SONETO
A mi amigo el escultor Querol
Veo brotar de tu fecunda mano,
a que tantas creaciones son debidas,
la Unidad de las fuerzas conocidas,
que la vetusta alquimia buscó en vano.
Como para tu genio todo es llano,
das cima a las ideas concebidas,
y el mundo verá en mármol convertidas,
grandes conquistas del saber humano.
La unidad celular Haeckel proclama;
por la unidad de un Dios, con entereza,
van mártires cristianos a la llama;
uno es el Arte; una la Belleza;
uno es el hilo que las vidas trama,
y una, en su variedad, Naturaleza.
A mi amigo el escultor Querol
Veo brotar de tu fecunda mano,
a que tantas creaciones son debidas,
la Unidad de las fuerzas conocidas,
que la vetusta alquimia buscó en vano.
Como para tu genio todo es llano,
das cima a las ideas concebidas,
y el mundo verá en mármol convertidas,
grandes conquistas del saber humano.
La unidad celular Haeckel proclama;
por la unidad de un Dios, con entereza,
van mártires cristianos a la llama;
uno es el Arte; una la Belleza;
uno es el hilo que las vidas trama,
y una, en su variedad, Naturaleza.
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