domingo, 23 de mayo de 2010

ASOCIACIÓN ILÍCITA

Koh Bak Kin, de treinta años de edad, era un rico comerciante de Singapur. Se dedicaba a la comercialización de madera fina para muebles, un negocio honrado a todas luces. Gozaba de prestigio social y de solvencia económica.

Bin Fazalda, de treinta y cuatro años, era profesor de escuela secundaria en Singapur. Gozaba de buen nombre en su colegio, donde se le reconocían sus dotes profesionales. Ganaba buen salario. Estaba casado y era padre de cinco hijos. Su vida transcurría tranquilamente en medio de satisfacciones.

Un día, estos dos hombres se unieron para realizar un negocio. Se trataba de transportar veinte kilogramos de heroína a Roma. Adaptaron a sus maletas un doble fondo, solicitaron visa de turismo, sacaron pasaje de avión y partieron para la capital de Italia.

Sin embargo, en el aeropuerto internacional Leonardo da Vinci de Roma los esperaba la INTERPOL. Una denuncia anónima los había delatado. Koh Bak Kin y Bin Fazalda fueron descubiertos, detenidos, requisados y encarcelados. «Asociación ilícita» fue el cargo del que los acusaron.

¿Qué es una asociación ilícita? Es la sociedad que realizan dos o más personas para hacer algo que está penado por las leyes. Estos dos hombres se asociaron para realizar un contrabando de heroína. Los dos pusieron capital. Los dos planearon el negocio. Los dos se comprometieron a ser fieles al contrato y los dos se estrecharon la mano como prueba de su asentimiento. Pero el negocio era delictivo, y la asociación, ilícita.

Así pasa también en el ámbito moral de nuestra vida. La jovencita que a espaldas de sus padres planea una fiesta con sus amigos, y en esa fiesta se bebe licor, se usa droga y se practica la inmoralidad sexual, está realizando una asociación ilícita. El caballero que a espaldas de su esposa planea una salida al teatro, o un paseo en auto en la noche con su secretaria, y esto con fines inconfesables, está realizando una asociación ilícita.

El mal no consiste sólo en que un hecho sea o no ilegal sino en sus consecuencias destructivas. ¡Cómo necesitamos poner todos nuestros negocios, toda nuestra vida, bajo el control de las leyes morales de Dios! Sólo así salvamos nuestra vida. Sólo así nos aseguramos el parabién divino. Sólo así podemos vivir en paz.

Hermano Pablo

TIEMPO DE ACTUAR

La mujer se rió cuando me contó de la vez que despertó a su esposo para decirle que estaba de parto y que tenía que ir al hospital. Él saltó de la cama, cayó de rodillas, y dijo: «Cariño, vamos a orar.» Ella le dijo que no era el momento de arrodillarse a orar. Era el momento de vestirse y salir para el hospital. ¡Era tiempo de actuar!

Ese fue el tipo de mensaje que Dios le dio a Moisés cuando dijo de los israelitas: «¿Por qué clamas a mí?» (Éxodo 14:15). Poco antes, Faraón había permitido a los israelitas salir de Egipto, pero entonces cambió de parecer (vv.5-6). Queriendo traerlos de vuelta, él y su ejército los persiguieron (vv.7-9). Los israelitas se aterrorizaron cuando vieron que los egipcios se acercaban. Estaban atrapados en la costa del mar Rojo sin poder ir a ninguna parte. Pero Moisés aseguró a Israel que Dios los libraría. Ese era el momento de actuar, no de clamar a Él. Era hora de pasar «por en medio del mar, sobre tierra seca» (v.16).

Hay un tiempo adecuado para todo (Eclesiastés 3:1), incluyendo un tiempo de orar y un tiempo de actuar. Cuando vemos a alguien a quien le falta comida y ropa, es correcto suministrar lo que necesitan (Santiago 2:15-16). A veces necesitamos confiar en Dios y tomar medidas inmediatamente. –

HACER CAMINO

Lectura: Isaías 40:3-5.
"Preparad camino a Jehová; enderezad calzada en la soledad a nuestro Dios" Isaías 40:3
A Dwight D. Eisenhower se le conoció por su valeroso liderazgo durante la Segunda Guerra Mundial. Su habilidad demostrada en la batalla equipó a las tropas para recuperar Europa. Al poco tiempo de regresar a los Estados Unidos como un héroe fue elegido presidente.
Mientras estuvo en Europa, Eisenhower había experimentado el peligro y la dificultad de conducir por carreteras serpenteantes. Así que, para la seguridad nacional de los Estados Unidos, comisionó una red de carreteras que se convirtieron en el sistema de carreteras interestatales de la nación. Se excavaron túneles a través de las montañas y se atravesaron valles con gigantescos puentes.
En tiempos antiguos, los reyes conquistadores obtenían el acceso a los territorios recientemente ganados por medio de las carreteras que se construían para sus tropas. Isaías tenía esto en mente cuando declaró: «Enderezad calzada en la soledad a nuestro Dios» (Isaías 40:3). Y Juan el Bautista llamó a las personas al arrepentimiento y les instó a que «prepararan el camino» hacia sus corazones para la llegada del Rey Jesús.
¿Qué preparativos tienen que hacerse para permitir el acceso sin obstáculos de Jesús a tu propio corazón? ¿Existen lugares difíciles de amargura que necesitan la pala topadora del perdón? ¿Existen valles de queja que tienen que ser llenados de satisfacción? No podemos darnos el lujo de descuidar esta ingeniería espiritual. ¡Preparemos camino al Rey!
El arrepentimiento despeja el camino para nuestra relación con el Rey.