viernes, 29 de agosto de 2008

HOY.. A PESAR DE.. ME ALEGRARE EN EL SEÑOR

“Con todo, yo me alegraré en Jehová , Y me gozaré en el Dios de mi salvación”. Habacuc 3:18.
Hoy me siento nuevamente seguro de saber que Dios está desarrollando mi vida de una manera muy especial. En varias facetas Dios está trabajando y una de las facetas que él esta obrando en mi vida cristiana es la faceta del : Aunque todavía no, apesar de…y hoy debo responder a esto. Habacuc lo expresó cuando dice: Aunque….. a pesar de o con todo, yo me alegraré en el Señor.
Habacuc veía la invasión de Babilonia y él podía ver que en poco tiempo la higuera no florecería, las vides no darían fruto, faltaría el producto del olivo, los labrados no darían mantenimiento, las ovejas serían quitadas de las majadas y las vacas de los corrales, pero Habacuc dijo: Con todo esto, a pesar de : yo me alegraré en el Señor.
Es fácil alabar al Señor en medio de la plenitud y la abundancia. Es fácil adorar a Dios en medio del exito y la prosperidad, pero alabarlo y exaltarlo en medio de la pobreza, la soledad y la angustia es otro asunto. Es fácíl cantar ALELUYA CUANDO EL ESTOMAGO ESTA LLENO, pero cómo cantar aleluya cuando la alacena esta vacía?
No quiero tener hoy un cristianismo que es el resultado de un estomago confortable y de una prosperidad impresionante. Cuando Dios permite que una Babilonia me invada para enseñarme lecciones de dependencia en él yo quiero decir como Habacuc. “Con todo me regocijare en Dios y me gozaré en el Dios de mi salvación”.
Hoy no quiero ser un soldado de los que estan hermosasmente vestidos para los desfiles o paradas militares, sino un soldado que corre por el campo de batalla sin adornos ni lujos pero con el rifle en la mano. A veces me gusta las banderas, las bandas militares y las paradas pero me pone nervioso el fuego del campo de batalla. Pero hoy, si necesito pasar por el campo de batlla, quiero decir como Habacuc… Con todo me regocijaré en el Señor.
Si pongo mi mirada y mi confianza en Dios no me preocuparan los tadavía no, ni los aunque…..sino que dire..Con todo me recocijaré en él.
Señor. Gracias por tu misericordia y amor tan infinitos. Haz prometido estar a mi lado y esa promesa es real y única. Aunque venga Babilonia para devastar lo que tanto me gusta ver, las higueras florecidas, las vides con sus frutos, las ovejas en la majada y las vacas en lo corrales, entenderé que si en algún momento pierdo eso, estas enseñandome a depender y esperar en ti y entonces con todo yo me recocijaré en ti y me gozaré en tu amor y tu presencia. Aunque….a pesar de….con todo yo me regocijaré en tu amor tan hermoso y dulce para mi.Amén.

VUELVE A CASA

Había una vez una viuda, que vivía con su hijo en un miserable desván. Años atrás, la mujer se había casado en contra de la voluntad de sus padres y se marchó a vivir con su esposo en un lejano país.
Su esposo fue un hombre infiel e irresponsable y después de varios años, murió son haber hecho provisión alguna para ella y su hijo. Con gran dificultad, logró hacer frente a las necesidades básicas de la vida.
Los momentos más felices en la vida del niño, fueron cuando la madre lo tomaba en sus brazos y le contaba sobre la casa de su abuelo en el antiguo país. Ella le hablaba sobre el césped verde, los elevados árboles, las flores silvestres, las hermosas pinturas y las deliciosas cenas.
El chico nunca había visto la casa de su abuelo, pero para él, era el lugar más hermoso en todo el mundo. Anhelaba la llegada del momento, en que iría a vivir allí.
Cierto día, el cartero tocó a la puerta del desván. La madre reconoció la escritura en el sobre y con dedos temblorosos lo abrió. En su interior había un cheque y una hoja de papel en la que podía leerse solo tres palabras: “Vuelve a casa”.
Igual que este padre y el hijo pródigo, nuestro Padre celestial extiende sus brazos y nos recibe otra vez, en aquel lugar de descanso y restauración espiritual, al final de un día agotador.
Dios no nos pide que nos preparemos a recibir el castigo por los fracasos del día. Él tan solo nos da la bienvenida a sus sanadora presencia, como hijos redimidos por la sangre de su propio Hijo. Es allí, donde Él nos asegura que comprende nuestros dolores, fracasos y nos concede el milagro de milagros: continúa amándonos.
El Padre, te extiende un llamado para que regreses a casa. ¿Por qué no concluyes tu día, en la comodidad y provisión de su presencia?

Lucas 15:24Porque este mi hijo muerto era y ha revivido; se había perdido y es hallado.

UNA NOBLE PETICION

Lectura: Hechos 9:1-9
Él, temblando y temeroso, dijo: Señor, ¿qué quieres que yo haga? . . . --Hechos 9:6 (RV-60).
Cuando era estudiante de seminario, a menudo me sentía impresionado con las historias de cristianos que causaban un gran impacto para Dios. Así que le pedía al Señor que me diera el mismo poder y discernimiento espiritual que ellos tenían. Superficialmente, eso parece una petición noble. Pero un día me di cuenta de que en realidad era una oración egoísta. Entonces, en vez de pedir a Dios que me hiciera como otra persona, comencé a pedirle que me mostrara lo que Él quería que yo hiciera.
Cuando Saulo de Tarso se convirtió en el camino a Damasco, hizo dos preguntas. La primera fue: "¿Quién eres, Señor?" Al darse cuenta de que estaba en la presencia del Dios vivo, sólo una pregunta importaba: "Señor, ¿qué quieres que yo haga?" (Hechos 9:5-6). Saulo reconocía que la obediencia a la voluntad de Dios para él tenía que ser el foco central del resto de su vida.
Las peticiones sobre salud, sanidad, éxito e incluso poder espiritual no son malas. Pero se pueden convertir en oraciones egoístas si no fluyen de un corazón decidido a obedecer a Dios. Jesús dijo: "El que tiene mis mandamientos, y los guarda, ése es el que me ama; y el que me ama, será amado por mi Padre" (Juan 14:21). La obediencia expresa nuestro amor a Dios y nos capacita para experimentar su amor por nosotros.
¿Has hecho esa noble pregunta: "Señor, ¿qué quieres que yo haga?"
LA MEJOR MANERA DE CONOCER LA VOLUNTAD DE DIOS ES ENTREGÁNDOLE LA NUESTRA.