martes, 10 de febrero de 2009

EL CRUCE

POEMA DE ANTONIO MACHADO - CAMINANTE NO HAY CAMINO

Todo pasa y todo queda,
pero lo nuestro es pasar,
pasar haciendo caminos,
caminos sobre el mar.

Nunca persequí la gloria,
ni dejar en la memoria
de los hombres mi canción;
yo amo los mundos sutiles,
ingrávidos y gentiles,
como pompas de jabón.

Me gusta verlos pintarse
de sol y grana, volar
bajo el cielo azul, temblar
súbitamente y quebrarse...

Nunca perseguí la gloria.

Caminante, son tus huellas
el camino y nada más;
caminante, no hay camino,
se hace camino al andar.

Al andar se hace camino
y al volver la vista atrás
se ve la senda que nunca
se ha de volver a pisar.

Caminante no hay camino
sino estelas en la mar...

Hace algún tiempo en ese lugar
donde hoy los bosques se visten de espinos
se oyó la voz de un poeta gritar
"Caminante no hay camino,
se hace camino al andar..."

Golpe a golpe, verso a verso...

Murió el poeta lejos del hogar.
Le cubre el polvo de un país vecino.
Al alejarse le vieron llorar.
"Caminante no hay camino,
se hace camino al andar..."

Golpe a golpe, verso a verso...

Cuando el jilguero no puede cantar.
Cuando el poeta es un peregrino,
cuando de nada nos sirve rezar.
"Caminante no hay camino,
se hace camino al andar..."

Golpe a golpe, verso a verso.

HOY..ESPERO POR COPLETO EN LA GRACIA DE DIOS

“Por tanto, ceñid los lomos de vuestro entendimiento, sed sobrios, y esperan por completo en la gracia que se os traerá cuando Cristo sea manifestado” I Pedro 1: 13.
Un día mientras caminaba por un grande campo note que ese campo no lo habían trabajado lo suficiente y el zacate estaba muy largo. Pense para mis adentros y dije: Si ese campo fuera ahora mío quizá tampoco yo lo cortaría porque eso exige demasiado trabajo , mucho tiempo y mucho dinero para arreglarlo. Pero, cuando dije eso, inmediatamente llegó a mi mente el pensamiento de que la mayoría de las cosas que hacemos en la vida exige inversión, tiempo y paciencia. Para terminar un largo proyecto tal como cortar y preparar un gran campo, pintar de una casa o construir una iglesia requiere esfuerzo día a día para ir terminando paso por paso las etapas de ese proyecto.
Pablo habla acerca de competir en los juegos y lo compara con la vida cristiana y nos dice que eso exige esfuerzo y entrenamiento. Cada día, como creyente, necesito al igual que el atleta entrenar cada día. Así como el cuerpo del atleta a través del entrenamiento se vuelve más y más fuerte, con mi entrenamiento espiritual mi alma se torna más y más fuerte.
Si hoy salgo victorioso sobre el pecado y los problemas de la vida, eso exigirá de mi más y más entrenamiento espiritual parta estar más capacitado para la próximabatalla. Hoy necesita mantener las disciplinas personales y espirituales vivas. El éxito en la vida cristiana viene por la disposición al sacrificio cuando esto es necesario para alcanzar las metas.
Un creyente no crecerá en su relación con el Señor sin metas diarias personales. Metas de amar y servir al Señor más efectivamente. Crecer en unidad con Cristo requiere el proceso de entender la mente de Cristo y seguir su liderazgo en nuestras vidas. Si hoy quiero ser exitoso en mi caminar con el Señor, necesito evaluar mi condición espiritual por las pequeñas victorias que Dios me permite tener. Debo guardar mi mente para que no se concentre en lo temporal lo cual se destiñe.
El Apóstol Pedro me dice hoy que debo ceñir los lomos de mi entendimiento, sed sobrios y esperar por completo en la gracia de Dios y en ello voy a concentrarme en este día. Hoy quiero recordar que la fama terrenal es corta y rápidamente desaparece.
Hoy quiero esperar por completo en tu gracia Señor y entender que la misma vida me exige entrega, dedicación diligencia y constancia para alcanzar la metas que están por delante de mi. Se que eres mi abrigo y mi refugio y las fuerzas que necesito para seguir adelante solo vienen de ti. Hoy quiero ceñir los lomos de mi entendimiento y ser sobrio mientras espero en tu gracia. Amén.

EL PERDON III PARTE

Diapositiva cristiana que habla del perdón, una palabra tan usada pero tan poco practicada por muchos creyentes hoy en día.

LA CLAVE DEL FRACASO

Es imposible tratar de agradar a todo el mundo siempre. Cualquier persona que lleva una vida pública sabe que la gente es inconstante. Una persona puede ser sumamente popular un día y al día siguiente, pasar inadvertida.
En el siguiente poema se describe una mejor manera de vivir:
Existe un solo método para aprobar el examen de la vida:sigue luchando y espera lo mejor;no abandones el barco y dejade lado el abatimiento,aunque recibas golpes en vez de flores.
Este mundo sería tedioso sitodos cargáramos conlas penas,si todos conserváramos esavisión.
Así que termina tu tarea,haz gala de lo mejorde tus habilidades,Puede ser que a algunos no les guste,pero a otros sí.
(Anónimo)
Una canción popular de hace veinte años parecía referirse a lo mismo cuando decía: No puedes agradar a todo el mundo, agrádate a ti mismo. Sin embargo, el cristiano debe apuntar más alto: No intentes agradar a nadie más que al Señor. Sigue sus pisadas, guarda sus mandamientos y esfuérzate al máximo por cumplir su divina voluntad en cuanto a tu vida. Al final, agradar a Dios es lo único que importa.
No conozco la clave del éxito, pero la llave del fracaso es tratar de agradar a todos.
Mateo 6:24Nadie puede servir a dos señores, porque o aborrecerá a uno y amará al otro, o se apegará a uno y despreciará al otro.

HACIENDO MELODIA

Hablando entre vosotros con salmos, con himnos y cánticos espirituales, cantando y alabando al Señor en vuestros corazones. —Efesios 5:19
¿Sabes por qué zumban las abejas? ¡Porque no recuerdan la letra!
Irónicamente, el viejo chiste me recuerda una historia en serio acerca de un hombre que estaba a la espera de una cirugía para un bypass en el corazón. Estaba consciente de que las personas pueden morir en una operación así. Mientras pensaba en todo lo que podía salir mal, comenzó a sentirse muy solo.
Luego un camillero entró en su habitación para llevarle a cirugía. Cuando el joven comenzó a empujar su camilla por el corredor, el paciente le escuchó tararear un antiguo himno irlandés, «Be Thou My Vision» («Sé Tú mi visión»). Esta melodía despertó los recuerdos de este hombre de los exuberantes campos verdes y las antiguas ruinas de piedra de irlanda, su país natal. El himno inundó su alma de un fresco aliento a casa. Cuando el camillero terminó de tararearlo, prosiguió con el himno de Horatio Spafford, «It Is Well With My Soul» («Mi alma está bien»).
Cuando se detuvieron a la entrada de la sala de cirugía, el hombre le agradeció por los himnos. «Dios le ha usado hoy —le dijo—, para eliminar mis temores y restaurar mi alma». «¿Qué quiere decir?» —preguntó el camillero sorprendido. «Sus ‘tarareos’ me llevaron a Dios» —respondió el hombre.
«Grandes cosas ha hecho Jehová con nosotros» (Salmo 126:3). Él ha llenado nuestro corazón con canciones. Incluso puede que use nuestros «tarareos» para restaurarle el alma a alguien.
La alabanza fluye libremente desde el coro de los redimidos.