domingo, 4 de mayo de 2008

EN EL 4 to PISO

La empresa para la que trabajaba mi papá siempre proveía de apartamentos de alquiler para sus empleados, por lo general en edificios de varios niveles. Nosotros vivíamos en uno de esos edificios, en el 4to piso.
.Durante dos años, mi papá estuvo enviando su solicitud de un apartamento en el primer piso. Así sería más fácil para mi mamá pues había sufrido complicaciones después de su segundo parto. A ella se le había recomendado el reposo en cama y subir las escaleras todos los días era un poco difícil para ella. Por dicha, justo en esa época, la solicitud de mi papá fue concedida, mamá y papá se alegraron mucho, al fin nos mudaríamos a un apartamento en el primer piso de un edificio separado que estaba más cerca de la oficina de mi papá.
.Sin perder tiempo, hicimos la gran mudanza el sábado siguiente, estabamos emocionados. El lunes siguiente, cuando mi papá volvió del trabajo y estaba a punto de entrar en la casa, vio a una anciana y su antiguo esposo luchando por llevar una silla de ruedas por las escaleras. Él quedó impresionado y conmovido.
.Cuando corrió a ayudarlos, dijo la señora, “No te preocupes, hijo, ya estamos acostumbrados, hemos hecho esto durante los últimos 15 años por nuestra hija con discapacidad, Dios lo bendiga por su ayuda de todos modos”. Las palabras de aquella anciana aunque un tanto tristes pero llenas de amabilidad, hicieron que mi papá sintiera un millar de agujas pinchándole el corazón..El sábado siguiente, mi mamá y papá intercambiaron el apartamento con la pareja de ancianos y volvimos de nuevo a nivel 4 en el edificio..Todavía tengo en mi memoria, incluso ahora cada vez que la pareja de ancianos se encontraban con mi papá en cualquier lugar, siempre le miraban con bendiciones en sus ojos llorosos diciendo, “Ángel!” siempre me decían, “Tienes un ángel por padre!” estas palabras trajeron lágrimas de orgullo a mis ojos cada vez … Incluso ahora, cuando estoy escribiendo.
Hechos 20:35 “Más bienaventurada cosa es dar que recibir”Proverbios 14:21 “Peca el que menosprecia a su prójimo: Mas el que tiene misericordia de los pobres, es bienaventurado.

AFLICCION INESPERADA

Lectura: 2 Corintios 1:3-11
Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, Padre de misericordias y Dios de toda consolación. --2 Corintios 1:3.
Desde 1988 he disfrutado el escribir varias meditaciones al mes para Nuestro Pan Diario. Me he sentido bendecido al escudriñar las Escrituras, observar la vida y suministrar ayuda espiritual en esta publicación.
Pero el 6 de junio del año 2002, me sentí incapaz de ofrecer ayuda. El último día de clases de su penúltimo año de secundaria, nuestra hija Melissa, de 17 años de edad, murió en un accidente automovilístico.
En un horrible instante, todo lo que sabíamos sobre Dios, la Biblia y el cielo se puso a prueba. Necesitamos a la comunidad cristiana para que nos guiara hacia la esperanza mientras nos encontrábamos en el funeral de una amada joven que tocó muchas vidas con su sonrisa, su piedad, su amor por la vida y su preocupación por los demás.
Durante muchas semanas me fue imposible escribir. ¿Qué podía decir? ¿Cómo encontrar palabras para ayudar a los demás cuando mi familia, cuando yo, necesitaba tanto?
Ahora, meses después, al empezar a escribir de nuevo, puedo decir que Dios no ha cambiado. Sigue siendo nuestro Padre celestial de amor, el «Dios de toda consolación» (2 Corintios 1:3). Todavía es la fuente de esperanza ante la aflicción inesperada. Escribo acerca de Él con un sentido renovado de que necesito su toque, su amor, su fuerza. Hecho pedazos, escribo sobre el Único que nos puede componer.
CUANDO DIOS PERMITE LAS PRUEBAS TAMBIÉN PROPORCIONA EL CONSUELO.