“Nada hagáis por contienda o por vanagloria; antes bien con humildad, estimando cada uno a los demás como superiores a él mismo; no mirando cada uno por lo suyo propio, sino cada cual también por lo de los otros. Haya, pues, en vosotros este sentir que hubo también en Cristo Jesús” Fil 2:3-5
Muchos han sido los días cuando he invertido horas y horas pensando en mi mismo y evaluándome como .mejor que los demás.
Resultado? Insatisfacción y mezquindad. No fui hecho para mirarme en un espejo y olvidar los que me .rodean.
Hoy quiero caminar por el sendero de la humildad y no mirar por lo mío propio sino por lo de los demás.
Tengo como modelo al Señor Jesús. Quiero hoy estimar a los demás como superiores en muchas áreas a mi mismo.
Hoy recuerdo las palabras de J.B. Phillips quién modificando las bienaventuranzas del Señor , las adaptó a los que continuamente vemos en nuestro confundido mundo: El dijo: “ Bienaventurados los arremetedores, porque ellos avanzan en el mundo.
Bienaventurados los inflexibles, porque no permiten que la vida los lesione. Bienaventurados los que se quejan, porque ellos consiguen que se haga su propio capricho hasta el fin. Bienaventurados los indiferentes, porque ellos no se preocupan por sus pecados. Bienaventurados los que explotan a los semejantes, porque ellos obtienen resultados.
Bienaventurados los hombres bien informados del mundo, porque ellos saben por donde van. Bienaventurados son los que causan problemas, porque así logran que la gente les preste atención”. Qué triste, así es como piensa el mundo, pero la realidad es otra, no son bienaventurados sino desdichados, porque a la postre recogerán lo que han sembrado.
El mundo en sus desdichas, no piensa sino en si mismo. La gente egoísta solo quiere ver sus éxitos y abrirse camino aunque tenga que derribar al que esta sentado junto al camino. Hoy, quiero hacer todo lo contrario, seguir el ejemplo de Jesús, quien no se aferró a si mismo, más se humilló y pensó en mí y me alcanzó en su misericordia.
Señor. Que vacío hay en el mundo. Puedo palpar ese vacío en la calle, en el mercado, en la oficina y aun en .las casas.
Cada uno luchando por si mismo, pensando en si mismo y vanagloriándose en si mismo, pero yo no quiero seguir ese camino hoy.
Hoy quiero mirar a los demás como superiores a mi mismo en diferentes áreas.
Quiero tener en mente Señor, tu gran amor y bondad que me enseña a dar pasos firmes por el sendero de la humildad.
Señor, ayúdame hoy a no hacer nada por contienda, ni por vanagloria, a no mirar lo mío propio, sino pensar en lo de los demás. Amen
Muchos han sido los días cuando he invertido horas y horas pensando en mi mismo y evaluándome como .mejor que los demás.
Resultado? Insatisfacción y mezquindad. No fui hecho para mirarme en un espejo y olvidar los que me .rodean.
Hoy quiero caminar por el sendero de la humildad y no mirar por lo mío propio sino por lo de los demás.
Tengo como modelo al Señor Jesús. Quiero hoy estimar a los demás como superiores en muchas áreas a mi mismo.
Hoy recuerdo las palabras de J.B. Phillips quién modificando las bienaventuranzas del Señor , las adaptó a los que continuamente vemos en nuestro confundido mundo: El dijo: “ Bienaventurados los arremetedores, porque ellos avanzan en el mundo.
Bienaventurados los inflexibles, porque no permiten que la vida los lesione. Bienaventurados los que se quejan, porque ellos consiguen que se haga su propio capricho hasta el fin. Bienaventurados los indiferentes, porque ellos no se preocupan por sus pecados. Bienaventurados los que explotan a los semejantes, porque ellos obtienen resultados.
Bienaventurados los hombres bien informados del mundo, porque ellos saben por donde van. Bienaventurados son los que causan problemas, porque así logran que la gente les preste atención”. Qué triste, así es como piensa el mundo, pero la realidad es otra, no son bienaventurados sino desdichados, porque a la postre recogerán lo que han sembrado.
El mundo en sus desdichas, no piensa sino en si mismo. La gente egoísta solo quiere ver sus éxitos y abrirse camino aunque tenga que derribar al que esta sentado junto al camino. Hoy, quiero hacer todo lo contrario, seguir el ejemplo de Jesús, quien no se aferró a si mismo, más se humilló y pensó en mí y me alcanzó en su misericordia.
Señor. Que vacío hay en el mundo. Puedo palpar ese vacío en la calle, en el mercado, en la oficina y aun en .las casas.
Cada uno luchando por si mismo, pensando en si mismo y vanagloriándose en si mismo, pero yo no quiero seguir ese camino hoy.
Hoy quiero mirar a los demás como superiores a mi mismo en diferentes áreas.
Quiero tener en mente Señor, tu gran amor y bondad que me enseña a dar pasos firmes por el sendero de la humildad.
Señor, ayúdame hoy a no hacer nada por contienda, ni por vanagloria, a no mirar lo mío propio, sino pensar en lo de los demás. Amen