jueves, 31 de julio de 2008

ALEGRIA INTERIOR

En alegría interior la paz de la Navidad
llena nuestro corazón,
meditando en el amor, como Jesús nació en Belén
por traernos Salvación.
Ese amor incomparable hacia el pecador perdido
que no tiene explicación
quiere ser correspondido de sus hijos redimidos
en contínua adoración.

Con humildad y respeto y gozo en el corazón
los pastores le adoraron,
llenos de fe y devoción aquellos magos de Oriente
honra y prez le tributaron.

¿Y qué debemos hacer los que vemos consumada
la obra de la redención?
¿Los que vemos en Jesús cumplidas las exigencias
para nuestra redención?
El vivió para nosotros en este mundo maldito
porque nos amó infinito,
Él murió en nuestro lugar en la cruz de malechores
El Hijo de Dios bendito.

Él resucitó triunfante y para nosotros vive
preparándonos lugar,
lugar eterno y bendito donde luego, para siempre
con Él hemos de morar.

Cantemos en este día recordando Vida y Muerte
del Bendito Salvador.
Alabemos al que vive eternamente en los cielos
y nos dió todo su amor.

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