domingo, 16 de noviembre de 2008

EL NECESITABA UN HIJO

La enfermera acompañó a un joven cansado y ansioso hasta la cama de un hombre mayor. Su hijo está aquí, le susurró al paciente. Tuvo que repetir esas palabras varias veces antes que los ojos del paciente se abrieran. Estaba bajo los efectos de un fuerte sedante debido al dolor por su ataque al corazón, y veía confusamente al joven parado en el exterior de su carpa de oxígeno.
Extendió su mano y el joven la tomó firmemente con las suyas, transmitiéndole un mensaje de aliento. La enfermera trajo una silla al lado de la cama. Toda la noche el joven estuvo sentado sosteniendo la mano del anciano y dándole suaves palabras de esperanza. El moribundo no decía nada y mientras se sostenía firmemente de su hijo.
Al acercarse la madrugada, el paciente murió. El joven puso sobre la cama la mano sin vida que había estado sosteniendo y fue a notificar a la enfermera. El joven esperó, mientras la enfermera hacía lo necesario. Cuando concluyó su tarea, la enfermera comenzó a prodigar palabras de consuelo al joven. Pero él la interrumpió.
-¿Quién era ese hombre?, le preguntó.
-Yo creí que era su padre, contestó la sorprendida enfermera.
-No, no era mi padre, contestó él, nunca antes lo había visto.
-¿Por qué, entonces, no me dijo nada usted cuando lo llevé hasta él?, le preguntó la enfermera.
-Él replicó, Yo también sabía que él necesitaba a su hijo, y su hijo no estaba aquí. Cuando me di cuenta que estaba demasiado enfermo como para distinguir si yo era o no su hijo, comprendí cuánto me necesitaba.

Colosenses 3:12 -1512. Por tanto, como escogidos de Dios, santos y amados, vestíos de profunda compasión, de benignidad, de humildad, de mansedumbre y de paciencia,13. soportándoos los unos a los otros y perdonándoos los unos a los otros, cuando alguien tenga queja del otro. De la manera que el Señor os perdonó, así también hacedlo vosotros.14. Pero sobre todas estas cosas, vestíos de amor, que es el vínculo perfecto.15. Y la paz de Cristo gobierne en vuestros corazones, pues a ella fuisteis llamados en un solo cuerpo; y sed agradecidos.

ATREVETE A SER DIFERENTE

Lectura: 2 Corintios 5:12-21
Así que, somos embajadores en nombre de Cristo. —2 Corintios 5:20
Como mi padre era un pastor, me pegaron la chapa con la que se le conoce a todo hijo de pastor: HP. Pero, para gran decepción de la congregación, el título no me impidió ser un pequeño travieso. Ya perdí la cuenta de las veces que escuché la frase: «Pepito, eres el hijo del pastor. Debes ser un ejemplo». ¡Pero yo no quería ser un ejemplo! ¡Sólo tenía 5 años y quería divertirme con mis amigos!
Admitámoslo: a menudo, ser un ejemplo trata acerca de ser diferente. Pero la mayoría de nosotros no queremos ser diferentes. Queremos gustarle a la gente, y la manera más segura de hacerlo es no desentonando. Pero seguir a Cristo nunca se ha tratado de no desentonar. Seguirle significa ser como Él, responder a la vida y relacionarse con las personas como Él lo hacía. Ser diferente es un poquito arriesgado e incómodo. Pero de eso trata ser un «embajador en nombre de Cristo» (2 Co. 5:20) —de llevar la maravillosa diferencia de tu Rey y ser una influencia en el territorio que se te ha asignado: tu hogar, tu oficina, tus amistades. Representar al Rey no es simplemente nuestro llamado; es un gran honor.
En retrospectiva, puedo ver cómo mis travesuras como HP hicieron quedar mal a mi papá. Es motivador recordar que nuestras actitudes y acciones contrarias a Jesús también hacen quedar mal a nuestro Rey.
¡Haz una diferencia atreviéndote a ser diferente!
Atrévete a ser diferente —por causa del Padre.

COMO ALCANZAR LAS METAS DE DIOS

Hay sueños que provienen del corazón de Dios y hay sueños nuestros. Los sueños nuestros pueden ser alcanzados a través de nuestra capacidad humana, a través de nuestros recursos e influencia. Los sueños de Dios son alcanzados a través de su poder .

La fuerza humana o “instrumentos” humanos nunca serán suficientes para alcanzar los sueños de Dios. Cuando comparamos nuestra fuerza con la fuerza de Dios, no hay comparación, cuando comparamos nuestros “arcos” con el “arco de Bronce”, el arco de Dios, nuestros instrumentos son débiles, y con muchas limitaciones.


Dios también le dice a Zorobabel, “No es con ejercito”. Un ejército es un grupo de hombres, un grupo de soldados a la disposición de un capitán. La palabra ejército también puede ser interpretada como recursos, influencia, dones o habilidad. Nada de esto es suficiente le dice Dios a Zorobabel, necesitas el poder de Dios.
Es obvio que el Señor utilizará nuestras habilidades y recursos pero nunca serán suficientes, nos quedamos cortos cuando solo dependemos de ellos.

Si en este momento tu haces un inventario de tus recursos, habilidades e influencia y decides que puedes lograr el sueño que hay en tu corazón, ese es un sueño tuyo, esto de ninguna manera quiere decir que el sueño sea malo, hay sueños buenos que pueden ser logrados con solo nuestra habilidad y recursos.

Los sueños de Dios, en cambio, parecen imposibles de alcanzar cuando los comparamos con nuestra habilidad. Cuando logramos los sueños que Dios puso en nuestro corazón, nos damos cuenta que El es el digno de la gloria y el reconocimiento, nosotros solo somos instrumentos en sus manos.
Esto es lo que Dios quiere hacer con cada uno de nosotros. Seremos sorprendidos cuando El ponga sus manos sobre nuestro arco débil.
No importa cuan grande sea nuestro talento o nuestra habilidad, los sueños de Dios se alcanzan con el poder de Dios.
No importa que tan pocos o vastos sean nuestros recursos. Los sueños de Dios se alcanzan con los recursos de Dios.

¿Estás confiando en El?