viernes, 27 de febrero de 2009

HOY..LO AMARE AUN MAS...AUNQUE NO LO HE VISTO

“Ustedes aman a Jesucristo, aunque no lo han visto; y ahora creyendo en él sin haberlo visto, se alegran con una alegría tan grande y gloriosa que no pueden expresarla con palabras” I Pedro 1:8
Mi vida fue profundamente impactada por el amor del Señor que he quedado sin palabras para expresar el impacto de su amor en mi solitario corazón. EL Arzobispo de Cambray, Francois Fenelon, también fue impactado por el amor de Dios y por ello en 1713 escribió: “ Usted podrá preguntarme, cómo es posible que un hombre se entregue a algo que no ha sentido y especialmente cuando se trata de un objeto que no ve y con el cual no tiene ninguna familiaridad? Pues bien, todos los días de su vida usted ama cosas que no ve. Por ejemplo, acaso ve usted el ingenio de sus amigos? Ve acaso su sinceridad, su desinterés, su virtud?. Usted no puede ver estas cosas con los ojos del cuerpo y, sin embargo, usted las valora y aprecia hasta el grado de que prefiere verlas en sus amigos antes que las riquezas o la hermosura externa o cualquier otra cosa que sea muy llamativa a la vista. Ame pues la sabiduría y la suprema bondad de Dios, así como es capaz de amar el ingenio y la imperfecta bondad de sus amigos. Y si no puede actualmente experimentar el sentimiento del amor por lo menos puede tener un deseo y una voluntad de amar, lo cual constituye el punto esencial.
William Law dijo: “Yo no entiendo el amor como una ternura natural que la tiene más o menos toda la gente común según su constitución o temperamento, sino la tendencia más profunda del espíritu que, fundada en la razón y en la piedad, nos hace delicados, bondadosos y amables con todas las criaturas de Dios, por amor a él a quien amamos sin haberle visto”.
Epíteto en el año 60 antes de Cristo dijo: “Eres una porción distinta de la esencia de Dios y contiene una parte de él en ti mismo. Por qué, pues , eres tan ignorante acerca de tu noble origen? Por qué no consideras de donde vienes? Por qué no recuerdas, cuando estas comiendo, a quien estás alimentando? No sabes acaso que estás alimentando lo divino? Lo divino que tu representas? Llevas a Dios contigo y tú, pobre infeliz, no lo sabes”. Estas palabras fueron escritas muchas años atrás en la historia y la Biblia lo recuerda, En Señor esta hoy en mi.
Señor. Gracias por vivir en mi. Por darme la persona de tu Espíritu para guiarme y enseñarme. En este día te amaré más aunque no te haya visto. Amén.

PASO LA COSECHA

Era primavera, la mañana hermosa
llena de perfumes, de trinos, de sol,
se infiltro alegre y gozosamente
dentro de los pliegues de mi corazón.
El maestro vino, me hablo quedamente:
¿No irás a los campos como sembrador?
Pero la mañana me llenaba el alma
y dije: Maestro déjame quedar

... y llego el verano, y el primer rocío,
que cayo abundante sobre la amplia mies,
y puso en el aire su alito sedante,
con mano piadosa refresco mi sien.
El maestro vino, me hablo suavemente:
¿Mis semillas tiernas, no iras a cuidar?
Más dije: maestro déjame quedar,
cuando el otoño apague sus luces
correré a tus campos y podré segar.

... y llego el invierno, todo estaba blanco,
hacía mucho frío, no brillaba el sol,
la nieve y el hielo lo cubrían todo,
y hasta se acercaron a mi corazón.
Entonces, voluntariamente me ofrecí al maestro,
todos mis esfuerzos, todos mis anhelos,
todo don precioso que habitaba en mi,
más El, movió la cabeza, y me dijo triste
con su suave voz:
"Pasó la cosecha, solo hay un poco
de trigo que no se junto, más fue
tu torpeza la que lo dejo,
el placer del año pasaste afanoso,
cuando yo llamaba no oíste mi voz
y hoy, ¿Para que te sirve tu remordimiento?
... ¿Qué será del trigo que no se junto?..."

LA FE QUE MUEVE MONTAÑAS

Una pequeña congregación en las faldas de las Montañas “Great Smokies” construyó un Nuevo santuario en un lote de terreno donado por un miembro de la iglesia.

Diez días antes de que la nueva iglesia fuese inaugurada, el inspector municipal de la localidad le informó al pastor que la playa de estacionamientos no era lo suficientemente grande para el tamaño del edificio. Hasta que la iglesia doblase el tamaño de la playa de estacionamientos, no podrían utilizar el nuevo santuario.

Desafortunadamente, la iglesia con la playa de insuficiente tamaño había usado cada pulgada de su terreno excepto por la montaña contra la que había sido construida. Para poder construir más estacionamientos, tendrían que sacar la montaña fuera de su patio trasero. Sin amilanarse, el
pastor anunció el siguiente domingo en la mañana que se reuniría esa noche con todos los miembros que tuviesen una “fe que mueve montañas”. Ellos celebrarían una sesión de oración pidiéndole a Dios que removiese la montañan de su patio trasero y que de alguna manera proveyese suficiente
dinero para pavimentarlo y pintarlo antes de la fecha del culto de inauguración la semana siguiente.

En el tiempo señalado, 24 de los 300 miembros de la congregación se reunión para orar. Oraron por casi tres horas. A las diez de la noche, el pastor pronunció el “amén” final. “Celebraremosel culto de inauguración el próximo domingo tal y como está programado”, les aseguró a todos. “Dios nunca nos ha fallado antes y estoy seguro de que será fiel en esta ocasión también”.

A la siguiente mañana mientras trabajaba en su estudio, oyó un fuerte golpeteo en su puerta. Cuando gritó “entre”, un capataz de aspecto rudo apareció, quitándose el casco al entrar. “Perdóneme, Reverendo. Soy de la Compañía de Construcción Acme del condado aledaño. Estamos
construyendo un enorme centro comercial allá y necesitamos algo de tierra para relleno. ¿Podría usted vendernos un pedazo de esa montaña detrás de su iglesia? Le pagaremos por la tierra que removamos y le pavimentaremos el área desocupada a costo nuestro, si la podemos tener de una vez.
No podemos hacer nada más hasta que rellenemos con tierra y le permitamos asentarse”.

Aquella pequeña iglesia fue dedicada el siguiente domingo de acuerdo al plan original y ¡hubo muchísimos más miembros con “fe que mueve montañas” en el domingo inaugural que los que había habido la semana anterior!

¿Nos hubiéramos nosotros presentado para aquella reunión de oración? Alguna gente dice que la fe viene de los milagros. ¡Pero otros saben que los milagros vienen por la fe!

–¡Mujer, qué grande es tu fe! –contestó Jesús–. Que se cumpla lo que quieres. Y desde ese mismo momento quedó sana su hija. Mateo 15:28

Porque ustedes tienen tan poca fe –les respondió–. Les aseguro que si tienen fe tan pequeña como un grano de mostaza, podrán decirle a esta montaña: ‘Trasládate de aquí para allá. Mateo 15:20

Les aseguro que si tienen fe y no dudan –les respondió Jesús–, no sólo harán lo que he hecho con la higuera, sino que podrán decirle a este monte: ‘¡Quítate de ahí y tírate al mar! Mateo 21:21

LA MANSIÓN DE MI TÍA EVA

Sucedió en el año 1951, y la impresión que me dejó nunca la he podido olvidar. Mi esposa y yo estábamos de visita en casa de un tío mío a quien no habíamos visto por años. Su esposa, mi tía Eva, estaba enferma con una de las más temibles de las enfermedades: cáncer. Ella ya había sufrido una operación, pero debido a su condición avanzada, no habían podido detener la enfermedad.

Durante mi visita, que duró una semana, ella nunca dio indicios de dolor. Al contrario, se reía con frecuencia y hacía sus quehaceres con alegría.

Un día le pregunté a mi tío cómo podía ella mostrar tanta conformidad con una enfermedad así.

—Parece, Pablo —me contestó—, que ella vive en otro mundo. Está muy grave, y tiene dolor constante, pero nunca se queja, ni cuando estamos solos. Es más bien una muy viva y genuina esperanza lo que ella tiene.

Ante eso, le pregunté:

—¿Acaso cree ella que se va a sanar?

—¡Oh, no! —me contestó—. Al contrario, ella sabe que va a morir. Su esperanza consiste en la otra vida. Tiene una especie de ansia de morir: como quien va de vacaciones y no se aguanta, porque está llegando la hora de partir.

Eso me dejó hasta débil. Yo sabía a qué esperanza se refería él, pero nunca la había sentido tan de primera mano, especialmente en mi propia familia.

El día que partimos, ellos estaban en la puerta, dándonos el último adiós. De repente, mi tía dijo:

—Pablo, quisiera cantarles algo antes de que se vayan.

Ella no tenía voz de cantante, pero tenía un canto en el corazón, así que comenzó a entonar esta canción: «Yo tengo mi mansión, al otro lado del río. / Mi Cristo me espera con anhelo. / Por eso no estoy triste, aunque sigo sufriendo. / Porque yo sé que pronto tendré mi recompensa.»

Cuando ella terminó de cantar, yo tenía un gran nudo en la garganta. Sentí que ese adiós era de veras el último. Di la vuelta para ocultar la emoción que me embargaba, abordamos nuestro vehículo y partimos. A los seis meses, mi tía Eva murió, es decir, partió. Porque para una persona con una fe tan viva, no hay muerte; sólo traslado.

Dios nos creó a todos para ser eternos, y desea que pasemos la eternidad con Él. Esa esperanza puede ser también nuestra. Jesucristo les dijo a sus discípulos: «En el hogar de mi Padre hay muchas viviendas…. Voy a prepararles un lugar. Y si me voy y se lo preparo, vendré para llevármelos conmigo. Así ustedes estarán donde yo esté» (Juan 14:2,3). Por eso el apóstol Pablo escribió: «Porque para mí el vivir es Cristo y el morir es ganancia» (Filipenses 3:21).

Aceptemos esta fuente de esperanza. Cristo nos ofrece a todos la vida eterna.

ORACIONES FILTRADAS

Tengo unas amigas que pasan horas cada día intercediendo en oración. Sus hijos ya son adultos y se han ido, así que ellas pueden dedicar más tiempo a interceder. Yo no estoy en la misma fase de la vida. Sin duda, oro todos los días y tengo un diario de oración en el que escribo con regularidad. Pero durante estos años tan ocupados en los que mis tres hijos consumen la mayoría de mis horas despierta, también encuentro fortaleza en oraciones pequeñas. Me gusta llamarlas “Oraciones Filtradas”.
Todas estas oraciones cortas, recursos de poder, se manifiestan a través de los evangelios:
Los discípulos oraron: “¡Señor, sálvanos!

”La madre atormentada oró: “¡Señor, ayúdame!”
El soldado clamó: “Señor, mi siervo esta sufriendo…”
El maestro de la Ley dijo: “Maestro, te seguiré…”
El leproso dijo: “Señor, tu puedes limpiarme…”
El ciego gimió: “Ten misericordia de nosotros, Señor…”
Hoy mis oraciones pequeñas son algo así:
“Rodéanos con tu amor”.
“Enséñame”.
“Llénanos con tu Espíritu”.
“Ayúdame a ser paciente”
.“Por favor da sabiduría a los niños”.
“Los niños necesitan ser guiados”.
“Gracias, Señor”.
“¡Qué tremendo, Dios!”
“¡Tú eres maravilloso!”
Algunas oraciones son pedidos de ayuda. Otras, un simple reconocimiento de los hechos. La forma o apariencia de las oraciones en realidad no importa. No hay restricciones de cómo o cuándo se deben filtrar. Envíelas hacia el cielo mientras coloca las muñecas o los carritos en la caja de juguetes por enésima vez, al hacer la fila en el supermercado, o en un congestionamiento de tráfico.
Para aquellos de nosotros que somos padres agobiados, lo más importante es conectarnos con Dios y ligar el alma a nuestra fuente divina. Así como un suave toque al interruptor genera poder para iluminar un cuarto, también nuestras pequeñas oraciones nos conectan con Dios y desatan su energía, que nos fortalece para enfrentar el día.

Efesios 6:18Con toda oración y súplica orad en todo tiempo en el Espíritu…

NO TE OLVIDAMOS

Lectura: Hebreos 11:24-40
Porque Dios no es injusto para olvidar vuestra obra y el trabajo de amor que habéis mostrado hacia su nombre, habiendo servido a los santos y sirviéndoles aún. —Hebreos 6:10
Cuando el hombre más anciano de Gran Bretaña cumplió 111 años, aviones antiguos volaron por el cielo y la banda de los Infantes de la Marina Real tocó «Feliz Cumpleaños». Según el diario británico Daily Mirror, Henry Allingham quedó asombrado por toda la atención. Hasta hacía seis años, él había mantenido en secreto durante 86 años los horrorosos recuerdos de lo que había sucedido en las trincheras de la I Guerra Mundial. Este anciano, que había sido blanco de proyectiles, bombas y que al final había sido herido, no recibió honor alguno por lo que había soportado a favor de su país sino hasta que la Asociación de Veteranos de la I Guerra Mundial le encontró.
La historia de la Biblia nos ofrece historias parecidas a la de Henry. Las Escrituras muestran que aquellos que libran las batallas de Dios a menudo terminan heridos, encarcelados e incluso asesinados como resultado de su servicio.
Los cínicos podrían observar esas vidas y con un suspiro llegar a la conclusión de que no hay buena acción que no reciba castigo. Pero el autor de Hebreos ve un panorama más amplio. Él nos recuerda que un día Dios honrará absolutamente todo lo que hayamos hecho con fe y amor (6:10).
¿Te sientes desalentado hoy? ¿Te sientes insignificante? ¿Te sientes olvidado después de tratar de servir a Dios? ¿Ten la seguridad y la tranquilidad de que Dios no olvidará nada de lo que has hecho en tu servicio a Él o a los demás.
Dios recuerda el bien que olvidamos.