lunes, 25 de enero de 2010

LOS LENTES DEL ALMA

Paula, una joven de escasos 12 años, visitaba por primera vez al optómetra , el cual le diagnosticó miopía en ambos ojos.
- Sientes que no puedes ver bien de lejos, Paula. – dijo el doctor.
- Sí, se me dificulta mucho hacerlo.- afirmó Paula
- Te sientes muy mal por esto, verdad ?- dijo el doctor
- Sí, lo que más me afecta es que no puedo distinguir a cierta distancia el rostro de algunas personas, ni observar de lejos el amanecer, las cosas se me vuelven cada vez más borrosas, y todo a mi alrededor parece tan confuso – afirmó Paula, triste y preocupada por lo que le ocurría.
- Bueno, para esto hay solución, te formularé unos lentes de acuerdo a tu problema, para que los utilices permanentemente, y esto te ayudará a ver mejor.
Pasados unos días, Paula, volvió nuevamente donde el doctor para reclamar sus lentes nuevos, y al colocárselos miró sorprendida por la ventana de aquel consultorio.
- Oh, qué maravilloso!, por fin puedo ver !
El doctor orgulloso por la labor cumplida, le pregunto:
- Qué observas Paula ?
- Veo todas las cosas como son realmente, puedo distinguir el rostro de las personas, veo los bellos colores de las flores, puedo leer a largas distancias, pero lo que más me gusta es que puedo ver más claro mi horizonte y ya no es confuso como antes.
Así como Paula habemos muchos que tenemos enfermos los ojos del alma, del corazón, tal vez con el mismo diagnostico de la “miopía espiritual”, la cual nos ciega, y no nos permite ver mas allá de nuestros problemas y dificultades.
Por eso, el mejor médico del alma es Dios, que con su amor y su paciencia, nos da la bendición de su espíritu y una nueva forma de ver las cosas.
Si tu horizonte lo ves opaco por las desesperanzas ocurridas, si las personas te defraudan porque no puedes distinguir sus verdaderas inLOS LENAAtenciones, si pareciera que no vieras el peligro que hay a tu alrededor, si todo es tan confuso, si no miras el futuro con optimismo y tenacidad, si no sabes quién eres ó cuánto vales y por eso no distingues la luz que hay dentro de ti, por lo borroso que están tus ojos de llorar y de sufrir por los fracasos, entrega tu vida a Jesús , el mejor médico que puede darle “lentes a tu alma”
Autor : Julie Pauline Escorcia, Colombia
Apoc 3:18 Por tanto, yo te aconsejo que de mí compres oro refinado en fuego, para que seas rico, y vestiduras blancas para vestirte, y que no se descubra la vergüenza de tu desnudez; y unge tus ojos con colirio, para que veas.

AGRANDALO

Lectura: Isaías 6:1-10.
"En el año que murió el rey Uzías vi yo al Señor sentado sobre un trono alto y sublime, y sus faldas llenaban el templo" Isaías 6:1
Después de pedir lo que queríamos comer en un popular restaurante de comida rápida, los cajeros solían hacer la famosa pregunta: «¿Le gustaría pedir algo más?» En esencia, les estaban preguntando a los clientes si querían más de lo que ya estaban adquiriendo.
De manera similar, cuando venimos a la presencia de Dios, creo que Él nos pregunta: «¿Te gustaría pedir algo más para conocerme mejor hoy?»
Isaías tuvo una experiencia de ese tipo con Dios. Fue a través de un doloroso evento en su vida que Isaías vio al Señor «alto y sublime» (Isaías 6:1). A través de este encuentro, Dios agrandó el nivel de entendimiento que Isaías tenía en cuanto a Su santidad. Él vio la completa excelencia moral de Dios que unifica Sus atributos.
Dios también agrandó la convicción de Isaías en cuanto a su propio pecado (v. 5). Esto llevó a una ampliación de su entendimiento en cuanto al perdón y la purificación totales de Dios (vv. 6-7). Sólo cuando Isaías entendió la profundidad de su pecado, pudo apreciar y aceptar el perdón y la purificación de parte de Dios. Finalmente, su encuentro con Dios llevó a Isaías a declarar su disponibilidad y compromiso para tenderles la mano a los demás y ayudarles a incrementar su entendimiento de Dios (vv. 8-9).
Pidámosle a Dios que agrande nuestro entendimiento de Su grandeza hoy.
Saber acerca de Dios es fascinante. Conocer a Dios personalmente te cambia la vida.