Cuando se habla de principios, valores o moral, generalmente se piensa que son la misma cosa pero con diferentes nombres; simplemente sinónimos.
En el ámbito de iglesia, se nos enseña que nuestra vida debe ser congruente con los principios, valores y moral de Dios.
Si bien es cierto que principios, valores y moral tienen mucho que ver entre sí, y son determinantes en la vida del ser humano, en su relación con Dios y con su prójimo (familia, sociedad, iglesia), no son realmente sinónimos.
Principio
Es una regla, norma u ordenanza. También puede ser una ley o estatutos, por los que se nos recomienda regirnos. Para beneficio propio y común.
Los Diez Mandamientos, por ejemplo, son principios (ordenanzas) dictaminados por Dios.
Las parábolas de Jesús encierran princ ipios que caracterizan la vida del Reino. La vida de quien vive bajo el reinado de Dios.
Los principios son la base de un proyecto o propósito. En otras palabras, para que un proyecto o propósito llegue a su realización debe considerar principios (reglas) específicos, que deben ser cumplidos fielmente por quienes consideran vivir o adoptar dicho propósito.
El propósito de Dios con su pueblo, a través de Sus Ordenanzas (principios), fue hacer de ellos una nación ejemplar y digna de imitar.
El propósito de Jesús, además del plan de redención, fue enseñar y demostrar que, con su ayuda, es factible vivir en los principios dictaminados por Dios, su y nuestro Padre.
Valor
El valor no es otra cosa que un principio valorado. ¿Por quién?, obviamente por el individuo. Dios nos ha dado la facultad de escoger y decidir libremente. Jesús, lo reitera con el siguiente argumento: “el que tenga oídos, que oiga”. Aquí, dos ejemplos.
Si para ti el principio “No hablarás contra tu prójimo falso testimonio” (octavo Mandamiento) es importante, porque también es importante que nadie hable mentiras de ti, entonces lo vas a valorar y por consecuencia practicar.
Otro ejemplo; “La parábola del deudor” (Mateo 18:23-35). Si para ti el principio del perdón es importante, lo vas a valorar y practicar. No solo perdonando, sino también pidiendo perdón todas las veces que sea necesario.
Moral
Se define como moral al conjunto de valores que, en definitiva, dictaminarán la conducta de la persona.
Existen personas, que determinan su vida (conducta) en base a valorar sólo ciertos principios y otros no.
Son como los que se inscriben en un club deportivo, por ejemplo, pero no aceptan o rehúsan pagar las cuotas estipuladas en los estatutos. Sin embargo exigen ser tomados en cuenta y figurar.
El reproche “y con qué moral”, de aquellos que cumplen con todos los requisitos, es más que justificado.
Amigo, amiga; el Evangelio es un estilo de vida, un proyecto diseñado por Dios, para nuestro beneficio (individual- y colectivo), cuyos principios se encuentran revelados en Su Palabra; La Biblia.
Nuestro deber es descubrirlos, darles el valor que se merecen y hacerlos vida en nuestra conducta diaria.
Solo así, glorificaremos a Dios.
Juan 15:8 “Mi Padre es glorificado cuando ustedes dan mucho fruto y muestran así que son mis discípulos.”
Gálatas 5:22 “ …,el fruto del Espíritu es amor, alegría, paz, paciencia, amabilidad, bondad, fidelidad, humildad y dominio propio…”
Nuestra conducta debe reflejar “la moral de Dios” pues, la semejanza con Dios, con la que fuimos creados, debe manifestarse en nuestra moral (conducta).
Velemos para que nadie, y mucho menos satanás, nos reproche “y con qué moral”.
Enviado por: Jepf
En el ámbito de iglesia, se nos enseña que nuestra vida debe ser congruente con los principios, valores y moral de Dios.
Si bien es cierto que principios, valores y moral tienen mucho que ver entre sí, y son determinantes en la vida del ser humano, en su relación con Dios y con su prójimo (familia, sociedad, iglesia), no son realmente sinónimos.
Principio
Es una regla, norma u ordenanza. También puede ser una ley o estatutos, por los que se nos recomienda regirnos. Para beneficio propio y común.
Los Diez Mandamientos, por ejemplo, son principios (ordenanzas) dictaminados por Dios.
Las parábolas de Jesús encierran princ ipios que caracterizan la vida del Reino. La vida de quien vive bajo el reinado de Dios.
Los principios son la base de un proyecto o propósito. En otras palabras, para que un proyecto o propósito llegue a su realización debe considerar principios (reglas) específicos, que deben ser cumplidos fielmente por quienes consideran vivir o adoptar dicho propósito.
El propósito de Dios con su pueblo, a través de Sus Ordenanzas (principios), fue hacer de ellos una nación ejemplar y digna de imitar.
El propósito de Jesús, además del plan de redención, fue enseñar y demostrar que, con su ayuda, es factible vivir en los principios dictaminados por Dios, su y nuestro Padre.
Valor
El valor no es otra cosa que un principio valorado. ¿Por quién?, obviamente por el individuo. Dios nos ha dado la facultad de escoger y decidir libremente. Jesús, lo reitera con el siguiente argumento: “el que tenga oídos, que oiga”. Aquí, dos ejemplos.
Si para ti el principio “No hablarás contra tu prójimo falso testimonio” (octavo Mandamiento) es importante, porque también es importante que nadie hable mentiras de ti, entonces lo vas a valorar y por consecuencia practicar.
Otro ejemplo; “La parábola del deudor” (Mateo 18:23-35). Si para ti el principio del perdón es importante, lo vas a valorar y practicar. No solo perdonando, sino también pidiendo perdón todas las veces que sea necesario.
Moral
Se define como moral al conjunto de valores que, en definitiva, dictaminarán la conducta de la persona.
Existen personas, que determinan su vida (conducta) en base a valorar sólo ciertos principios y otros no.
Son como los que se inscriben en un club deportivo, por ejemplo, pero no aceptan o rehúsan pagar las cuotas estipuladas en los estatutos. Sin embargo exigen ser tomados en cuenta y figurar.
El reproche “y con qué moral”, de aquellos que cumplen con todos los requisitos, es más que justificado.
Amigo, amiga; el Evangelio es un estilo de vida, un proyecto diseñado por Dios, para nuestro beneficio (individual- y colectivo), cuyos principios se encuentran revelados en Su Palabra; La Biblia.
Nuestro deber es descubrirlos, darles el valor que se merecen y hacerlos vida en nuestra conducta diaria.
Solo así, glorificaremos a Dios.
Juan 15:8 “Mi Padre es glorificado cuando ustedes dan mucho fruto y muestran así que son mis discípulos.”
Gálatas 5:22 “ …,el fruto del Espíritu es amor, alegría, paz, paciencia, amabilidad, bondad, fidelidad, humildad y dominio propio…”
Nuestra conducta debe reflejar “la moral de Dios” pues, la semejanza con Dios, con la que fuimos creados, debe manifestarse en nuestra moral (conducta).
Velemos para que nadie, y mucho menos satanás, nos reproche “y con qué moral”.
Enviado por: Jepf
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