viernes, 1 de agosto de 2008

HOY.. SEMBRARE LA SEMILLA PRECIOSA

“Los que siembran con lágrimas, cosecharán con gritos de alegría, aunque lloren mientras llevan el saco de semilla, volverán cantando con alegría, con manojos de trigo entre los brazos” Salmo 126:6
Hoy sembraré la preciosa semilla de la Palabra de Dios. No hay otra analogía más preciosa para referirse a la palabra de Dios como la que esta hecha con la semilla. La semilla es aparentemente insignificante, muy pequeña en comparación con el árbol que nace de ella.
La vida está encerrada y latente en el interior de una cápsula. Necesita una tierra fértil para poder crecer. El crecimiento es lento, de modo que pone a prueba la paciencia del agricultor. Por medio del fruto, la semilla se reproduce y se multiplica. Esa semilla nos revela hermosos secretos de la Palabra de Dios.
La primera lección que no debo olvidar hoy de la semilla de la palabra es la lección de la fe. A primera vista, parecería poco probable que la Palabra de Dios pudiera darle vida a mi alma, darle las gracias que menciona, transformar mi carácter y llenarme de fortaleza. Sin embargo, eso es lo que hace. Una vez que aprenda a creer que la Palabra puede desarrollar eficazmente las verdades que expresa, habré descubierto uno de los secretos primordiales del estudió de la Biblia. Luego encuentro la lección del trabajo.
Se tiene que recolectar, guardar y derramar la semilla sobre la tierra preparada. De esa manera la mente tiene que cosechar las escrituras y entender las palabras que satisfagan mis necesidades, para pasarlas luego al corazón, como la única tierra en la que puede crecer esa semilla.
No podré dar vida ni crecimiento; pero ni siquiera tengo que hacerlo, porque ambas cosas se encuentran ya presentes. Lo que si puedo hacer es guardar la Palabra en mi corazón, esperado que nos lleguen los rayos del sol que vienen de lo alto.
La tercera lección es la lección de la paciencia, porque la semilla necesita tiempo para echar sus raíces y crecer y las palabras de Cristo necesitan permanecer en nosotros para que echen raíz y crezcan y por último está la lección de la fructificación. La verdad , la vida y el poder de Dios, cuyos pensamientos contiene la palabra de Dios, crecerán y madurarán en nuestro interior. Hoy por lo tanto no solo sembraré la semilla de la palabra en mi corazón sino además de esto, la sembraré en el corazón de otros.
Señor. Gracias por la semilla de tu palabra. Gracias por que a veces parece insignificante pero en sí es poderoso. Señor, Hoy quiero sembrar esa semilla en mi corazón. Quiero preparar mi corazón como tierra fértil para que ella produzca el fruto que quiere.
Hoy, también quiero sembrar la semilla en el corazón de los que estén cerca de mi, sabiendo que esa semilla al ser sembrada será regada por tu Espíritu y solo tu la harás crecer para vida eterna en ese corazón. Amén-

LOS EXPERTOS NO SIEMPRE TIENEN LA RAZON

Bo Jackson, el prodigioso atleta que alcanzó la excelencia en el fútbol americano y el béisbol profesional, tuvo que luchar con gran cantidad de veteranos experimentados que por experiencia “sabían” que a nadie le sería posible triunfar en dos deportes. “ Te acuerdas de Gene Conley, Danny Finge y Dave De Busschere?, le decían a Bo. “ Ellos trataron de dedicarse a dos deportes profesionales y tuvieron que renunciar a uno”.
La respuesta de Bo? “ Siempre nos encontramos con personas que tratan de dirigir nuestra vida y decirnos qué podemos y qué no podemos hacer. Esto no está bien. Uno simplemente tiene que hacer lo que pueda y no debe preocuparse por lo que digan los demás”. Bo les pudo demostrar a los veteranos su equivocación triunfando tanto en el fútbol como en el béisbol.Con Dios siempre hay sorpresas. Una de las cosas que más me sorprende de Dios es que no lo podemos meter en una caja. Cuando una vida se pone en las manos de Dios, él puede llevarlo a ocupar posiciones que nunca nadie imagino y a abrirle puertas que nadie le abrió. Lo importante es saber que si confiamos en Dios y cree en los dones que él ya nos ha dado, podemos ir adelante no importa lo que diga la experiencia de otros, ni la cultura ni nuestro trasfondo familiar. Con Dios cada día es una nueva aventura.
Los expertos no siempre tienen la razón..Dios siempre la tiene.

¿De quién te asustaste y temiste, que has faltado a la fe,y no te has acordado de mí ni te vino al pensamiento? Isa 57:11
Hombre, él te ha declaradolo que es bueno, lo que pide Jehová de ti: solamente hacer justicia, amar misericordia y humillarte ante tu Dios.Miq 6:8

Entonces, respondiendo Jesús, dijo: –¡Mujer, grande es tu fe! Hágase contigo como quieres. Y su hija fue sanada desde aquella hora.Mat 15:28

AMABILIDAD NO ESPERADA

Lectura: 1 Samuel 26:1-26
Pero si tu enemigo tiene hambre, dale de comer; y si tiene sed, dale de beber. . . . --Romanos 12:20.
Un misionero estaba impartiendo una clase sobre amabilidad a unas niñas. Les habló de Jesús, el cual dijo que una persona que da un vaso de agua en su nombre "en verdad . . . no perderá su recompensa" (Marcos 9:41).
Al día siguiente, el misionero vio que un grupo de hombres cansados llegaron a la plaza de la villa, se quitaron de encima sus mochilas, y se sentaron a descansar. Minutos después, varias niñas se acercaron a él tímidamente y sorprendieron a los hombres dándoles a todos algo de beber. Luego corrieron hacia el misionero. "¡Maestro! --gritaron-- dimos a esos hombres un vaso de agua en el nombre de Jesús."
Aunque Marcos 9:41 se aplica primordialmente a mostrar amabilidad a los creyentes en Cristo, sabemos que hemos de "hacer bien a todos" (Gálatas 6:10), e incluso dar de beber a nuestro enemigo (Romanos 12:20).
En la lectura bíblica para hoy, David tuvo la oportunidad de vengarse del rey Saúl (1 Samuel 26:9). Pero puesto que reverenciaba a Dios, se mostró amable con el rey.
El mostrar amabilidad no esperada a los extraños o los enemigos no siempre cambia sus corazones. Pero tarde o temprano, alguien se preguntará por qué somos amables, y tendremos la oportunidad de hablarles de nuestro Señor, que fue amable incluso con sus enemigos (Romanos 5:10).
UN ACTO DE AMABILIDAD PUEDE ENSEÑAR MÁS DEL AMOR DE DIOS QUE MUCHOS SERMONES.