martes, 21 de febrero de 2012

EL AMOR ESCUCHA

Lectura: Salmo 119:145-152.
"Oye mi voz conforme a tu misericordia…" Salmo 119:149
Cuando amamos a los demás, los escuchamos. Claro que se necesita tiempo y esfuerzo para centrar la atención en ellos y par oír lo que están diciendo. Pero cuando lo hacemos, demostramos un genuino interés y respeto.
El escritor Wayne Alderson habla de un joven pastor que pasó mucho tiempo escuchando los problemas de los miembros de su iglesia. Un día, llegó a la casa y le dijo a su esposa: "¿Cómo te fue hoy?". Durante media hora, ella le habló de un problema con el auto, del dolor de oídos de su hijo y de lo difícil que le estaba resultando arreglar uno de los electrodomésticos. El pastor de inmediato empezó a resolver los problemas dándole una lista de cosas que ella debía hacer.
Entonces, ella lo miró y suspiró. "Ya hice todo eso -dijo-. No necesito que me resuelvas los problemas, sino que te intereses en lo que he pasado".
Cuando David suplicó: "Oye mi voz conforme a tu misericordia…" (Salmo 119:149), estaba expresando la verdad de que el Dios que nos ama, también nos escucha. Escuchar forma parte de amar.
Escuchar a una esposa, a un esposo, a un compañero de trabajo o a un amigo creyente puede ser justo lo que esa persona necesita cobrar ánimo o para ver un problema con más claridad. Escucha. Dios mismo demuestra que el amor escucha.
Escuchar puede ser lo más hermoso que hagas hoy.