jueves, 1 de abril de 2010

EL VALOR DEL EQUIPO

Esta semana quisiera conversar un poco sobre “Trabajo en Equipo” y agradecerle a los miembros de nuestro equipo (ustedes) por involucrarse de verdad.
La mayoría de ustedes me conocen a través de “Momentos Motivadores”, como editora y publicadora, pero también hago otros trabajos, incluyendo evaluación de portales de Internet, rediseño, análisis de registros de redes, e investigación para compañías que buscan mejorar sus ventas o para adquisiciones.
Trabajo con compañías más pequeñas donde las puedo ayudar inmediatamente. Luego este mes voy a comenzar una página “Acerca de Mí” para ponerlos al tanto de los detalles.
A menudo me preguntan el valor de tener a varias personas trabajando en un proyecto. El valor real, como lo veo, si podemos armar un equipo de individuos con talentos únicos, dispuestos todos a escuchar y aprender el uno del otro, nadie podrá vencerles.
En mi trato diario con clientes, soy parte de su equipo, ayudándoles con soluciones, y ellos son parte de mi equipo, ayudándome a mejorar nuestros servicios.
Me gusta pensar de esto como de una compañía virtual con múltiples recursos.
A veces me preguntan: “¿Cómo logramos motivar a nuestra gente a participar de este proyecto?” Les contesto: “Crea que valen, muéstreles que su contribución es importante y que será considerada, y que sì podemos ayudar a la gente a descubrir lo que les motiva individualmente y mostrarles cómo la auto-motivación es su más grande recurso, entonces pienso que los encontrará listos, dispuestos y capaces de ayudar”.
No creo que la gente quiere ser negativa. Sólo pienso que algunas veces somos tan bombardeados diariamente con ello que es difícil cambiar velocidades a la manera en que queremos ser y pensar.
Tan a menudo buscamos respuestas fuera cuando las verdaderas están realmente dentro de nosotros.
A veces nos trabamos y entonces es cuando necesitamos ayudantes: citas, historias, ayudas audiovisuales, seminarios, un entrenador, o el oído amigo de un amigo o familiar para recordarnos lo que queremos y que somos lo suficientemente buenos como para obtenerlo.
Así que la próxima vez que nos sintamos un poco negativos, recordemos a nuestros ayudantes y recobremos la mentalidad que deseamos y seamos parte de este equipo mundial que intenta hacer la diferencia “una persona a la vez” (lo que implica comenzar con nosotros primero).
He aquí un maravilloso y brillante nuevo año para que triunfemos. Inspirémonos a hacer algo que hemos querido por mucho tiempo. Hallemos maneras de mantenernos motivados. Con entrega, esfuerzo y constante evaluación nos hallaremos en camino al éxito.
Marlene
Fuente: www.motivateus.com
El Señor Jesús nos dió el mejor ejemplo de trabajar en equipo. Cuando comenzó su ministerio se rodeó de 12 hombres y ese fue su equipo. Y que equipo!!!. Ya estàs aprovechando la belleza y el valor de tu equipo?
Viendo la multitud, subió al monte; y sentándose, vinieron a él sus discípulos. Mateo 5:1
Y vinieron sus discípulos y le despertaron, diciendo: !!Señor, sálvanos, que perecemos! Mateo 8:25
Y se levantó Jesús, y le siguió con sus discípulos. Mateo 9:19

¿LE IMPORTA A DIOS?

Lectura: Marcos 14:32-42.
"Y [Jesús] tomó consigo a Pedro, a Jacobo y a Juan, y comenzó a entristecerse y a angustiarse. Y les dijo: Mi alma está muy triste, hasta la muerte" Marcos 14:33-34
En un terrible año, tres de mis amigos murieron rápidamente uno tras otro. Mi experiencia con las dos primeras muertes no contribuyó para nada en prepararme para la tercera. Apenas si podía hacer otra cosa que no fuera llorar.
Encuentro extrañamente consolador el hecho de que Jesús respondió de una manera muy parecida a la mía cuando enfrentó el dolor. Me consuela saber que Él lloró cuando Su amigo Lázaro murió (Juan 11:32-36). Eso me da una revelación asombrosa de cómo debió haberse sentido Dios con respecto a mis amigos, a quienes Él también amaba.
Y en el huerto la noche antes de Su crucifixión, Jesús no oró: «Oh, Señor, estoy tan agradecido de que me hayas escogido para sufrir en Tu nombre». No, Él experimentó dolor, temor, abandono, incluso desesperación. El libro de Hebreos nos dice que Jesús rogó «con gran clamor y lágrimas al que le podía librar de la muerte» (5:7). Pero no fue salvado de la muerte.
Es demasiado decir que Jesús mismo hizo la pregunta que nos angustia: ¿Le importa a Dios? ¿Qué otra cosa pueden significar Sus palabras en ese oscuro salmo: «Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has desamparado?»? (Salmo 22:1; Marcos 15:34).
Jesús soportó Su dolor porque sabía que Su Padre es un Dios de amor en quien se puede confiar sin importar cómo se presenten las circunstancias. Demostró con fe que la respuesta final a la pregunta ¿Le importa a Dios? es un rotundo ¡Sí!
Cuando sabemos que la mano de Dios está en todo, podemos dejarlo todo en la mano de Dios.