miércoles, 10 de febrero de 2010

MIRE MAS ALLA

Un hombre se acercó cierta vez a una construcción y observó a tres individuos que sacaban paladas de tierra de una larga zanja. Le preguntó al primer hombre qué estaba haciendo. Este se enderezó y respondió lo que para él era evidente: Estoy cavando una zanja.
Se acercó al segundo obrero y le preguntó lo mismo. La respuesta fue apenas un poco más amable: Trabajo para vivir, solo eso… Para alimentar a mi esposa e hijos.
Cuando le preguntó al tercer hombre qué hacía, este respondió con énfasis y una actitud positiva: Vea señor, estoy construyendo parte de una serie de canales de irrigación que convertirán este árido valle en una rica zona cultivable que producirá alimentos para combatir el hambre en el mundo.
Mire más allá de las tareas aparentemente insignificantes y de los errores nimios de hoy y concéntrese en la totalidad del cuadro, en lo que finalmente sirve a los demás. Hallará mayor satisfacción en el yugo diario si se considera un creador de joyas para la corona del Señor en vez de un simple pulidor de rocas.
Uno debe tener objetivos a largo plazo para evitar la frustración de los errores a corto plazo.
Habacuc 2:3
Aunque la vision tarda en cumplirse, se cumplirá a su tiempo, no fallará.
Aunque tarde, espérala, porque sin duda vendrá, no tardará.

¿QUE HAY DE CENAR?

Lectura: Génesis 22:1-12. "Aconteció… que probó Dios a Abraham, y le dijo: Abraham. Y él respondió: Heme aquí" Génesis 22:1 Sería impensable invitar a unos buenos amigos a cenar y luego servirles unas sobras recalentadas en el microondas. Pero, si lo hiciera, eso diría mucho acerca de mis verdaderos sentimientos con respecto a ellos. Darle a Dios las sobras de nuestras vidas dice muchísimo acerca del verdadero valor que Él tiene para nosotros. Cuando Dios le pidió a Abraham que le entregase a Isaac como un acto de adoración, Génesis 22:1 lo llama una prueba. Una prueba para ver si había algo en la vida de este hombre que él atesorara más que a Dios. No es diferente con nosotros. Hay momentos en los que Dios requiere algo realmente importante para hacer que se cumpla Su obra. Él nos pedirá que renunciemos a nuestros instintos naturales de buscar venganza para que podamos comunicar Su amor misericordioso perdonando a nuestros enemigos. Puede que nos llame a sacrificar parte de nuestro tiempo, dinero o comodidades para hacer avanzar Su causa. O puede que requiera que permitamos que nuestros hijos e hijas vayan a lugares remotos para hablarles a otros acerca de Su amor Salvador. La manera en que respondemos a lo que Él requiere dice muchísimo acerca de cuáles son nuestros verdaderos sentimientos con respecto a Él. Cualquiera puede ofrecer las sobras. Pero los que aman a Dios más que a cualquier otra cosa Le entregarán lo mejor a Él. Ningún sacrificio que hagamos es demasiado grande para Aquel que lo sacrificó todo de sí mismo.