Lectura: Juan 13:3-16.
“Pues si Yo, el Señor y el Maestro, he lavado vuestros pies, vosotros también debéis lavaros los pies los unos a los otros” Juan 13:14
Las investigaciones realizadas por una firma líder en tecnología para el pago de compensaciones arrojaron que la mayoría de los empleados que tenían planeado dejar sus empleos creían que estaban siendo mal pagados. Sin embargo, menos del 20% de ellos de hecho estaban recibiendo salarios menores al estándar establecido en la industria para las labores que llevaban a cabo.
Bill Coleman, de Salary.com, cree que, más que haber recibido una mala paga, muchos empleados infelices han recibido demasiados títulos en sus cargos. Algunas compañías les dan a sus empleados títulos impresionantes aun cuando las responsabilidades de sus puestos de trabajo no han aumentado. Con el tiempo, los empleados creen que merecen más dinero de lo que ameritan sus deberes reales. «Cuando se trata del salario -dice Coleman-, lo que cuenta es lo que haces y no cómo te llaman».
Es interesante la manera en que Jesús lidió con el asunto de los títulos y las responsabilidades. Durante la última cena, realizó la labor de un humilde siervo al lavarles los pies a Sus discípulos, creando el escenario adecuado para Su asombrosa declaración acerca de la humildad: «Vosotros Me llamáis Maestro, y Señor; y decís bien, porque lo soy. Pues si Yo, el Señor y el Maestro, he lavado vuestros pies, vosotros también debéis lavaros los pies los unos a los otros» (Juan 13:13-14).
Cristo el Señor estableció el ejemplo para todos Sus seguidores, confirmando que lo que cuenta no es cómo se nos llama sino lo que hacemos.
Cuanto más sirvamos a Cristo, tanto menos serviremos al yo
“Pues si Yo, el Señor y el Maestro, he lavado vuestros pies, vosotros también debéis lavaros los pies los unos a los otros” Juan 13:14
Las investigaciones realizadas por una firma líder en tecnología para el pago de compensaciones arrojaron que la mayoría de los empleados que tenían planeado dejar sus empleos creían que estaban siendo mal pagados. Sin embargo, menos del 20% de ellos de hecho estaban recibiendo salarios menores al estándar establecido en la industria para las labores que llevaban a cabo.
Bill Coleman, de Salary.com, cree que, más que haber recibido una mala paga, muchos empleados infelices han recibido demasiados títulos en sus cargos. Algunas compañías les dan a sus empleados títulos impresionantes aun cuando las responsabilidades de sus puestos de trabajo no han aumentado. Con el tiempo, los empleados creen que merecen más dinero de lo que ameritan sus deberes reales. «Cuando se trata del salario -dice Coleman-, lo que cuenta es lo que haces y no cómo te llaman».
Es interesante la manera en que Jesús lidió con el asunto de los títulos y las responsabilidades. Durante la última cena, realizó la labor de un humilde siervo al lavarles los pies a Sus discípulos, creando el escenario adecuado para Su asombrosa declaración acerca de la humildad: «Vosotros Me llamáis Maestro, y Señor; y decís bien, porque lo soy. Pues si Yo, el Señor y el Maestro, he lavado vuestros pies, vosotros también debéis lavaros los pies los unos a los otros» (Juan 13:13-14).
Cristo el Señor estableció el ejemplo para todos Sus seguidores, confirmando que lo que cuenta no es cómo se nos llama sino lo que hacemos.
Cuanto más sirvamos a Cristo, tanto menos serviremos al yo
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