jueves, 22 de mayo de 2008

EL ASUNTO NO ES SER AMABBLE

Lectura: Romanos 3:21-28
Siendo justificados gratuitamente por su gracia por medio de la redención que es en Cristo Jesús. --Romanos 3:24.
Tus dos vecinos más cercanos son Ernestina Discusión y Jorge Sonrisa. Ernestina tiene una lengua mordaz y te informa rápidamente cuando la pelota de fútbol de tus hijos cae en su patio. Jorge, el hombre más amable que hayas podido conocer, siempre es amigable. Le encanta jugar pelota con los muchachos. Te regala verduras de su hortaliza y te ayuda siempre que lo necesitas.
¿No sería bueno que la señora Discusión se hiciera creyente en Cristo? Si Dios obrara en su vida podría llegar a ser tan amable como el señor Sonrisa. Es evidente que ella necesita al Señor, así que oras por ella. Nunca se te ocurre orar por el señor Sonrisa también.
Pero, ¿podría ser que no entendiéramos algo aquí? Jesús no murió en la cruz solamente para convertir a la gente difícil en gente amable. Toda persona, difícil o amable, necesita salvación. Él vino a pagar la pena por nuestros pecados con su muerte sacrificatoria (Romanos 5:6-8). Ofrece perdón a todos los que ponen su confianza en Él (3:28). Una vez que la persona nace de nuevo debe llegar a ser alguien más amable. Pero ese no es el propósito primordial del Señor cuando nos salva.
Tanto la señora Discusión como el señor Sonrisa necesitan a Dios. Sin Él están perdidos y necesitan Su salvación (tal como tú y yo). Fue por eso que vino Jesús, a ofrecernos nueva vida de arriba. TODOS NECESITAMOS SALVACIÓN, SEAMOS AMABLES O NO.

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