lunes, 12 de enero de 2009

HOY..TENDRE PRESENTE AL SEÑOR EN TODO LO QUE HAGA

“Ten presente al Señor en todo lo que hagas, y él te llevará por el camino recto” Proverbios 3:6.
Hoy podría tener presente muchas cosas, pero creo que lo más importante es tener presente al Señor. Muchos hijos de Dios se han ejercitado profundamente en el asunto de ser guiados y dirigidos por el Señor. Cada uno de ellos puede dar testimonio de la belleza de tener presente al Señor en todo lo que se hace, porque definitivamente él nos llevará por el camino recto.
El hijo de Dios que desea tener presente al Señor en todo lo que hace es aquel que busca conocer la voluntad de Dios, va al libro sagrado para encontrar dirección y refresca su confianza por mirar como Dios lo ha guiado a través de los tiempos y en cada circunstancia.
Se que Abraham dejo su tierra y su parentela y empezó a caminar sin otra guía que la dirección del Señor y marchó por un desierto seco sin saber a donde iba, pero con la confianza total en el Señor. Por cuarenta años los israelitas caminaron por el desierto con la dirección absoluta del Señor. Se que Josué entró a la tierra prometida y atravesó las dificultades y venció a los enemigos bajo la dirección del Señor.
Leo en la Biblia como los apóstoles marcharon a través de las dificultades las persecuciones solo con la dirección completa del Señor. Hoy quiero encomendar mi camino a él, porque se que él enderezará mis veredas.
La Biblia promete que el Señor me guiará si yo lo tengo presente a él. El dice en su Palabra Yo te enseñaré y te instruiré acerca del camino que debes andar. EL Señor me guiará continuamente si pongo en él mi confianza. El dijo: Yo soy la luz del mundo, el que me sigue no andará en tinieblas. Esta palabra promete que su luz me alumbrará -
Cuando pongo mi esperanza en el Señor, una nueva fuerza llega hasta mi y las sombras de las dudas se disipan. Hoy es un día para tener presente al Señor en todos mis caminos y poder caminar con seguridad y confianza. Por muchos años estuve perdido sin ninguna luz. Por muchos años no tuve presente al Señor en mis planes y senderos, pero ahora , la luz ha llegado a mi corazón y se el secreto de vivir en la confianza de poner todos los planes en las manos del Señor.

Señor. Gracias por ser mi luz y mi Salvación. Hoy quiero andar en confianza delante de ti y poner toda mi vida en tus manos. Señor, quiero tenerte presente en todos mis caminos y se que tu enderezarás mis veredas. Gracias por en ti he podido confiar y gracias por la fortaleza que me impartes en la vida diaria. Gracias por tu amor y por ser mi guía perfecto en medio de mis caminos imperfectos. Amén.

LA GRAN MURALLA DE NIEVE

Cuando el año 1814 empezó, tropas de suecos, cosacos, alemanes y rusos estaban a media hora de marcha de la ciudad de Sleswick. Noticias terribles del comportamiento de los soldados venían desde el campo cada día. Se pensaba que el ataque final llegaría la medianoche del 5 de enero, que se acercaba.
En las afueras de la ciudad, en el lado por donde venían los enemigos, había una casa solitaria, y en ella había una anciana creyente, que estaba orando seriamente con las palabras de un antiguo himno, para que Dios levantase una muralla alrededor de ellos, para que el enemigo no pudiera atacarles. En esa misma casa vivían su hija, viuda, y su nieto, un joven de 20 años. Él oyó la oración de su abuela, y no pudo evitar decir que no comprendía cómo ella podía pedir algo tan imposible como que un muro se construyera alrededor de la casa para librarlos del enemigo. La anciana añadió:- “Sin embargo, ¿piensas que si fuera la voluntad de Dios construir una muralla alrededor de nosotros, sería imposible para Él?
Llegó la terrible noche del 5 de enero y a la medianoche los soldados empezaron a entrar en todos lados. La casa de la que hablábamos estaba cerca de la carretera, y era mayor que las casas que estaban cerca, que eran solo casas muy pequeñas. Sus habitantes miraban con ansias o temor cómo los soldados entraban en una y otra casa para pedir lo que quisieran; pero todos pasaron de largo de su casa.
Durante todo el día había habido una terrible nevada (la primera del invierno) y hacia la noche la tormenta se hizo tan violenta que apenas se reconocía con otros años.
Al final cuatro partidas de cosacos llegaron, porque la nieve no los dejaba entrar antes en la ciudad por otro camino. Esta parte de las afueras estaba un poco lejos de la ciudad misma. Las casas cercanas a donde vivía la anciana se vieron así llenas con 50 o 60 de estos hombres salvajes. Fue una noche terrible para los que vivían en esa parte de la ciudad, llena a rebosar con tropas enemigas. Pero ni un solo soldado entró en la casa de la abuela; y en medio de los gritos de alrededor ni siquiera se oyó un golpe en la puerta para asombro de la familia.
A la mañana siguiente, cuando salió el sol, vieron la causa. La tormenta había descargado una cantidad tal de nieve entre la carretera y la casa que no se podía llegar allí.
- “¿Ves ahora, hijo mío,” -dijo la anciana- “que fue posible para Dios levantar una muralla alrededor de nosotros?”.
Sofonías 3:17El Señor está en medio de ti, poderoso, él salvará; se gozará sobre ti con alegría, callará de amor, se regocijará sobre ti con cánticos.
Salmo 89:8On Señor, Dios de los ejércitos, ¿Quién como tú?, Poderoso eres, Señor. Y tu fidelidad te rodea.

ESTA EN LA PALABRA DE DIOS

Lectura: Salmo 119:25-32
Por el camino de tus mandamientos correré, cuando ensanches mi corazón. —Salmo 119:32
Con todo lo optimista que soy (puedo encontrarle el lado bueno a casi todo), también sé que la vida puede ser un lugar oscuro y solitario.
He hablado con adolescentes con un padre o una madre cuya ira hace que el trayecto a casa después de la escuela sea un viaje lleno de miedo.
Conozco a personas que no pueden salir de la depresión.
He pasado una considerable cantidad de tiempo con otras personas que, al igual que mi esposa y yo, estamos soportando la vida tras la muerte súbita de un hijo.
He visto lo que la pobreza incesante le puede hacer a las personas en todo
el mundo.
A pesar de saber que existen estos panoramas, no me desespero. Sé que hay esperanza en Jesús, que la guía viene por medio del Espíritu y que el conocimiento y el poder se encuentran en la Palabra de Dios.
Las palabras del Salmo 119 nos dan aliento. Cuando nuestra alma está «abatida hasta el polvo» podemos ser vivificados según la Palabra de Dios. Cuando nuestra alma está deshecha de ansiedad, podemos ser sustentados por Su Palabra (v. 28). Cuando la mentira nos amenaza, podemos seguir la verdad de Su Palabra (vv. 29-30). Nuestro corazón puede ser liberado por los mandamientos de Dios (v. 32).
¿Te están abrumando las exigencias de la vida? Si es así, puedes encontrar esperanza, guía y conocimiento que te pueden ayudar. Se encuentran en la Palabra de Dios.
Una Biblia bien leída da como resultado un alma bien alimentada.

DESCANSANDO EN DIOS

“Vosotros, pues, no os preocupéis por lo que habéis de comer, ni por lo que habéis de beber, ni estéis en ansiosa inquietud.” (Lucas 12:29).

Los obstáculos del camino dificultan el transitar por ellos. Entre más dificultades existen, más difícil es avanzar. Sin embargo hay quienes avanzan velozmente a pesar; de los obstáculos y pareciera que no encuentran; ninguna dificultad. Pero la pregunta es ¿Como avanzas tú por las sendas de la vida? ¿Te parece muy difícil transitar por el camino que Dios te puso?

Yo pienso que a veces sí resulta difícil; pero el problema se presenta cuando la dificultad te detiene en tu caminar hacia la meta.

La dificultad no debe detenerte, más bien debe alentarte para avanzar más rápido. Pero tú debes preguntarte ¿Cómo puedo hacerlo? El capítulo 12 de San Lucas te da la respuesta, aquí Jesús te dice: No te preocupes, tu vida descansa en las manos de Dios.

Debes recordar siempre que tú vales mucho para Dios, él dio a su único hijo para que tú tuvieras paz, para que tuvieras a quien acudir (Juan 6:68) y para darte vida eterna (Juan 5:24). Dios nos ama y por eso fue que envió a su hijo, por ti y por mí, ¿qué muestra más grande de amor se puede dar?

Dios se preocupa por ti, aunque estés afligido y necesitado, aunque te sientas destruido, aunque pienses que estas solo (Salmos 40:17).
Muchas veces nos llegamos a sentir tan mal que nos olvidamos que hay un Dios al que le preocupamos y que no solamente se preocupa de nosotros sino que también tiene cuidado de nosotros, eso es algo que jamás debemos olvidar en cualquier circunstancia en que nos encontremos, pues no estamos solos Cristo prometió estar todos los días de nuestra vida junto a nosotros, aunque las cosas se vean distintas, o parezca que estamos solos.

Él está a tu lado para que deposites tus ansiedades en él (1 Pedro 5:7; Mateo 11:28), y siempre estará contigo, aunque pierdas lo que más amas, aunque no entiendas lo que ocurre, e incluso; aunque a veces no sepas que hacer.

En muchas etapas de nuestras vidas nos enfrentamos con situaciones que no entendemos, pero de todas esas cosas tiene cuidado Dios, ciertamente hay cosas que son difíciles para nosotros que no sabemos que hacer o cómo actuar, la mente nos falla no podemos pensar bien, todo parece que nos sale mal, pareciera que el mundo se nos viene encima y que vamos a ser derrotados y destruidos con facilidad, pero con Cristo tomándonos de la mano y llevándonos por en medio de cualquier situación, por difícil y adversa que parezca, estaremos seguros en las manos de nuestro Señor, ¡Aleluya!.

Sin importar que necesites, Dios sabe que lo necesitas, y él tiene en su control todas las cosas, y no dejará que nada te dañe (San Lucas 12:30).Pero muchos cristianos caen en; un error, pues dicen: “Dios sabe lo que necesito, así que yo no tengo porque estarle pidiendo, pues él lo sabe todo”; y amen, gloria a Dios, porque él lo sabe todo, pero no es así como debemos hacer, pues en Filipenses 4:6 dice :”…
sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias.”, O sea ciertamente él conoce nuestras necesidades, pero él quiere oír tu voz , quiere que tú te presentes delante de él para pedirle lo que necesitas. Él quiere que tú descanses en él, pues él tiene lo que tú necesitas; él sabe como calmar la tempestad, él puede hacer lo que para ti es imposible (San Lucas 1:37).

Llénate de él todos los días de tu vida, y recuerda que él suplirá todas tus necesidades (Filipenses 4:19), él te dará los anhelos de tu corazón (Salmos 37:4), en él estarás seguro.

La frase “debes confiar en Dios” se usa con mucha frecuencia, y es muy fácil decirla cuando no estas en dificultades; pero cuando te encuentras en esos grandes problemas no basta con decir una frase, allí es cuando debes vivir tu confianza en Dios; allí es donde te das cuenta que la confianza en Dios no es algo que solamente se expresa, sino que debe vivirse para que sea real y eficaz .

¿PODRÁN CREERME AHORA?

Por duodécima vez el hombre de treinta y dos años de edad, un mecánico de autos, hizo la misma pregunta: «¿Usted no me cree, doctor?» Y por duodécima vez recibió la misma respuesta: «Usted no tiene ningún mal del corazón, amigo.» Howard Peckham, de Dallas, Texas se quejaba de dolores cardíacos.

Durante doce años había estado quejándose de lo mismo. Cada año insistía con un médico distinto. Siempre hacía la misma pregunta: «¿No me cree, doctor?» Y siempre obtenía la misma respuesta: «Usted no tiene nada.»

No obstante, Howard Peckham estaba realmente enfermo, y su enfermedad un día cobró su víctima. Howard Peckham, a los treinta y dos años, murió del corazón. Evidentemente tenía presentimiento de su muerte. Antes de morir le pidió a su hermana Phyllis que pusiera sobre su tumba este epitafio: «¿Podrán creerme ahora?»

¡Qué interesante el caso de este hombre! No era un hipocondríaco que sentía una enfermedad imaginaria. Ni era una persona despreocupada que no le prestaba atención a ningún síntoma. Él sabía que estaba enfermo. Pero los análisis de laboratorio, las auscultaciones y las radiografías nada revelaban. Cuando murió, pusieron sobre su tumba el epitafio que él pidió: «¿Podrán creerme ahora?»

Hay muchas personas que sienten que algo tienen, o que algo les falta, o que algo no anda bien, o que algo les afecta, pero es para ellos un enigma que no pueden descifrar. Y lo peor es que no hallan a nadie que les crea, o que les ponga atención o que les preste ayuda.

Es que existen males del alma, enfermedades morales y espirituales que afectan todo el ser, y muchas veces el que sufre no sabe qué es lo que tiene ni por qué es que sufre. Síntomas como estos revelan un solo mal: el pecado.

El pecado afecta todo el ser. El alma sufre, la mente sufre, el cuerpo sufre: todo el ser sufre. Y la víctima, cuanto más infringe las leyes de Dios, más esclava del pecado se vuelve y menos control tiene de su vida.

¿Dónde está el médico? ¿Quién puede librar a la víctima del pecado? Sólo Jesucristo. He aquí sus palabras: «Yo he venido para que tengan vida, y la tengan en abundancia» (Juan 10:10). Vida es salud. Vida es entusiasmo. Vida es confianza. Vida es fe. Quien tiene a Cristo y vive sometido a su divina voluntad, tiene vida abundante.

Llevémosle nuestra intranquilidad, nuestra perturbación y nuestro dolor a Cristo. Él es el Médico divino que sanará todo nuestro ser. Cristo es la solución.

Hermano Pablo.