lunes, 30 de marzo de 2009

¿HAS DEJADO PROPINA?

Lectura: 2 Corintios 8:1-9
Por amor a vosotros se hizo pobre, siendo rico. —2 Corintios 8:9
La práctica de dejar propina es comúnmente aceptada en muchos países. Pero me pregunto: ¿Habrá influido este gesto de cortesía en nuestra actitud en cuanto a dar dinero a la iglesia?
Muchos cristianos consideran sus ofrendas financieras como apenas algo más que un gesto de buena voluntad hacia Dios por el servicio que Él nos ha prestado. Creen que, mientras hayan dado su diezmo a Dios, el resto es para que ellos hagan con ello como les plazca. ¡Pero la vida cristiana significa muchísimo más que el dinero!
La Biblia nos dice que a nuestro Creador Le pertenecen «los millares de animales en los collados» (Salmo 50:10). «Mío es el mundo —dice Dios—, y su plenitud» (v. 12). Todo proviene de Él y todo lo que tenemos Le pertenece a Él. Dios no sólo nos ha dado todos los bienes materiales que poseemos, sino que también nos ha dado a Su Hijo, el Señor Jesucristo, quien nos provee nuestra propia salvación.
Pablo usó a los cristianos macedonios como una ilustración de cómo debe ser nuestro ofrendar a la luz de la increíble generosidad de Dios hacia nosotros. Los macedonios, quienes estaban en «profunda pobreza», dieron con «generosida» (2 Corintios 8:2). Pero «se dieron primeramente al Señor» (v. 5).
Dios el Creador del universo no necesita nada de nosotros. No quiere una propina. ¡Nos quiere a nosotros!
No importa cuánto des, no puedes superar a Dios.

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