Un día, hace muy poco, escuchaba la larga lista de problemas y aflicciones de una querida amiga mía. La atendí pacientemente… al finalizar me dijo: ¿Janette, tu no tienes problemas?. Sí, claro que los tengo, le contesté.
- De donde sacas las fuerzas para ayudar a tanta gente?, me dijo ella.
Entonces le respondí lo siguiente:
Es simple querida amiga, yo soy hija y tu eres criatura! (pensé que se ofendería con mi planteamiento), pero ella me pidió que explicara eso.
Bien, el mundo esta lleno de “criaturas” de Dios, van por ahí viviendo sus vidas, sin importarles mucho lo que El piensa o desea para ellos. Algunos hasta le niegan!.
Pero hay otros que somos “hijos”.
El ha dejado de ser un Dios lejano para nosotros y se ha convertido en nuestro Padre. Debes saber que Dios es un “caballero” y jamás te obligará a nada, entonces en su gran amor espera pacientemente que nos volvamos a El y le digamos: Quiero ser tu hija! O quiero ser tu hijo!
Entonces ella me dijo: - Yo quiero ser Hija, no quiero ser mas criatura, quiero ser hija!!
Muy bien, respondí; déjame hacerte una aclaración… El que tu seas hija no significará que desaparecerán los problemas, sino que habrá un Padre ocupado de ti, que te dará la mano en tiempos de adversidad y junto a cualquier problema, dará también la salida!
Ella guardaba silencio al otro lado de la línea…entonces continué:
-Si quieres, esta noche, cuando vayas a tu cuarto, dobla tus rodillas y has una oración como esta…
“Señor, hoy he comprendido que soy solo una criatura.
Quiero desde ahora comenzar a ser tu hija. Limpia mi corazón, purifícame por medio de la sangre de nuestro Señor Jesucristo y hazme una de tus hijas!” Amen…
El silencio seguía al otro lado de la línea… un poco incomoda dije:
- bueno algo así, que nazca de tu corazón y solo si deseas hacerlo!
Pasaron pocos segundos y escuche un sollozo que me dijo… Ya está,… hice la oración y no se por qué estoy llorando!
Entonces yo también comencé a llorar, es que no hay nada mas hermoso que una criatura de Dios determine dejar de vivir de manera indiferente a El y lo invite a ser su Padre, su protector, su guía…su Dios!
Le dije: - Bien amiga! Ahora tenemos un mismo Padre! Desde ese día, a la distancia he podido sembrar pequeñas perlas de la Palabra de Dios en su corazón que le han fortalecido para seguir adelante y ha sido bendecida por el mejor Papá del mundo!
Tal vez tu también quieras dejar de ser sólo una criatura… Si tomas la decisión de ser Hijo/a de Dios, escríbeme a unvasomasfragil@hotmail.com y dame el honor de ayudarte en el próximo paso.
Un gran abrazo,
Janette de Contreras
Pastora-consejera Cristiana
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