miércoles, 31 de marzo de 2010

EL VAGABUNDO Y LA PERRA

Quiero que conozcan de un evento que cambió mi vida hace muchos años.
Es un recuerdo que me viene periódicamente, pero es uno de los más preciosos que mi esposa y yo compartimos. Estoy agradecido de que lo podamos recordar juntos. Es un recordatorio de que las cosas no son lo que parecen y que los ángeles vienen en distintos envoltorios.
Vivimos en College Station, Texas e íbamos de camino a casa desde Houston, Texas, alrededor del àrea de Weston Lakes un sábado o domingo en la mañana. Y cuando digo mañana, no hablo de 1:00 a 2:00 en la mañana. Estábamos en camino hacia casa y decidimos detenernos en una gasolinera para tomar café y comer algo ya que nos tomaría una buena hora y media llegar a nuestro destino.
Cuando acabamos, nos subimos a nuestro auto y antes de arrancarlo, observamos a un hombre de pie, fuera, frente al edificio. Uno podía darse cuenta de que era un desposeído. Su ropa estaba hecha andrajos y desgastada y parecía que él había entrado y comprado café o algo para mantenerse caliente ya que hace frío en esta parte del año. Debió haber tenido insuficiente dinero para comprarse algo de comer.
Eso no es algo que recuerdo muy bien, porque eso no fue lo que me “conmovió”.
Lo siguiente que recuerdo es una perra que caminó hacia el frente del edificio. Siendo un amante de los perros, noté que ella era parte loba y probablemente parte pastora alemán.
Supe que se trataba de una perra porque uno podía darse cuenta de que había estado amamantando cachorros. Necesitaba terriblemente algo que comer y me sentí mal por ella. Me di cuenta de que si no comía pronto, ella y tal vez sus cachorros perecerían.
Mi esposa y yo nos quedamos sentados y la miramos. Notamos que la gente le pasaba al lado y ni siquiera la acariciaban, como hace la mayor parte de la gente al pasarle al lado a un animal frente a una tienda. Puede que no haya estado tan bonita y limpia como la mayoría, pero aun merecía mejor suerte. Pero todavía no hicimos nada. Pero alguien lo hizo.
El hombre desposeído, que pensé que no podía comprarse nada para comer, regresó a la tienda. Y lo que hizo nos aguó los ojos a mi esposa y a mí. Había vuelto a la tienda y con el dinero que tenía, compró una lata de comida para perros y dio de comer a aquella perra.
Sé que esta historia no inspira tanto como muchas otras, pero juega un papel importante en nuestras vidas. Y a mucha gente se le olvida que algunos animales son padres también. Y tanto los animales como nosotros somos creación de Dios.
Sería una mejor historia si pudiese recorder todos los detalles, pero aun sin ellos, creo que todavía comunica el mensaje.
Se necesitó a un hombre desposeído para mostrarme lo que yo debí haber hecho. Él me hizo un hombre mejor ese día.
Chris, “Enseñando lo que Más Necesito Saber”
Compasión es algo que necesita estar en nuestro corazón. Compasión puede hacer la vida diferente para alguien.
Y cuando la abrió, vio al niño; y he aquí que el niño lloraba. Y teniendo compasión de él, dijo: De los niños de los hebreos es éste. Èxodo 2:6.
Y Saúl dijo: Benditos seáis vosotros de Dios, que habéis tenido compasión de mí. 1 Samuel 23:1.
!Oh, vosotros mis amigos, tened compasión de mí, tened compasión de mí, Porque la mano de Dios me ha tocado! Job 19:21.

¿INMUNDO? ¡SE LIMPIO!

Lectura: Marcos 1:40-45.
"Y Jesús, teniendo misericordia de él, extendió la mano y le tocó, y le dijo: Quiero, sé limpio" Marcos 1:41
Cuando leo Marcos 1:40-45 imagino la siguiente escena: Le vieron venir hacia ellos desde el otro lado del camino. Estaba agitando los brazos para advertirles que debían alejarse. Le reconocieron por el pañuelo que le cubría la nariz y la boca. Tenía las vestimentas rotas y la piel se le caía del cuerpo. Era un leproso, ¡un inmundo!
La multitud alrededor de Jesús se dispersó cuando el leproso se les abalanzó, poniéndose en medio de ellos. Todos tenían miedo de que les tocara porque entonces ellos mismos se harían inmundos. A los leprosos se les excluía de la vida religiosa de la comunidad, se les aislaba de la sociedad y se les obligaba a llevar luto por su propia muerte rasgando sus vestiduras.
Pero este leproso se echó a las pies de Jesús, clamando a Él en un acto de desesperación y fe para ser restaurado y volver a ser una persona íntegra: «Si quieres, puedes limpiarme» (v. 40). Teniendo misericordia de él, Jesús le tocó y le dijo: «Quiero, sé limpio» (v. 41). Jesús sanó al hombre de su lepra y le dijo que se mostrara al sacerdote del templo.
Jesús tiene el poder de limpiar, perdonar y restaurar a aquellos que han quedado atrapados sin esperanza e impotentes en su pecado y no pueden encontrar una salida. Confía en que Él te dirá: «Quiero, sé limpio».
Jesús es un especialista en la restauración.

martes, 30 de marzo de 2010

¡CUIDADO CÓMO CONSTRUYE!

Al fin terminaron de construir la sencilla cabaña. No era una casa como la de Hansel y Gretel, toda hecha de dulces y caramelos. No era un palacio de cristal y marfil como el de Almanzor el Califa. No era tampoco una casamata de acero, a prueba de tanques y de bombas. Ni era una casa ultramoderna de las que aprovechan la energía solar. Pero Boris Cruz y Agustín Puello, sus constructores, la miraron satisfechos: valía un millón de dólares.

Es que la pequeña cabaña construida en la Bahía de Biscayne estaba hecha íntegramente de paquetes prensados de marihuana. Sólo las paredes pesaban más de una tonelada. La policía marítima de Miami, Florida, acabó con los sueños que edificaron Boris y Agustín.

He aquí una noticia de esas que hacen pensar. Ingeniosa fue la ocurrencia de ambos narcotraficantes de construir una cabaña con paquetes de la droga. Así podía pasar desapercibida y parecer una cabañita más, hecha de hojas de palmera comunes en esa islita turística.

Estos hombres construyeron una cabaña que llevaba dentro la muerte lenta de miles de seres humanos. Así mismo hay otros que edifican lentamente la casa en que ellos mismos morirán. Y no se trata de una casa material, para ser habitada, sino una casa moral y espiritual.

El apóstol Pablo, en su primera carta a la iglesia de Corinto, recomienda que «cada uno tenga cuidado de cómo construye, porque nadie puede poner un fundamento diferente del que ya está puesto, que es Jesucristo» (1 Corintios 3:10‑11). Así compara el carácter del ser humano a una casa que se edifica. Si queremos construir un buen carácter cristiano, un carácter verdadero, recto, justo y noble, tenemos que empezar con un buen fundamento. Y ese fundamento es Jesucristo.

Hay quienes pretenden edificar su vida sobre sus propias ideas filosóficas o, simplemente, sobre su propia voluntad. ¡Craso error! El resultado es siempre la destrucción y la ruina. En cambio, los que edifican su vida sobre el fundamento de Cristo, edifican bien y seguro.

Jesucristo es la piedra angular, la roca sólida sobre la que es posible edificar una vida mejor. Hagamos de Cristo nuestro Señor y Salvador, y el cimiento estable de una vida superior.

Hermano Pablo

lunes, 29 de marzo de 2010

TRES HOMBRES DE EXITO

Escuché una anécdota sobre tres hombres de negocios que comparaban ideas acerca de lo que significaba tener éxito.
—Diría que lo alcancé—dijo el primero—, si fuera llamado a la Casa Blanca para una entrevista personal y privada con el presidente de los Estados Unidos.
—Para mí—dijo el segundo—, el éxito sería estar reunido con el presidente en el Salón Oval, que suene el teléfono para emergencias y ver que el presidente lo ignora.
—No, los dos están equivocados—dijo el tercero—. Eres un éxito si estás en una consulta privada con el presidente, suena el teléfono de emergencias, él lo levanta y dice: «Es para usted».
El problema de muchas personas sin éxito es que se toman demasiado en serio.
Piensan del éxito en la misma forma que las personas de la anécdota. Pero el éxito depende más de su actitud que de lo importante que piensa que usted es.
La vida debería ser divertida. Aun si su trabajo es importante y deba tomarlo en serio, eso no significa que usted se tome en serio.
Irá más lejos en la vida y lo pasará mejor al hacerlo si mantiene un buen sentido del humor, especialmente cuando se trata de usted mismo.
Maxwell, J. C. 2003; 2003. El mapa para alcanzar el exito; Your Road Map for Success . Thomas Nelson, Inc.
No se tome tan en serio. Hay personas que no se toman un monento en el día para reir, disfrutar del niño jugando con él, leer algo que no tenga que ver con sus compromisos, disfrutar de su pareja tomando te o café. Éxito es saber caminar en la vida, sabiendo a donde vamos y en el trayecto, pararnos para reir un poco, tomar más oxigeno, eleva una oración y abrazar al que está a nuestro lado.
Así no nos apartaremos de ti; Vida nos darás, e invocaremos tu nombre. Salmo 80:1
Al Señor cantaré en mi vida; A mi Dios cantaré salmos mientras viva. Salmo 104:33
Porque largura de días y años de vida Y paz te aumentarán. Proverbios 3:2

¿HAS DEJADO PROPINA?

Lectura: 2 Corintios 8:1-9.
"Que por amor a vosotros se hizo pobre, siendo rico" 2 Corintios 8:9
La práctica de dejar propina es comúnmente aceptada en muchos países. Pero me pregunto: ¿Habrá influido este gesto de cortesía en nuestra actitud en cuanto a dar dinero a la iglesia?
Muchos cristianos consideran sus ofrendas financieras como apenas algo más que un gesto de buena voluntad hacia Dios por el servicio que Él nos ha prestado. Creen que, mientras hayan dado su diezmo a Dios, el resto es para que ellos hagan con ello como les plazca. ¡Pero la vida cristiana significa muchísimo más que el dinero!
La Biblia nos dice que a nuestro Creador Le pertenecen «los millares de animales en los collados» (Salmo 50:10). «Mío es el mundo —dice Dios—, y su plenitud» (v. 12). Todo proviene de Él y todo lo que tenemos Le pertenece a Él. Dios no sólo nos ha dado todos los bienes materiales que poseemos, sino que también nos ha dado a Su Hijo, el Señor Jesucristo, quien nos provee nuestra propia salvación.
Pablo usó a los cristianos macedonios como una ilustración de cómo debe ser nuestro ofrendar a la luz de la increíble generosidad de Dios hacia nosotros. Los macedonios, quienes estaban en «profunda pobreza», dieron con «generosida» (2 Corintios 8:2). Pero «se dieron primeramente al Señor» (v. 5).
Dios el Creador del universo no necesita nada de nosotros. No quiere una propina. ¡Nos quiere a nosotros!
No importa cuánto des, no puedes superar a Dios.

domingo, 28 de marzo de 2010

EL PESO INSOPORTABLE DEL DINERO

Salvador García trabajaba de cargador para una compañía de transportes en Madrid, España. Su oficio consistía en descargar los camiones y almacenar la mercancía en grandes bodegas. Con eso tenía para el sustento de su familia.

Esa mañana Salvador comenzó temprano su trabajo. Pero era un cargamento descomunal. Se trataba de cajas llenas de monedas. Lamentablemente, por un mal movimiento, se le vino encima una pila de éstas. El hombre maniobró para esquivarla, pero no con suficiente rapidez para librarlo del golpe. Por lo pequeño y flaco que era, Salvador no soportó el peso de tantas monedas encima, en total 410 kilos.

El que a un hombre lo aplaste el peso del dinero no es nada fuera de lo común. Al contrario, es algo que sucede todos los días. Lo extraordinario del caso es que lo que aplastó al hombre fue el peso físico del dinero y no el peso mental. ¿Por qué será que hay tanta gente que muere bajo el peso de la obsesión con el dinero?

«¡Dinero, dinero! —exclamó Eca de Queiroz, escritor portugués—. ¿Qué no hacen los hombres por el dinero? ¡De todo! Aun vender su alma inmortal.»

El apóstol Pablo, en una carta a su discípulo Timoteo, le dice: «Los que quieren enriquecerse caen en la tentación y se vuelven esclavos de sus muchos deseos. Estos afanes insensatos y dañinos hunden a la gente en la ruina y en la destrucción. Porque el amor al dinero es la raíz de toda clase de males. Por codiciarlo, algunos se han desviado de la fe y se han causado muchísimos sinsabores» (1 Timoteo 6:10). Es interesante notar cómo el apóstol describe el peligro del dinero: el amarlo «es la raíz de toda clase de males».

¿Qué es el amor al dinero? Es la pasión obsesionante y enfermiza de querer más y más, de nunca tener lo suficiente. A algunos la obsesión los hace ahorrar y ahorrar sin saber ni para qué. A otros la obsesión los hace gastar y gastar, y de lo que obtienen nunca hay fin. El dinero que en forma desmedida obtenemos, y todo lo que conseguimos que va más allá de nuestras necesidades, nunca bastarán para satisfacer nuestra avaricia. Si sólo anhelamos lo material, viviremos ansiosos toda la vida.

De los labios de Roger Bacon, monje inglés de la edad media, salieron las siguientes palabras, que son oro: «El dinero es como el estiércol. Amontonado, apesta, pero desparramado por el mundo, fertiliza.»

Sólo cuando Jesucristo es nuestro Señor podemos ser libres de la pasión por el dinero y del peso mortal de la avaricia. Porque Cristo nos da el equilibrio necesario para saber usar el dinero, sin dejarnos dominar por él.

Hermano Pablo

MAS GRANDE POR DENTRO QUE POR FUERA

Un hombre llevó a su pequeña hija a un parque de diversiones y ella inmediatamente corrió a un quiosco y pidió un algodón de azúcar.
Cuando el dependiente le entregó una inmensa bola de algodón, el padre le preguntó: «Cariño,¿estás segura que puedes comértelo todo?»
«No te preocupes, papá» le respondió ella. «Soy mucho más grande por dentro que por fuera».
En su ingenuidad esta niña dijo una gran verdad. Por dentro somos más grandes que por fuera. Por dentro somos tan grandes que la misma Biblia dice que el mismo Espiritu Santo mora en nosotros. Podemos imaginar eso?
El Espíritu Santo morando dentro de nosotros. Que increíble declaración. Sin embargo cuantas veces nos vemos limitados por mirar o creer que somos pequeños. Quizas sí por fuera..pero por dentro Dios nos hizo grandes para creer en un Dios grande y por lo tanto hacer cosas grandes para Él.
¿O no sabéis que vuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo, que está en vosotros, el cual tenéis de Dios, y que no sois vuestros?
Pues por precio habéis sido comprados; por tanto, glorificad a Dios en vuestro cuerpo y en vuestro espíritu, los cuales son de Dios.
1 Corintios 6:19,20

SOY INOCENTE

Lectura: Santiago 1:19-24.
"Sed hacedores de la Palabra" Santiago 1:22
Todos los estudiantes de un colegio en Florida —2.550 en total— estaban en problemas. Un sistema de mensajes notificó a cada uno de los padres que su hijo (o hijos) quedarían castigados ese fin de semana por mal comportamiento. Muchos niños alegaron su inocencia, pero algunos padres de todas maneras impusieron el castigo. Una madre, Amy, admitió que le gritó a su hijo y se aseguró que éste se presentara en el colegio el sábado para recibir su castigo.
Para alivio de 2.534 niños y vergüenza de algunos padres, se descubrió que el mensaje automático había sido enviado por error a todo el cuerpo estudiantil, ¡cuando en realidad sólo 16 estudiantes merecían el castigo! Amy se sintió tan mal por no haber escuchado y creído a su hijo que esa mañana le invitó a desayunar fuera.
Todos tenemos historias que contar acerca de circunstancias que nos han mostrado nuestra necesidad de escuchar antes de hablar. Somos naturalmente tentados a hacer juicios rápidos y a reaccionar con ira. El libro de Santiago nos da estas tres exhortaciones prácticas para tratar las situaciones estresantes de la vida: «Todo hombre sea pronto para oír, tardo para hablar, tardo para airarse» (Santiago 1:19).
En las tensiones de la vida, seamos hoy «hacedores de la palabra» (v. 22) y tomemos tiempo para escuchar y restringir nuestras palabras y nuestra ira.
Escucha para entender, y luego habla con amor.

sábado, 27 de marzo de 2010

EL ANGEL DE LA CARCEL

En la celda en el extremo del pasillo oscuro apenas caben un camastro, un escritorio y una silla plegadiza. Este es el hogar de la hermana Antonia Brenner, una monja estadounidense que creció en Beverly Hills, pero abandonó una vida de lujos para vivir en una lúgubre prisión mexicana.
Sus nuevos vecinos no son astros de Hollywood sino asesinos, narcotraficantes y contrabandistas de inmigrantes. Todos la llaman el “ángel de la cárcel”.
Brenner, de 79 años, parece desconcertada cuando le preguntan por qué trocó el lujo por la cárcel hace tres décadas.
“No comprendo por qué se asombra la gente”, dijo. “Dar ayuda es fácil. Lo difícil es pedirla”.
Una mujer menuda de apenas 1,57 metros de estatura, pero llena de energía, Brenner realiza sesiones de ayuda y presta innumerables favores a los 7.100 presos de la cárcel de La Mesa, apenas al otro lado de la frontera de la ciudad estadounidense de San Diego, California. Les trae vendas, jabón y medicamentos; lleva mensajes a los familiares fuera de los altos muros de la prisión.
Brenner sabe cuidar a la gente: crió a siete hijos.
A los 50 años, trocó sus vestidos y su casa espaciosa por un hábito de confección casera y una cárcel donde las condiciones han provocado motines; ella ayudó a poner fin a tres.
“Soy eficaz en los motines porque no tengo miedo, oro y entro”, dijo. “Entra una mujer de velo blanco, alguien que ellos saben que los ama. Entonces se hace silencio, vienen las explicaciones y se deponen las armas”.
Su obra ha sido reconocida en libros, y este mes fue incorporada al Salón de la Fama de los Estadounidenses que Ayudan, con sede en Washington. Entre sus admiradores hay directores y guardiacárceles.
“Los directores pasan, yo también pasaré, pero la madre Antonia siempre estará aquí”, dijo José Francisco Giménez Gómez, director de la cárcel desde hace un año y medio. “Ella es como un rayo de sol”.
La luz en su celda diminuta entra por dos ventanas con vista a una torre de vigilancia y una cerca de alambre de púas. Una sábana blanca sirve de puerta a un pequeño baño con una ducha de agua fría.
Atraviesa la prisión, muy sonriente, saludando a presos y guardias. A muchos los besa en la mejilla. Llama a todos “mi hijo”.
“Todos la quieren”, dice José Luis Romero, que está cumpliendo una condena a cuatro años y medio por robar un auto. “Uno siempre se siente mejor después de verla”.
Brenner, cuyo nombre original era Mary Clarke, nació en Los Ángeles, la segunda de tres hermanos. Su padre se hizo rico vendiendo material de oficina a contratistas de la defensa durante la Segunda Guerra Mundial.
La familia vivía en Beverly Hills y tenía una casa de verano de 11 habitaciones, con vista al mar, en Laguna Beach, al sur de Los Ángeles. Después se mudó a Ventura County, su último hogar antes de la prisión.
Después de dos matrimonios que culminaron en divorcios, Brenner se dedicó a las obras de caridad, bajo la influencia de un sacerdote de Los Ángeles llamado Anthony Brouwers.
“Finalmente todo se acaba, tu dinero, tu enfermedad, tu familia, tu tiempo en la cárcel”, dice en un español impecable a una veintena de presos vestidos de mameluco gris. “Lo único que no se acaba es el amor de Cristo por ti”.
Elio Spagat
Dios nos ha llamado a ser reflejo de su amor a otros, especialmente a los más necesitados y heridos. Nunca rehusemos ser una extensión del amor de Dios.
‘Señor, ¿cuándo te vimos hambriento y te alimentamos, o sediento y te dimos de beber?
Cuándo te vimos como forastero y te dimos alojamiento, o necesitado de ropa y te vestimos?
¿Cuándo te vimos enfermo o en la cárcel y te visitamos?’
El Rey les responderá: ‘Les aseguro que todo lo que hicieron por uno de mis hermanos, aun por el más pequeño, lo hicieron por mí.’ Mateo 25:37-40

FELICIDAD EN TODO

Lectura: Colosenses 3:12-17.
"Y todo lo que hacéis, sea de palabra o de hecho, hacedlo todo en el nombre del Señor Jesús" Colosenses 3:17
En agosto del 2007, un gran puente en Minneapolis se derrumbó sobre el Río Mississippi, matando a 13 personas. En las semanas que siguieron, me fue difícil no pensar en dicha tragedia cada vez que cruzaba un puente.
Algún tiempo después estaba viendo un episodio de Trabajos Sucios en el Canal Discovery. El presentador, Mike Rowe, hablaba con un pintor industrial, cuyo trabajo estaba tratando de replicar. «Realmente no hay nada de qué vanagloriarse en lo que usted hace», le dijo. «Es cierto —contestó el pintor—, pero es un trabajo que tiene que hacerse».
Este hombre pinta el interior de las torres del Puente Mackinac en el norte de Michigan. Realiza su labor desapercibida para garantizar que el acero de la magnífica estructura suspendida no se oxide desde el interior y la integridad del puente no se vea comprometida. La mayoría de las 12 mil personas que cruzan los Estrechos del Mackinac cada día ni siquiera son conscientes de que dependen de la fiel y concienzuda labor de obreros como este pintor.
Dios también ve nuestra fidelidad en las cosas que hacemos. Aunque pensemos que nuestras acciones —grandes y pequeñas— algunas veces pasan desapercibidas, la Persona más importante de todas las está observando. Cualquiera que sea nuestra labor hoy, hagámoslo «todo en el nombre del Señor Jesús» (Colosenses 3:17).
El trabajo diario adquiere valor eterno cuando se hace para Dios.

viernes, 26 de marzo de 2010

UN SOLO VIAJE MÁS

Durante treinta años había manejado por la misma ruta. Durante treinta años había guiado el autobús por en medio de rectas, curvas y barrancos. Treinta años sus férreas manos habían empuñado el volante, y treinta años había llevado y traído pasajeros en la ruta de Granada-Málaga, reino de España.

Pero con treinta años de trabajo, José Mancera Sánchez, de cincuenta y nueve años de edad, podía jubilarse. No tenía que seguir esa cansada y monótona tarea. Su pensión de jubilación sería menos que su salario si seguía trabajando, pero con algunos ahorros que había hecho, podría subsistir.

Quiso, sin embargo, hacer un último viaje. Sería su viaje de despedida. «Me jubilaré —había dicho— después de este último viaje.» Pero ese fue, en efecto, su último viaje. José Mancera Sánchez se desmayó en el volante, y el autobús, con cuarenta y un pasajeros a bordo, se precipitó a un barranco de veinticinco metros de profundidad. Hubo muchos heridos, y perdieron la vida Mancera y cinco pasajeros más.

¿Cuántas cosas nos ocurren por querer hacer «un viaje más»? ¿Y cuántas veces el sentido de la prudencia y la voz de la conciencia se unen para gritarnos: «¡Basta ya!, es hora de dejar eso»? Pero atenuamos ese grito convencidos de que es «una sola vez más».

¿Cuántas veces no ha ocurrido que un hombre lleno de alcohol insiste en tomar una sola copa más, y es esa copa la que le causa el accidente fatal? Así le pasa al joven que anda en el narcotráfico e insiste en hacer un solo negocio más, y es esa última venta la que lo manda a la prisión federal.

¿Y qué del «caballero» que, enredado en un amor prohibido, siente la voz de la conciencia que le dice: «Deja eso de una vez», pero sigue entregándose al gusto de la seducción, y ese último gusto resulta en su ruina? Por insistir en «una aventura más» sufre la total destrucción de su hogar.

Es importante aclarar que no es sólo el último pecado el que destruye. Toda infracción destruye. Pero cuando insistimos al extremo, no sólo perdemos años de tranquilidad, sino que ese último desenfreno puede costarnos la vida.

Reaccionemos ahora mismo antes que nuestra desmesura nos corte la existencia. Busquemos la ayuda de Dios. Jesucristo ofrece librarnos de toda senda resbaladiza, de todo precipicio siniestro y de toda costumbre mortal. Él quiere darnos la sensatez, la conciencia y la razón necesarias para no caer nunca en el mal. Cristo es el único Salvador que tenemos, nuestro único Maestro y Guía. Permitámosle que sea no sólo un verdadero amigo como ningún otro, sino también el único Piloto de nuestra vida.

Hermano Pablo

miércoles, 24 de marzo de 2010

GAUSS , NIÑO PRODIGIO

ohann Karl Friedrich Gauss fue uno de los más grandes matemáticos de la historia. Su precocidad en relación con las matemáticas se pone de manifiesto en las siguientes anécdotas
Antes de cumplir 3 años se encontraba con su padre que estaba preparando la nómina de los obreros que de él dependían.
El joven Gauss que seguía con gran atención los cálculos del padre le dijo al terminar : “Padre has hecho mal la cuenta, el resultado debe ser … “.
El padre al repasar los cálculos comprobó con sorpresa que el hijo tenía razón. La historia es todavía más sorprendente si tenemos en cuenta que nadie le había enseñado a leer.
Un día en la escuela cuando tenía 10 años el maestro propuso como ejercicio sumar 100 números consecutivos. Hay un método sencillo para hacerlo que el maestro conocía pero sus alumnos no. Era costumbre que el primero en acabar el ejercicio debía dejar su pizarra sobre la mesa del maestro, el siguiente alumno encima de la del primero y así sucesivamente.
Nada más terminar el maestro el enunciado del ejercicio Gauss puso su pizarra sobre la mesa del maestro. Cuando al cabo de una hora acabaron sus compañeros, el maestro comprobó sorprendido como el resultado que aparecía en la pizarra de Gauss era el correcto.
A Gauss, ya mayor, le gustaba contar como el resultado de su pizarra era el único correcto.
El maestro quedó tan impresionado que de su propio bolsillo compró un libro de aritmética y se lo regaló a Gauss quien rápidamente lo devoró.
Nunca menospreciemos la habilidad y el talento que podemos encontrar en un niño, porque podríamos estas frente a un Gauss o un Einstein. Cómo padres, aprendamos a valorar los regalos de Dios colocado dentro de un niño.
En aquel tiempo, respondiendo Jesús, dijo: Te alabo, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque escondiste estas cosas de los sabios y de los entendidos, y las revelaste a los niños. Mateo 11:25
Entonces le fueron presentados unos niños, para que pusiese las manos sobre ellos, y orase; y los discípulos les reprendieron. Mateo 19:13
Y el niño crecía, y se fortalecía en espíritu; y estuvo en lugares desiertos hasta el día de su manifestación a Israel. Lucas 1:80

DIAS CORRIENTES

Lectura: Lucas 2:8-20.
"Y he aquí, se les presentó un ángel del Señor, y la gloria del Señor los rodeó de resplandor; y tuvieron gran temor" Lucas 2:9
En la revista God’s Revivalist (El que hace el avivamiento de Dios) la autora Anita Brechbill hizo la observación de que «la mayoría de las veces la Palabra del Señor llega al alma en medio de los deberes ordinarios de la vida». Ella cita los ejemplos de Zacarías cuando estaba realizando sus deberes como sacerdote y de los pastores cuando vigilaban sus rebaños. Trabajaban según su costumbre, sin la menor idea de que estaban a punto de recibir un mensaje de parte de Dios.
Lucas describe los días comunes y corrientes en que estos hombres recibieron su mensaje de parte de Dios: «Ejerciendo Zacarías el sacerdocio delante de Dios según el orden de su clase,… se le apareció un ángel del Señor» (1:8,11). Mientras los pastores «velaban y guardaban las vigilias de la noche sobre su rebaño… se les presentó un ángel del Señor, y la gloria del Señor los rodeó de resplandor» (2:8,9).
En su obra My Utmost for His Highest (En pos de lo supremo), Oswald Chambers dijo: «Rara es la vez en que Jesús llega donde lo esperamos; Él aparece donde menos lo esperamos y siempre en las situaciones más ilógicas. La única manera en que un obrero puede mantenerse fiel a Dios es estando listo para las visitas por sorpresa del Señor».
En este día común y corriente, puede que el Señor tenga una palabra de aliento, guía o instrucción para nosotros, si estamos escuchando y listos para obedecer.
Dios les habla a aquellos que están en silencio delante de Él.

martes, 23 de marzo de 2010

PAGANDO POR SERVIR

Tiempos atrás mi hija me dió una lección clara y práctica sobre el trabajo, que todos nosotros podemos llevar en consideración. Piense en esto: ¿Por qué una niña de 15 años usaría una de sus semanas de verano, para cuidar a un niño autista, pagando por eso?
Esta pregunta cruzó mi mente cuando visité, con mi familia, Campo Barnabás, una entidad para niños con necesidades especiales, localizada en Purdy, Missouri. Mi hija Megan, como muchos otros increíbles adolescentes, dedicó su semana para cuidar y demostrar amor y compasión a un niño en esa entidad.
Esos adolescentes pagan una tasa, para poder servir a otros. Cuando le pregunté a mi hija por qué ella estaba dispuesta a trabajar y pagar por ese privilegio, ella dijo: “para poder ir a un gran campamento y trabajar con los niños más increíbles”
Megan fue al inicio designada para trabajar en la cocina, pero Dios organizó la semana de tal manera que le dió la oportunidad de servir en particular a un niño con necesidades especiales, eso resultó ser una experiencia única, encantadora e inolvidable para ella.
¡Imagínese pagar para servir a una persona en condiciones no favorables y amar cada minuto!
Relacione eso al hombre y mujer típicos del mercado de trabajo actual. Más de la mitad de los adultos que participaron en una encuesta, declararon que no les gusta su trabajo. Ellos consideran sus empleos como un “mal necesario” y los desempeñan apenas para ganar dinero suficiente para sustentar el estilo de vida que escogieron.
Esas personas odian cuando el reloj les dice que es hora de ir al trabajo y mas bien pueden esperar que les muestre que finalmente es hora de ir a casa.
¿Cuál es, en su opinión, la diferencia entre aquellos que verdaderamente les gusta su trabajo y de los que lo odian? Aunque existan muchas respuestas diferentes, pienso que una razón importante envuelve la vocación y la dirección de Dios para nuestra vida.
Si usted está haciendo lo que Dios lo vocacionó, lo equipó y lo dotó para hacer, probablemente está sintiendo más alegría en vez de sufrimiento en su trabajo.
El rey Salomón, en Eclesiastes 5:19-20, enseñó “Asimismo, a todo hombre a quien Dios da riquezas y bienes, le da también facultad para que coma de ellas, y tome su parte, y goce de su trabajo, esto es don de Dios. Porque no se acordará mucho de los días de su vida; pues Dios le llenará de alegría el corazón”
Siglos más tarde, escribiendo a los seguidores de Jesucristo de la antigua ciudad de los Colosenses, el apóstol Pablo menciona que la satisfacción y la realización en el trabajo son grandemente determinadas por nuestro foco: “Y todo lo que hagáis, hacedlo de corazón como para el Señor y no para los hombres; sabiendo que del Señor recibiréis la recompensa de la herencia, porque a Cristo el Señor servís” (Colosenses 3:23-24).
¿A usted le gusta y descubre gran alegría en el corazón al desempeñar sus responsabilidades en el trabajo? Si la respuesta es si, usted es una persona bendecida y probablemente, forma parte de una minoría.
Cuando a las personas les gusta lo que están haciendo, probablemente serán excelentes en su trabajo, porque lo realizan con entusiasmo.
Mientras que si a usted no le gusta su trabajo, sería sabio hacer una pausa y evaluar lo que está haciendo. Pregúntele a Dios si está siguiendo su vocación y la dirección que Él le dió a su vida.
Rick boxx. Mana del Lunes

PROYECTADO SOMBRAS

Lectura: 1 Corintios 1:18-31.
"A fin de que nadie se jacte en su presencia" 1 Corintios 1:29
Dice la leyenda que Miguel Ángel pintaba con un pincel en una mano y una vela en la otra para evitar que su propia sombra cubriera la obra maestra que estaba en proceso.
Ese es el tipo de actitud que debemos adoptar si hemos de ser serios en cuanto a querer mostrar la obra maestra de la gloria de Dios en el lienzo de nuestras vidas. Desafortunadamente, tendemos a vivir atrayendo la atención sobre nosotros mismos: nuestros automóviles, nuestras ropas, nuestras carreras, nuestra posición, nuestra sagacidad, nuestro éxito. Y cuando la vida gira a nuestro alrededor, es difícil que las personas puedan ver a Jesús en nosotros. Jesús nos salvó para ser el reflejo de Su gloria (Romanos 8:29), pero cuando vivimos para nosotros mismos, nuestra sombra se proyecta sobre el lienzo de Su presencia en nosotros.
Cuando los creyentes en Corinto empezaron a ser demasiado engreídos, Pablo les advirtió «a fin de que nadie se jacte [alardee] en su presencia» (1 Corintios 1:29) y les recordó lo que Jeremías había dicho: «El que se gloría, gloríese en el Señor» (v. 31; Jeremías 9:24).
Piensa en tu vida como un lienzo sobre el cual se está pintando un cuadro. ¿Qué preferirías que viera la gente: la obra maestra de la presencia de Jesús o la sombra de tu propio perfil? No te interpongas en medio de una gran obra en proceso. Vive para dejar que los demás vean a Jesús en ti.
La vida de un cristiano es el lienzo sobre el cual los demás pueden ver a Jesús.

«DE VERAS ME AMABA»

—No tomes esa foto —advirtió Lawrence Collier—; es peligroso.

Lawrence, un joven australiano, conocía esa reserva y conocía la ferocidad de las fieras.

—Pero son leones mansos y, además, está permitido —le contestó la muchacha, despreocupada.

La joven, Judith Damien, también australiana, era amiga de Lawrence. Se habían conocido en Australia, y había un interés más que de amigos entre ellos. Los dos habían ido como turistas a la reserva de Masai Mara en Nairobi, Kenya.

La joven preparó su cámara, e iba acercándose a una de las fieras cuando, de repente, los leones se abalanzaron sobre ella. Todo ocurrió en un instante.

Lawrence, que vio todo desde el vehículo, saltó en medio e interpuso su cuerpo entre ella y los leones. La pareja de felinos hizo presa de él, matándolo en el acto. Judith, aterrorizada, logró ponerse a salvo a pesar de estar herida.

Esa tarde, de vuelta al campamento, Judith dijo: «Él puso su vida por la mía. Nunca me dijo claramente que me amaba. Ahora sí sé que de veras me amaba.»

No hay como una tragedia para revelar quiénes son nuestros verdaderos amigos. El dolor, la agonía, la calamidad, revelan quiénes son las personas que de veras nos estiman. La calamidad ahuyenta a los distantes, pero acerca a los que nos aprecian. Es una especie de ley muda pero cierta. La tragedia, el accidente, la enfermedad, la muerte de un ser querido, tienen su manera de atraer a nuestro lado aquellos que son, de veras, nuestros amigos.

Esto nos lleva a hacer la pregunta: ¿Cuánto amor tuvo que tener Jesucristo para impulsarlo a entregar su vida en la cruz por nosotros, el género humano? Cristo mismo da la respuesta: «Nadie tiene amor más grande que el dar la vida por sus amigos» (Juan 15:13).

Todo amor se prueba con los hechos. Palabritas dulces las hay a montones, y el infame seductor sabe usarlas bien. Pero una cosa es el amor genuino, y otra, los hechos que lo comprueban.

Jesús expuso y dio ejemplo de la doctrina del amor verdadero. Él mismo, por amor, dio su vida por nosotros. Su amor fue perfecto, y se materializó en un sacrificio perfecto.

Jesús probó su amor hacia nosotros tomando nuestro lugar en la cruz. ¿Qué podemos nosotros darle a Él? Podemos corresponder a su amor. Podemos decirle: «Gracias, Señor, por lo que hiciste por mí. Mi vida es tuya para siempre.»

Hermano Pablo

lunes, 22 de marzo de 2010

«¿ACASO EN VANO LLEGAMOS A VIVIR?»

En el museo de la culta y refinada ciudad de Hermosillo en México hay una placa con la inscripción de un poema azteca escrito en náhuatl, el idioma de los antiguos habitantes del país.

La traducción española de este poema dice así: «¿Con qué me iré a la eternidad? ¿Se acabarán mis cantos como se marchitan las flores? ¿Nada será mi nombre alguna vez? ¿Nada dejaré que me recuerde en la tierra? ¿Al menos flores, al menos cantos? ¿Cómo ha de obrar mi corazón? ¿Acaso en vano llegamos a vivir?»

Aunque escrito quizá siglos antes de que Colón descubriera América y antes de que Hernán Cortés hiciera temblar la tierra de los aztecas con sus botas de conquistador, un hombre de corazón sensible habló con su alma y preguntó: «¿Acaso en vano llegamos a vivir?»

Esta pregunta del desconocido poeta azteca es universal. No ha habido persona sensible en la tierra que no se haya preguntado alguna vez: «¿De dónde vengo? ¿Hacia dónde voy? ¿Qué estoy haciendo aquí?» La seguridad instintiva de que venimos de alguna parte y vamos hacia otra parte, y de que en la tierra y en la vida estamos sólo de paso, pertenece a la experiencia común de los seres humanos.

La Biblia tiene la respuesta. Dice que venimos de Dios y a Dios vamos. Y mientras estamos en la tierra y en la vida, somos puestos a prueba para ver si nos capacitamos o no para ascender a la vida superior del cielo.

No venimos a vivir en vano. Venimos a cumplir con una ley y a someternos a una disciplina. Como seres humanos inteligentes y racionales, y como seres espirituales con poder para tomar decisiones y escoger entre el bien y el mal, si somos capaces de cumplir con las exigencias de Dios, no habremos vivido en vano. Habremos pasado la prueba y habremos sido aprobados para llegar a la presencia de Dios.

En esta prueba larga y dura que es la vida, quien nos ayuda es Jesucristo el Salvador. Él derramó su sangre en la cruz para redimirnos del pecado y, si se lo permitimos, nos da de su Espíritu divino a fin de que tengamos el poder para vivir rectamente. Y quiere estar a nuestro lado cada día. Con Cristo, alcanzamos la victoria suprema. Por eso en la Biblia Dios nos pide: «Dame, hijo mío, tu corazón» (Proverbios 23:26).

¡Dejemos un recuerdo de amor y de fe en nuestro peregrinaje terrenal!

Hermano Pablo

EUREKA....

Herón II, rey de Siracusa, pidió un día a su pariente Arquímedes (aprox. 287 a.C. – aprox. 212 a.C.), que comprobara si una corona que había encargado a un orfebre local era realmente de oro puro.
El rey le pidió también de forma expresa que no dañase la corona.
Arquímedes dio vueltas y vueltas al problema sin saber como atacarlo, hasta que un día, al meterse en la bañera para darse un baño, se le ocurrió la solución.
Pensó que el agua que se desbordaba tenía que ser igual al volumen de su cuerpo que estaba sumergido.
Si medía el agua que rebosaba al meter la corona, conocería el volumen de la misma y a continuación podría compararlo con el volumen de un objeto de oro del mismo peso que la corona.
Si los volúmenes no fuesen iguales, sería una prueba de que la corona no era de oro puro.
A consecuencia de la excitación que le produjo su descubrimiento, Arquímedes salió del baño y fue corriendo desnudo como estaba hacia el palacio gritando : “¡Lo encontré! ¡Lo encontré!”
La palabra griega “¡Eureka!” utilizada por Arquímedes, ha quedado desde entonces como una expresión que indica la realización de un descubrimiento.
Al llevar a la práctica lo descubierto, se comprobó que la corona tenía un volumen mayor que un objeto de oro de su mismo peso. Contenía plata que es un metal menos denso que el oro.
No todo lo que brilla es oro. Hay cosas y vidas que parecen resplandecientes y muchos alrededor pueden estar engañados. Sin embargo, la calidad de las cosas o las personas siempre pueden ser evaluadas, porque de una u otra manera la esencia misma será revelada.
Que puedan vivir una vida de tal calidad y excelencia viviendo en Dios y para Dios que cuando alguien te vea, pueda decir como Arquìmedes:
!Eureka!! !!Eureka!!. !La encontrè!! !! La encontrè!!
Porque nadie puede poner otro fundamento que el que está puesto, el cual es Jesucristo. Y si sobre este fundamento alguno edificare oro, plata, piedras preciosas, madera, heno, hojarasca, la obra de cada uno se hará manifiesta; porque el día la declarará, pues por el fuego será revelada; y la obra de cada uno cuál sea, el fuego la probará. 1 Corintios 3:11-13

LA CASA TORCIDA

Lectura: Apocalipsis 3:14-20.
"Yo reprendo y castigo a todos los que amo; sé, pues, celoso, y arrepiéntete" Apocalípsis 3:19
Cuando Roberto se mudó a su casa de cien años de antigüedad, los extraños sonidos que de ella emanaban eran desconcertantes. Un carpintero le dijo que la casa estaba torcida. Roberto admitió,: «Podía verlo en los pisos, los cielos rasos, la línea del tejado, las jambas e incluso los marcos de las ventanas. Si se dejaba caer una pelota en el piso, ésta se iría rodando hasta perderse». Diecisiete años después, la casa sigue en pie y Roberto ha llegado a habituarse a ella e incluso a quererla.
En Apocalipsis, Jesús se enfrentó a una iglesia que se había acostumbrado a su espiritualidad torcida e incluso había llegado a amar sus inconsistencias. Laodicea era una ciudad acaudalada; pero esa misma riqueza la había llevado a una falsa ilusión de autosuficiencia. Esto se había impregnado en la cultura de la iglesia y había producido un tipo de espiritualidad torcida que parecía decir «no necesitamos a Jesús». Por lo tanto, Jesús reprendió a estos creyentes, llamándoles «tibios… desventurados, miserables, pobres, ciegos y desnudos» (3:16-17). Les reprendió porque les amaba y seguía queriendo una comunión cada vez más profunda con ellos. Así que les dio la oportunidad de arrepentirse (v. 19).
Si la autosuficiencia ha torcido tu comunión con Jesús, puedes enderezarla por medio del arrepentimiento y una renovación de la comunión íntima con Él.
El arrepentimiento es la manera que Dios usa para enderezar lo torcido.

sábado, 20 de marzo de 2010

AMGO O ANGEL

¿Sabes tú cuál es la diferencia entre un amigo y un ángel?
Un ángel no nos escoge, Dios nos lo asigna… un amigo nos toma de la mano y nos acerca a Dios.
Un ángel tiene la obligación de cuidarnos, un amigo nos cuida por amor.
Un ángel te ayuda evitando que tengas problemas mientras que un amigo te ayuda a resolverlos.
Un ángel te ve sufrir, sin poder abrazarte, un amigo te abraza por que no quiere verte sufrir.
Un ángel te ve sonreir y observa tus alegrías, un amigo te hace sonreir y te hace parte de sus alegrías.
Un ángel sabe cuando necesitas que alguien te escuche mientras que un amigo te escucha sin decirle que lo necesitas.
Un ángel es en realidad parte de tus sueños, un amigo comparte y lucha porque tus sueños sean una realidad.
Un ángel siempre está contigo ahí, no sabe extrañarnos, un amigo cuando no está contigo, no sólo te extraña, también piensa en ti.
Un ángel vela tus sueños, un amigo sueña contigo.
Un ángel aplaude tus triunfos un amigo te ayuda para que triunfes.
Un ángel se preocupa cuando estas mal, un amigo se desvive porque estés bien.
Un ángel recibe una oración tuya mientras, un amigo hace una oración por ti.
Un ángel te ayuda a sobrevivir.. un amigo vive por ti.
Para un ángel eres una misión que cumplir… para un amigo eres un tesoro que defender…
Un ángel es algo celestial… un amigo es la oportunidad de conocer lo más hermoso que hay en la vida: “el amor y la amistad”…
Un ángel quisiera ser tu amigo… un amigo sin proponérselo lo es.
Proverbios 18:24 “El hombre que tiene amigos, ha de mostrarse amigo: Y amigo hay más conjunto que el hermano.”
Y tres amigos de Job, Elifaz temanita, Bildad suhita, y Zofar naamatita, luego que oyeron todo este mal que le había sobrevenido, vinieron cada uno de su lugar; porque habían convenido en venir juntos para condolerse de él y para consolarle. Job 2:11

EL TIEMPO DE TOMAS

Lectura: Juan 20:24-28.
"Entonces Tomás respondió y le dijo: !Señor mío, y Dios mío!" Juan 20:28
Un joven estaba luchando con su fe. Después de crecer en un hogar donde le amaron y le criaron de una manera piadosa, permitió que las malas decisiones y las circunstancias le alejaran del Señor. Aunque había afirmado conocer a Jesús cuando era un niño, ahora luchaba con la incredulidad.
Un día, mientras hablaba con él, le dije: «Sé que caminaste con el Señor por largo tiempo, pero justo ahora no estás tan seguro acerca de Jesús y la fe. ¿Puedo decirte que creo que te encuentras en el ‘tiempo de Tomás’ en tu vida?»
Él sabía que Tomás era uno de los doce apóstoles y que había confiado abiertamente en Cristo por varios años. Le recordé a este joven que, después de la muerte de Jesús, Tomás dudó de que Él realmente hubiese resucitado de la tumba. Pero ocho días después el Señor se le apareció a Tomás, le mostró Sus cicatrices y le dijo que dejara de dudar y creyera. Finalmente, listo para abandonar sus dudas, Tomás dijo: «¡Señor mío, y Dios mío!»
¿Será posible que te encuentres en el «tiempo de Tomás»; es un momento en el que te parece difícil sentirte cerca de Jesús, tal vez incluso dudando de Él? Jesús está esperándote. Extiende tu brazo y toma Su mano marcada por los clavos.
Un hijo de Dios siempre es bienvenido a casa.

viernes, 19 de marzo de 2010

LA META DE J. C.PENNEY

El fundador de la cadena de tiendas por departamento J.C. Penney, declaró:
«Deme un empleado de almacén con una meta y yo le daré un hombre que hará historia. Deme un hombre sin una meta y le daré un empleado de almacén».
Penney reconocía el poder y la importancia de las metas.
Mientras usted trabaja en ellas, ellas trabajan en usted.
Lo que usted obtiene al lograr sus metas no es tan importante como lo que usted llega a ser al lograrlas.
En el caso de Penney, hizo más que hacerse rico al edificar una cadena de 1,600 tiendas por departamento con ventas mayores a los cuatro mil millones de dólares. Él desarrolló su potencial y el de otros y dio generosamente para obras de caridad y ayudó a personas que trabajaban para él.
Después de hacer pública su compañía en 1927, dio acciones a todos sus gerentes e incluyó a todos los empleado en un programa de repartición de ganancias. Es evidente que halló su propósito, creció en su potencial, y sembró semillas para beneficio de otros.
Verdaderamente tuvo éxito.
A medida que usted explora su sueño, pondera su propósito e identifica sus metas, prepárese para las cosas maravillosas que ocurrirán.
No se puede decir lo que ocurrirá en el viaje al éxito. Al final, su vida puede superar sus expectativas. Pero tiene que empezar en algún punto para cumplir su sueño, y establecer metas es un excelente punto de partida
Tomado de:Maxwell, J. C. 2003; 2003. El mapa para alcanzar el exito; Your Road Map for Success . Thomas Nelson, Inc.
Hacía donde te diriges? Ya tienes un sueño en tu mente? Sabes a donde llegar? Qué es lo que motiva tu vida? Que Dios sea el guia en tu vida.
Bendito sea El Señor, Dios de mi amo Abraham, que no apartó de mi amo su misericordia y su verdad, guiándome Jehová en el camino a casa de los hermanos de mi amo. Gen 24:27
Entonces él me respondió: El Señor, en cuya presencia he andado, enviará su ángel contigo, y prosperará tu camino; y tomarás para mi hijo mujer de mi familia y de la casa de mi padre. Gen 24:40
Dios de mi señor Abraham, si tú prosperas ahora mi camino por el cual ando. Gen 24:42

UN CORAZON DE PREOCUPACION


Lectura: Filipenses 2:1-11.
"Estimando cada uno a los demás como superiores a él mismo; no mirando cada uno por lo suyo propio, sino cada cual también por lo de los otros" Filipenses 2:3-4
Jason Ray era un rayo de alegría en la Universidad de Carolina del Norte en Chapel Hill. Durante tres años representó al Carnero Ramsés (la mascota de la universidad), arrastrando la gigantesca cabeza de carnero de su disfraz a los eventos deportivos unos días, y a los hospitales infantiles otros. Luego, en marzo del 2007, mientras estaba con su equipo en un torneo de baloncesto, un automóvil atropelló a Jason. Su familia hizo vigilia y esperó en el hospital, pero el joven de 21 años sucumbió a sus heridas y murió.
Sin embargo, su historia no termina allí. Dos años antes, Jason había llenado unos formularios para donar sus órganos después de su muerte; y ese acto de preocupación salvó la vida de cuatro personas y ayudó a docenas más. Un joven en la flor de la vida, con todos los motivos para vivir, se preocupó por el bienestar de los demás y actuó en base a dicha preocupación. Las personas que recibieron la ayuda y sus familias están profundamente agradecidas a este joven, quien pensó en los demás.
El acto de Jason resuena en el meollo de las palabras de Pablo en Filipenses 2, cuando éste llamó a los creyentes a que vieran más allá de sí mismos y sus propios intereses y vieran los intereses de los demás. Un corazón que se vuelve hacia las otras personas ciertamente será un corazón sano.
Ver las necesidades de los demás honra a Cristo.

jueves, 18 de marzo de 2010

¿QUE IMPLICA UN NOMBRE?

Lectura: Hechos 11:19-26.
"Os ruego que andéis como es digno de la vocación con que fuisteis llamados" Efesios 4:1
Mi apellido chino me separa de las demás personas con otros apellidos. También me confiere una responsabilidad familiar. Soy un miembro de la familia Hia. Como miembro de la familia, se espera que yo continúe con la línea Hia y conserve el honor de mis ancestros.
Los creyentes que han sido salvados por la sangre expiatoria de Jesucristo tienen un apellido espiritual. Se nos llama «cristianos».
En el Nuevo Testamento, fueron los discípulos de Antioquia quienes recibieron el nombre cristianos por parte de aquellos que observaron su comportamiento (Hechos 11:26). Dos cosas definían a estos primeros creyentes. Hablaban acerca de las buenas nuevas del Señor Jesús dondequiera que iban (v. 20); y aprendieron con entusiasmo las Escrituras cuando Bernabé y Saulo les enseñaron durante todo un año (v. 26).
El nombre cristiano significa un «seguidor de Cristo», literalmente, alguien que «se pega» a Cristo. Hoy en día, muchas personas se llaman a sí mismos cristianos. Pero, ¿debieran hacerlo?
Si te llamas a ti mismo cristiano, ¿le dice tu vida a los demás quién es Jesús? ¿Tienes sed de la Palabra de Dios? ¿Tus acciones dan honra o traen vergüenza al nombre de Cristo?
¿Qué implica un nombre? Cuando el nombre es cristiano, ¡ciertamente implica mucho!
Un cristiano refleja a Jesucristo.

LA GSLLETA

Uno de mis pacientes, un empresario exitoso, me cuenta que antes de su cáncer, solía deprimirse a menos que las cosas saliesen de una manera específica.
La felicidad consistía en “tener la galleta”. Si tenía la galleta, las cosas estaban bien. Si no la tenía, la vida no valía un comino. Desafortunadamente, la galleta continuaba cambiando. Parte del tiempo era dinero, algunas veces poder, a veces sexo. En otras ocasiones, era un nuevo auto, el contrato más grande y la dirección más prestigiosa.
Un año y medio después de su diagnóstico de cáncer en la próstata se rasca la cabeza pensativo. “Es como si hubiese dejado de aprender a vivir tras dejar de ser muchacho. Cuando le doy a mi hijo una galleta, él se pone feliz. Si le quito la galleta o ésta se rompe, se entristece.
Pero él tiene dos años y medio y yo cuarenta y tres. Me ha tomado todo este tiempo comprender que la galleta nunca me hubiera hecho feliz por mucho tiempo.
En el momento en que tenemos la galleta y comienza a romperse o comenzamos a preocuparnos de que se rompa o de que alguien quiera quitárnosla, uno tiene que renunciar a un montón de cosas para cuidar de la galleta, para evitar que se rompa y asegurarnos de que nadie nos la quite.
Tal vez ni siquiera tengamos la oportunidad de comerla por estar tan ocupados intentando de no perderla. El tener la galleta no es de lo que trata la vida”.
Mi paciente se ríe y dice que el cáncer le ha cambiado. Por primera vez es feliz.
No importa si su negocio va bien o no, no importa si gana o pierde en el golf. “Hace dos años, el cáncer me preguntó: ‘Okay, ¿qué es importante? ¿Qué es realmente importante?’ Bueno, la vida es importante. La vida.
La vida de cualquier forma en que podamos tenerla. La vida con la galleta. La vida sin la galleta. La felicidad no tiene que ver nada con la galleta, tiene que ver con estar vivos. Antes, ¿quién hizo el tiempo?” Se detiene pensativo. “Vaya, creo después de todo la vida es la galleta”
Rachel Naomi Remen
Mucha gente se desespera por la galleta en la vida y pierden de vista la vida misma. Vive y disfruta hoy de las bendiciones de Dios y dejarás de preocuparte por la galleta.
“Mas buscad primeramente el Reino de Dios y su justicia y todas las demás cosas vendrán por añadidura” Jesús.

miércoles, 17 de marzo de 2010

«VIVIENDO EN UN CHIQUERO»


Todo el día era un concierto de gruñidos, chillidos y chapoteos en el barro. El ambiente era malsano, el aire estaba emponzoñado, y los alrededores, grises y malolientes. No se podía esperar nada mejor de lo que era un enorme chiquero, con docenas de puercos semisumergidos en el fango.

Una niña hermosa de siete años de edad estaba allí. La habían atado a un poste con una cuerda. Apenas le daban mala comida, y la tenían medio desnuda a la intemperie. Todo esto ocurría en el caserío El Canito de Maracaibo, Venezuela. Sólo la oportuna intervención de una religiosa que vio a la niña en ese lugar la salvó de una horrible muerte segura.

«Viviendo en un chiquero» eran los titulares de los diarios de Maracaibo que daban la noticia. A la niña la había dejado su madre en manos de unos campesinos mientras iba a la ciudad a internarse en el hospital. La madre no volvió a reclamarla, y los campesinos obligaron a la niña a vivir entre los cerdos.

Puede decirse que fue un caso de ignorancia, de insensibilidad, favorecida por la escasa cultura; un caso de violenta necesidad, engendrada por la pobreza. O quizá fuera un sórdido acto de desquite. Pero la trágica realidad era que a una niña de siete años la obligaron a vivir en un chiquero.

Los chiqueros del campo y los de las grandes ciudades abundan en nuestros tiempos. Los chiqueros campesinos, cuando están a campo abierto y en medio de un paisaje agreste y rural, son hasta bonitos, si sabemos mirarlos con ojos de artista, de poeta o de filósofo. Pero los chiqueros de las ciudades no tienen nada de bonitos.

Pensemos, por ejemplo, en las cantinas, donde hombres y mujeres pasan las horas bebiendo. ¿Tienen éstos algo de bonito? Pensemos, así mismo, en los garitos y en las casas de juego, donde otros tantos pasan horas enteras quemando su dinero y empobreciéndose material y moralmente. ¿Acaso tienen algo de bonito?

Aunque pudiera parecer demasiado sarcástico o mordaz, o que tuviéramos la intención de denigrar o de insultar a alguien, debemos decir las cosas con franqueza: las casas de juego, las cantinas, los lenocinios y lugares por el estilo son poco menos que chiqueros de las ciudades, aunque en ellos haya música, luces, perfumes y personas elegantemente vestidas.

¿Quién puede sacarnos de tales sitios? Uno solo: Jesucristo. Él puede, y quiere, hacerlo hoy mismo.

Hermano Pablo

martes, 16 de marzo de 2010

ALZANDO LAS MANOS AL CIELO

Lectura: Romanos 8:18-27.
"Pero el Espíritu mismo intercede por nosotros con gemidos indecibles" Romanos 8:26
Veo a niños que alzan sus manos hacia sus madres, ansiosos por captar su atención. Me recuerda mis propios esfuerzos por llegar a Dios en oración.
La iglesia primitiva declaró que la obra de los ancianos es amar y orar. De estos dos, me parece que amar es lo más difícil y orar es lo más confuso. Mi debilidad radica en no saber exactamente por qué debo orar. ¿Debo orar para que los demás sean librados de sus tribulaciones —o para que dichas tribulaciones desaparezcan? ¿O debo orar pidiendo valentía para continuar en medio de las dificultades que les acosan?
Encuentro consuelo en las palabras de Pablo: «Y de igual manera el Espíritu nos ayuda en nuestra debilidad» (Romanos 8:26). Aquí el apóstol usa un verbo que significa «ayudar uniéndose en una actividad o esfuerzo». El Espíritu de Dios se une al nuestro cuando oramos. Él intercede por nosotros «con gemidos indecibles». Él se conmueve con nuestras tribulaciones; a menudo suspira mientras ora. Se preocupa profundamente por nosotros —más de lo que nos preocupamos por nosotros mismos. Más aún, ora «conforme a la voluntad de Dios» (v. 27). Sabe cuáles son las palabras correctas que hay que decir.
Por lo tanto, no tengo que preocuparme por formular mi petición a la perfección. Sólo tengo que tener sed de Dios y alzar mis manos, sabiendo que a Él Le importa.
Al orar, es mejor tener un corazón sin palabras que palabras sin corazón.

lunes, 15 de marzo de 2010

MAQUINAS VOLADORAS

Lectura: Salmos 6.
"Me he consumido a fuerza de gemir; Todas las noches inundo de llanto mi lecho, riego mi cama con mis lágrimas" Salmos 6:6
El artista discográfico James Taylor se disparó en la escena musical a comienzos de los años 70 con la canción «Fire and Rain» («Fuego y lluvia»). En ella, hablaba acerca de las decepciones de la vida, describiéndolas como «dulces sueños y máquinas voladoras hechos pedazos en el suelo«. Ésa era una referencia al grupo musical original de Taylor «Flying Machine» («Máquina voladora»), cuyos intentos por introducirse en la industria discográfica habían fracasado rotundamente, haciéndole preguntarse si sus sueños de una carrera musical se cristalizarían alguna vez. La realidad de las expectativas que se rompen era claramente perceptible, dejando a Taylor con un sentimiento de pérdida y desesperanza.
El salmista David también experimentó esa frustración sin esperanza, mientras luchaba con sus propios fracasos, los ataques de los demás y las decepciones de la vida. En el Salmo 6:6 dijo: «Me he consumido a fuerza de gemir; todas las noches inundo de llanto mi lecho, riego mi cama con mis lágrimas». La profundidad de su dolor y pérdida le llevó al sufrimiento; pero en ese pesar se volvió al Dios de todo consuelo. Las mismas «máquinas voladoras» estrelladas y rotas dieron pie a la seguridad del cuidado de Dios, empujándole a decir: «Jehová ha oído mi ruego; ha recibido Jehová mi oración» (v. 9).
En nuestras épocas de decepción, también podemos encontrar consuelo en Dios, quien se ocupa de nuestros corazones destrozados.
El susurro consolador de Dios aquieta el ruido de nuestras pruebas.

domingo, 14 de marzo de 2010

DIEZ AÑOS SIN PODER TRAGAR

Graciela Cruz Murillo, hondureña de veintisiete años, se dispuso a comer su pudín de crema. Tomó el primer bocado, que paladeó deleitosamente. Retuvo un momento el alimento en la boca, y lo tragó con gran satisfacción. Sus ojos se llenaron de lágrimas, su boca se plegó en un sollozo, y su corazón dio gracias emocionadas a Dios.

Era la primera vez en diez años que Graciela podía tragar comida sólida. Cuando tenía catorce años de edad y vivía en Honduras, su país, tragó accidentalmente ácido corrosivo. Su esófago quedó arruinado. Debió ser alimentada por un tubo insertado en el estómago.

Pero en febrero de 1963, Graciela conoció a Charles Ives y a su esposa Velvalea, médicos misioneros de paso por Honduras, y ellos se interesaron en su caso. La llevaron a los Estados Unidos, donde la trataron adecuadamente varios cirujanos, devolviéndole el uso del esófago. Tres años después del accidente que sufrió a los catorce años, había perdido por completo la facultad de deglutir. Pero ahora, con un nuevo esófago, volvió a sentir el deleite de la comida.

He aquí una joven que pasa diez años de su vida sin poder tragar. Diez años sin gustar el sabor de las comidas. Diez años sin poder sentarse a la mesa delante de bien provistos platos y sin poder gozar de esa bendición. Diez años en que casi se olvida cómo se come. Eso de no poder tragar es una verdadera tragedia. Porque no se puede comer bien, no se pueden gustar los sabores y no se puede disfrutar de la comida en conjunto, que es también uno de los grandes placeres de la mesa.

El verbo tragar, bien gráfico por cierto, lo usamos muchas veces en sentido figurado. Como cuando decimos: «A ese tipo no lo trago.» O cuando expresamos: «Eso que me dices es algo difícil de tragar.» En casos como esos, estamos padeciendo una enfermedad moral parecida a la de Graciela, que era física. Normalmente, y en buen espíritu cristiano, deberíamos tragar a cualquier prójimo. Porque Jesucristo nos manda que amemos al prójimo como a nosotros mismos, y que aceptemos y soportemos a todos con la mejor voluntad.

Y si oímos alguna vez algo que nos duele, algo que, siendo la verdad, no nos gusta, algo que lastima nuestra vanidad o nuestro orgullo, debemos tragarlo con paciencia porque es algo que nos hará bien. El apóstol Santiago nos exhorta a que recibamos con humildad la palabra que hemos ingerido (Santiago 1:21). Hagamos de Cristo nuestro Señor y Maestro, y alimentemos nuestra alma con su Palabra.

Hermano Pablo

DIOS SABE

Cuando estás cansado y desanimado tras esfuerzos infructuosos,
Dios sabe cuán duro lo has intentado.

Cuando has llorado por mucho tiempo y tu corazón está angustiado,
Dios ha contado tus lágrimas.

Si sientes que tu vida está estancada y que el tiempo te está pasando de largo,
Dios te está esperando.

Cuando te sientes solo y los amigos están tan ocupados que ni siquiera pueden llamarte por teléfono,
Dios está a tu lado.

Cuando piensas que lo has intentado todo y no sabes qué dirección tomar,
Dios tiene una solución.

Cuando nada tiene sentido y estás confundido o frustrado,
Dios tiene la respuesta.

Si de repente tu futuro se ve brillante y encuentras trazos de esperanza,
Dios te lo ha susurrado.

Cuando las cosas van bien y tienes mucho por lo que estar agradecido,
Dios te ha bendecido.

Cuando algo gozoso te pasa y estás lleno de agradecimiento,
Dios te ha sonreído.

Cuando tienes un propósito en la vida y un sueño que seguir,
Dios ha abierto tus ojos y te ha llamado por tu nombre.

Recuerda que donde quiera que vayas o ante cualquiera cosa que enfrentes,
DIOS SABE.

Autor desconocido
Dios todo lo sabe y está Da tu lado para siempre sostenerte. Dale gracias a Dios por todo y en todo y recuerda, él está en control de todo.

¿No demandaría Dios esto? Porque él conoce los secretos del corazón. Salmo 44:21

Dios, tú conoces mi insensatez, Y mis pecados no te son ocultos.Salmo 69:5

Entonces les dijo: Vosotros sois los que os justificáis a vosotros mismos delante de los hombres; mas Dios conoce vuestros corazones; porque lo que los hombres tienen por sublime, delante de Dios es abominación. Luc 16:15

SACANDO LOS CACHIVACHES

Lectura: 1 Corintios 6:12-20.
"¿O ignoráis que vuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo, el cual está en vosotros, el cual tenéis de Dios, y que no sois vuestros?" 1 Corintios 6:19
Mi garaje sirve de «almacén» de aquellas cosas que no encuentran un lugar en nuestro hogar y, francamente, hay momentos en los que me avergüenzo de abrir la puerta. No quiero que nadie vea los cachivaches. Así que, con regularidad, separo un día para sacarlos.
Nuestros corazones y nuestras mentes se parecen mucho a eso; acumulan muchos cachivaches. Al chocarnos con el mundo, inevitable, tal vez inconscientemente, tomamos pensamientos y actitudes impías, como pensar que todo en la vida gira a nuestro alrededor, demandar nuestros derechos o reaccionar amargamente hacia aquellos que nos han herido. Rápidamente nuestros corazones y nuestras mentes ya no están limpios ni ordenados. Y aunque pensemos que podemos esconder todo ese desorden, éste al final se hará evidente.
Pablo preguntó claramente: «¿O ignoráis que vuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo?» (1 Corintios 6:19). Esto hace que me pregunte si Dios a menudo sentirá que está viviendo en nuestro desordenado garaje.
Tal vez sea momento de separar un día espiritual y, con Su ayuda, ponerte a trabajar para sacar los cachivaches. Deshazte de esos pensamientos de amargura. Mete en bolsas y echa fuera los viejos patrones de pensamientos sensuales. Organiza tus actitudes. Llena tu corazón de la belleza de la Palabra de Dios. Límpiate a fondo, ¡y luego deja la puerta abierta para que todos lo vean!
No dejes que el Espíritu more en un corazón abarrotado. ¡Tómate un tiempo para limpiarlo hoy!