miércoles, 2 de diciembre de 2009

YO AMO A JESUS

MAYOR GRACIA

Una mañana, cuando nuestra nieta Julia estaba bien pequeña, ella y su abuelita estaban leyendo la Biblia juntas. Llegaron al conocido versículo que dice: “Por cuanto todos pecaron y no alcanzan la gloria de Dios” (Romanos 3:23).
Julia de repente saltó del sofá y corrió para buscar la Biblia gastada y marcada de mi padre que yo conservo sobre un estante en mi oficina y que le había mostrado esa misma mañana. “Es muy vieja” –le dije solemnemente.
Ella tomó la antigua Biblia en su mano, corrió de vuelta hacia su abuelita, y emocionada buscó Romanos 3:23 y le leyó: “Por cuanto todos pecaron y no alcanzan la gloria de Dios.”
“Sí –dijo triunfante– ¡dice lo mismo en esta también!”
El pecado ha estado con nosotros desde antaño y estará con nosotros mientras vivamos en esta tierra. Pero hay algo más antiguo que el pecado, algo que dura más que él. Según la escritora de himnos Julia Johnston, es la “maravillosa gracia de nuestro amante Señor, gracia que excede nuestro pecado y nuestra culpa”. El himno concluye diciendo: “Gracia, gracia, la gracia de Dios, gracia que perdona y limpia por dentro; gracia, gracia, la gracia de Dios, gracia que es mayor que todo nuestro pecado.”
¿Has recibido la gracia de Dios?
Romanos 3:23-24
Por cuanto todos pecaron y no alcanzan la gloria de Dios, siendo justificados gratuitamente por su gracia por medio de la redención que es en Cristo Jesús.

UNA PASION POR LAS PERSONAS

Lectura: 2 Corintios 5:9-21.
"Y por todos murió, para que los que viven, ya no vivan para sí, sino para aquel que murió y resucitó por ellos" 2 Corintios 5:15
Mark Twain dijo: «Dentro de 20 años estarás más decepcionado por las cosas que no hiciste que por las que sí hiciste; así que deshazte de las amarras de proa. Navega lejos del puerto seguro. Explora. Sueña. Descubre».
Esta cita aparece en un sitio en la red con la intención de ayudar a las personas a que descubran su pasión y puedan tener una vida con mayor trascendencia.
La pasión en la vida del apóstol Pablo estaba grandemente motivada por su preocupación por el destino eterno de los demás. En 2 Corintios 5, él menciona tres cosas que alimentaban dicha pasión. Primero, reconocía que era responsable ante Cristo por su servicio y quería rendir 9buena cuenta de ello ante Su tribunal (vv. 9-10). Segundo, a Pablo le motivaba el amor de Cristo y el deseo de que los demás conocieran el amor que él había experimentado. En el versículo 14, escribió: «Porque el amor de Cristo nos constriñe». Finalmente, él entendía que un mundo perdido y moribundo necesita al Salvador (v. 20).
¿Qué es lo que te apasiona? La pasión de Pablo por las personas estaba alimentada por el amor de Cristo, y la nuestra también debe estarlo. Apliquemos las palabras de desafío de Twain a nuestros esfuerzos por alcanzar a los demás: «Navega lejos del puerto seguro». Comparte el amor de Cristo con alguien hoy.
Hablarle a Cristo acerca de los demás, nos ayuda a hablarles a los demás acerca de Cristo.