sábado, 14 de noviembre de 2009

SURGIENDO DE LA OSCURIDA

Lectura: 2 Reyes 22:3-11.
“He hallado el libro de la ley en la casa de Jehová” 2 Reyes 22:8
Los obreros están restaurando concienzudamente el graffiti en una antigua casa cerca de un campo de batalla de la Guerra Civil en Virginia. Estos feos garabatos escritos hace tantos años y que son similares a los que restregamos para eliminarlos de la vista del público hoy, se consideran una clave para el conocimiento del pasado. Los obreros quedan obnubilados cuando de la oscuridad surge una nueva letra o palabra para ofrecer información que se ha mantenido oculta por más de 145 años.
La historia nos trae a la mente una escena en el antiguo Israel, cuando Hilcías, el sacerdote, encontró el libro de la ley perdido desde hacía mucho tiempo en el templo del Señor. Las mismas palabras de Dios, encomendadas a la nación de Israel, se habían ignorado, olvidado y finalmente perdido. Pero el rey Josías estaba determinado a seguir al Señor, así que le dio instrucciones al sacerdote para que restaurara la adoración en el templo. En el proceso, se descubrió la Ley de Moisés.
Pero un descubrimiento aún mayor todavía estaba por hacerse. Muchos años más tarde, al conocer a Jesús, Felipe le informó a su amigo, Natanael: «Hemos hallado a aquél de quien escribió Moisés en la ley…» (Juan 1:45).
Las personas se emocionan hoy al descubrir los garabatos hechos por los soldados de la Guerra Civil. Cuánto más emocionante es descubrir las palabras del Dios Todopoderoso expresadas en el Verbo hecho carne, Jesús, el Mesías.
La Biblia es antigua, pero sus verdades son siempre nuevas.

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