Lectura: 1 Corintios 6:12-20.
"¿O ignoráis que vuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo, el cual está en vosotros, el cual tenéis de Dios, y que no sois vuestros?" 1 Corintios 6:19
Mi garaje sirve de «almacén» de aquellas cosas que no encuentran un lugar en nuestro hogar y, francamente, hay momentos en los que me avergüenzo de abrir la puerta. No quiero que nadie vea los cachivaches. Así que, con regularidad, separo un día para sacarlos.
Nuestros corazones y nuestras mentes se parecen mucho a eso; acumulan muchos cachivaches. Al chocarnos con el mundo, inevitable, tal vez inconscientemente, tomamos pensamientos y actitudes impías, como pensar que todo en la vida gira a nuestro alrededor, demandar nuestros derechos o reaccionar amargamente hacia aquellos que nos han herido. Rápidamente nuestros corazones y nuestras mentes ya no están limpios ni ordenados. Y aunque pensemos que podemos esconder todo ese desorden, éste al final se hará evidente.
Pablo preguntó claramente: «¿O ignoráis que vuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo?» (1 Corintios 6:19). Esto hace que me pregunte si Dios a menudo sentirá que está viviendo en nuestro desordenado garaje.
Tal vez sea momento de separar un día espiritual y, con Su ayuda, ponerte a trabajar para sacar los cachivaches. Deshazte de esos pensamientos de amargura. Mete en bolsas y echa fuera los viejos patrones de pensamientos sensuales. Organiza tus actitudes. Llena tu corazón de la belleza de la Palabra de Dios. Límpiate a fondo, ¡y luego deja la puerta abierta para que todos lo vean!
No dejes que el Espíritu more en un corazón abarrotado. ¡Tómate un tiempo para limpiarlo hoy!
"¿O ignoráis que vuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo, el cual está en vosotros, el cual tenéis de Dios, y que no sois vuestros?" 1 Corintios 6:19
Mi garaje sirve de «almacén» de aquellas cosas que no encuentran un lugar en nuestro hogar y, francamente, hay momentos en los que me avergüenzo de abrir la puerta. No quiero que nadie vea los cachivaches. Así que, con regularidad, separo un día para sacarlos.
Nuestros corazones y nuestras mentes se parecen mucho a eso; acumulan muchos cachivaches. Al chocarnos con el mundo, inevitable, tal vez inconscientemente, tomamos pensamientos y actitudes impías, como pensar que todo en la vida gira a nuestro alrededor, demandar nuestros derechos o reaccionar amargamente hacia aquellos que nos han herido. Rápidamente nuestros corazones y nuestras mentes ya no están limpios ni ordenados. Y aunque pensemos que podemos esconder todo ese desorden, éste al final se hará evidente.
Pablo preguntó claramente: «¿O ignoráis que vuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo?» (1 Corintios 6:19). Esto hace que me pregunte si Dios a menudo sentirá que está viviendo en nuestro desordenado garaje.
Tal vez sea momento de separar un día espiritual y, con Su ayuda, ponerte a trabajar para sacar los cachivaches. Deshazte de esos pensamientos de amargura. Mete en bolsas y echa fuera los viejos patrones de pensamientos sensuales. Organiza tus actitudes. Llena tu corazón de la belleza de la Palabra de Dios. Límpiate a fondo, ¡y luego deja la puerta abierta para que todos lo vean!
No dejes que el Espíritu more en un corazón abarrotado. ¡Tómate un tiempo para limpiarlo hoy!
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