa tus pensamientos en mi mente. Allí comenzó su experiencia espiritual notable del siglo veinte.
La extraordinaria práctica de Laubach de concentrarse en Cristo, lo condujo a convertirse en el defensor más influyente de la alfabetización, viajando a más de ciento tres países para dirigir un programa de alfabetización a nivel mundial. Fue el fundador de la Cruzada de Alfabetización Mundial, que todavía opera. Desarrolló el programa “Cada quien enseñe a uno”, se convirtió en un influyente consejero en política exterior para los presidentes estadounidenses durante los años siguientes a la Segunda Guerra Mundial.
Frank entendió que hay un punto de identificación con el pueblo al que amó y a quién quiero servir. Mirando a Jesús , él entendió el punto de identificación y lo logró.
¿Te estás identificando con aquellos a quienes quieres amar y servir?
Fue autor de libros que enseñaban a concentrarse en Cristo.
“Puestos los ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe, el cual por el gozo puesto delante de él sufrió la cruz, menospreciando el oprobio, y se sentó a la diestra del trono de Dios” Hebreos 12:2.
“El verbo se hizo carne y habitó entre nosotros” Juan 1:1.

¿COMO SABRAN?

Lectura: 1 Juan 4:7-21.
"El que ama a Dios, ame también a su hermano" 1 Juan 4:21
¿Alguna vez has notado que algunos cristianos actuaban de una manera decididamente no cristiana mientras trataban de demostrar cuán piadosos eran?
Un ejemplo es un hombre que cierra su himnario con ira y pone mala cara durante el resto del culto si el líder de la alabanza no canta todas las estrofas de una canción.
Otro ejemplo es la iglesia donde los miembros se oponen airadamente a añadir un nuevo culto dirigido a los jóvenes porque les disgusta el estilo de la música.
Luego está la iglesia en la que el pasillo central es una línea de demarcación entre dos clases sociales de personas que se niegan a mezclarse.
Como cristianos debemos defender la verdad tal y como se explica en la Biblia. Aunque la verdad no se ha violado en ninguna de estas situaciones, estas personas que profesan ser seguidoras de Cristo actúan de maneras decididamente carentes de amor. Eligieron proteger sus preferencias personales más que demostrar el amor de Jesús a un COmundo que observa.
Al leer 1 Juan 4:7-21, vemos que el amor de Dios busca transformar nuestro comportamiento. En Su amor, no reaccionamos con desdén hacia otros simplemente porque no estamos de acuerdo con ellos.
Jesús dijo: «En esto conocerán todos que sois Mis discípulos, si tuvieres amor los unos con los otros» (Juan 13:35). ¿Ven los demás el amor de Jesús en ti?
Una Iglesia de un sólo corazón y una sola mente contribuyen a conquistar al mundo.