domingo, 12 de abril de 2009

PREDIACIÓN HERMANO FRANCISCO II PARTE

PREDICACIÓN HERMANO FRANCISCO

DE VÌCTIMA DE GUERRA A PERSONAJE DE LA PAZ

Rosalina Tuyuc, indígena Cakchikel guatemalteca que ahora preside la Comisión Nacional de Resarcimiento y está postulada al Premio Nobel de la Paz, es una de esas vidas que acumulan experiencias que no pueden alcanzar al común de la gente.
Pasó su niñez en Comalapa, un colorido pueblo de agricultores y pintores primitivistas, donde sufrió la pobreza y las limitaciones para obtener educación que hoy sigue padeciendo la gran mayoría de la población maya en Guatemala.
Pero cuando su pequeño pueblo y su país empezaron a sufrir la desgracia de la guerra, ella creció. Su llave fue el activismo; desde muy joven participó en la Iglesia, en cooperativas, y después, ha estado a la cabeza de la Coordinadora Nacional de Viudas de Guatemala, una organización que agrupa a más de 100.000 mujeres que perdieron a sus esposos e hijos en la guerra.
Esta diminuta mujer de colorido huipil, se enfrentó muchas veces al poder militar. Del lado de la gente, abogó para terminar con el reclutamiento forzoso de jóvenes indígenas en el ejército, luchó para que las fuerzas armadas no obligaran a los maridos a patrullar en organizaciones paramilitares y sobre todo ha indagado el destino de los desaparecidos. El activismo la llevó a la participación política, fue diputada y ahora Presidenta de la Comisión Nacional de Resarcimiento y nominada al Premio Nobel de la Paz.
Dios espera que cada uno de nosotros sea activo en la vida y que no seamos de los que dejan que las cosas pasen sin dejar marca. Dios nos ha llamado que dejar huella en nuestro camino. Este es el día en el que debes dejar tu huella impresa donde vayas como Rosalina Tuyuc…..Y sobre todo como Jesús de Nazareth lo hizo.
Y recorrió Jesús toda Galilea, enseñando en las sinagogas de ellos, y predicando el evangelio del reino, y sanando toda enfermedad y toda dolencia en el pueblo. Mateo 4:23

Y cuando terminó Jesús estas palabras, la gente se admiraba de su doctrina. Mateo 7:28

En aquel tiempo Herodes el tetrarca oyó la fama de Jesús. Mateo 14:1

DOBLE ABANDONO

«Quédate aquí —dijo la mujer aparentando afecto—. Aquí vas a estar bien. Verás correr a los perritos y te vas a entretener.» Luego puso una bolsa con pañales a su lado y una nota escrita que decía: «Me llamo John King; padezco la enfermedad de Alzheimer», y desapareció, abandonando al anciano en una pista de carreras de perros.
La que abandonó al anciano era Sue Gifford, mujer de cuarenta y un años de edad. El anciano abandonado era su propio padre, de ochenta y dos años, víctima de Alzheimer. Para librarse de la carga que significa esa enfermedad, la hija lo llevó a una pista de carreras de perros y lo abandonó en su silla de ruedas. El juez la condenó a seis años de prisión.
Este caso, que apareció en uno de los periódicos de Estados Unidos, conmovió a toda la comunidad. Se sabe que la enfermedad de Alzheimer es dolorosa. Deja a la persona totalmente inhabilitada. Ya no puede valerse por sí misma. Es un caso patético del ser humano que ha perdido lo mejor que tiene: la chispa de la inteligencia. Esa es la condición de la víctima de Alzheimer. Es una muerte en vida.
No obstante, hay una ley universal que descansa sobre el ser humano: «Honra a tu padre y a tu madre, para que disfrutes de una larga vida en la tierra que te da el Señor tu Dios» (Éxodo 20:12). Es el quinto mandamiento del decálogo de Moisés. Abandonar a los padres ancianos por cualquier causa que sea, y especialmente si es sólo por quitarnos de encima el estorbo que ellos nos resultan, es el colmo de la ingratitud y el desprecio.
En muchos lugares hay establecimientos excelentes que se especializan en prestar la atención debida a los ancianos. Y muchos hijos, con sabiduría y cariño, internan allí a sus progenitores inhabilitados. Pero no los abandonan. Los visitan. Y los hijos se toman el tiempo de estar con ellos, mostrando preocupación y ternura.
Sin embargo, cuando los hijos no tienen la facilidad de internar a sus padres en lugares como esos, tienen que ponerse en juego otros recursos. En tales casos hace falta un amor muy especial y un cariño único.
El mandamiento de honrar a nuestros padres viene de Dios. También vienen de Dios, para quien los desee, la inspiración, la paciencia y la determinación de proceder conforme a los eternos y justos mandamientos divinos. Honremos a nuestro padre y a nuestra madre. Algún día seremos nosotros los que recibamos esa honra.

HOY..EL SEÑOR ME SUSTENTA

“No temas, porque yo estoy contigo; no desmayes, porque yo soy tu Dios que te esfuerzo; siempre te ayudaré, siempre te sustentaré con la diestra de mi justicia” Isaias 41:10
El día que fuí a llevar a mi hijo por primera vez a la escuela, recordé el día cuando el Señor me lo dió y él vino al mundo. Fue un milagro, no podia creer que ya era papá. Pero al ver ese pequeño en mis manos, pude decir, este es un milagro de Dios.
No era muy sentimental, pero ese día que el primer hijo nació, me torne muy sentimental, algo se volvió tierno dentro de mi. Sin embargo, el tiempo vuela rápido y al verlo ya un adulto, quedo sorprendido. Aún recuerdo como crecía año tras año y mientras el crecía, crecía también dentro de mí el amor y el cuidado por él. Hoy , se que que es igual con mi padre celestial.
Él ha prometido que jamás me dejará y que siempre me sustentará. Se que ha medida que envejezdo, su amor se renueva día a día por mi.
El Señor es tan bueno a nosotros, él promete nunca abandonarme. Él me sustenta con su mano derecha. Oh, cómo yo quisiera seguir sustentando a mis hijos de la mano derecha, para prever cada paso que ellos dan y para llevarlos día a día por el buen camino y confortarlos cuando las cosas les salgan mal, pero ya no es posible, ya crecieron, pero para Dios yo aúnque crecido sigo contando con su mano.
Él sigue a mi lado y por eso yo lo exalto y lo glorifico con todo mi corazón. Por eso el Salmista pudo expresar con total confianza estas palabras: “ Tu misericordia es mejor que la vida y por ellos mis labios te alabaran,. Yo te bendeciré mientras viva y levantaré mis manos en tu nombre. Mi alma estará satisfecha y mi boca proclamará cantos de alabanza”. No es para menos, lo menos que puedo hacer para el padre que siempre me acompaña es adorarlo y exaltarlo.
Bendecido es el hombre y la mujer que se gozan en el Señor. Hay satisfacción interna profunda cuando valoramos la presencia y la compañía del Señor. Satisfacción al saber que estoy bajo la sombra de sus alas y rodeado por su amor bondadoso y colmados de bendiciones. Este es un buen día para caminar con esa confianza total en el padre celestial.
Señor, Gracias por sustentarme y sostenerme con tu diestra, por eso puedo decir a mi alma , bendice al Señor, Oh alma mía y no olvides ninguno de sus beneficios, porque él es quien perdona todas tus iniquidades y quién sana tus enfermedades y quién redime tu vida de la destrucción, quién te corona de favores y misericordias y quién satisface tu boca de buenas cosas y además quien renova tus fuerzas como las aguilas. Señor, en este día quiero vivir muy agradecido por tus bonddes y misericordias. Gracias por tu sustento y tu fuerza. Amén.

CORAZON VALEROSO

Se cuenta la historia de un querido amigo y miembro de la iglesia, que falleció luego de una larga vida de amor y servicio.
En el funeral, sus hijos se levantaron uno por uno a contar historias referentes a su padre y pronto pudo notarse un tema común: que su más singular y extraordinaria cualidad fue su voluntad para servir a otros, sin importar cuál fuera la necesidad.
Era uno de esos hombres siempre dispuestos a tender una mano, hacer un favor, algún trabajo peculiar, o simplemente ofrecer un transporte a alguien. Una de sus hijas mencionó que a dondequiera que se dirigía, llevaba consigo una caja de herramientas y un par de vestimentas de mecánico en el maletero del carro, “por si acaso alguien necesitaba alguna reparación”.
Muchas veces, cuando escuchamos la palabra “coraje”, pensamos en actos heroicos en períodos de crisis. , No obstante, en nuestra vida cotidiana, no debemos pasar por alto la valentía de simplemente estar ahí. Las vidas cambian cuando con fidelidad proveemos para nuestras familias, cuidamos de los ancianos, o prestamos atención a un amigo en dificultad. Persistir en hacer de este mundo, un mejor lugar para vivir, es definitivamente una expresión de coraje.
Albert Schweitzer, el gran misionero cristiano, doctor y teólogo, fue una vez interrogado en una entrevista. Le pidieron que mencionara el nombre de una gran persona viva en la actualidad. De inmediato respondió: “La persona más genial en el universo, es aquel individuo incógnito que en este mismo instante, ha acudido en amor a socorrer a otro”.
Mientras se desarrolla tu día, recuerda que podrías ser el héroe de alguien.

3 Juan 1:5Amado, fielmente te conduces cuando prestas algún servicio a los hermanos, especialmente a los desconocidos.

LA RIQUEZA DE LA HUMILDAD

Lectura: 1 Corintios 3:1-10.
"Así que ni el que planta es algo, ni el que riega, sino Dios, que da el crecimiento" 1 Corintios 3:7
Vivió la humildad espiritual, y sin embargo, a nivel humano tenía mucho de qué enorgullecerse. Como autora de más de 70 libros y traductora de muchos otros al Afrikáans, Annalou Marais tenía mucho de qué alardear -pero ella le preocupaba más darle honra a Cristo que promocionarse a sí misma. Trabajaba tras bambalinas en la conferencia bíblica, haciendo las labores de una sierva con una sonrisa y un corazón gozoso. Habría sido natural para ella desear, e incluso merecer los reflectores. En vez de ello, servía en silencio, llorando de gozo cuando Dios obraba en los corazones de las personas. Era una humildad impresionante, porque era totalmente auténtica. He escuchado decir: "Es asombroso lo que se puede lograr cuando no nos importa quién se lleva el crédito".Ciertamente esto se aplica al servicio cristiano, Pablo le dijo a la iglesia en Corinto: "Yo planté, Apolos regó; pero el crecimiento lo ha dado Dios. Así que ni el que planta es algo, ni el que riega, sino Dios, que da el crecimiento" (1 Corintios 3:6-7). Pablo había aprendido esa gran lección acerca del corazón del siervo, tal y como la había aprendido Annalou: se trata enteramente de Dios. Lo que hacemos se logra por medio de Su poder y gracia, y toda la gloria debe dársele a Él. Observar a Annalou fue una lección de humildad, y una lección que me recordó la riqueza de servir a Dios.
La vanidad y la gracia no pueden morar en el mismo lugar.