“ Porque la Ley del Espíritu de vida en Cristo Jesús me ha librado de la ley del pecado y de la muerte” Rom 8:2
El mundo se rige por leyes. Qué sería de este mundo, de la familia de los estudios, de los negocios y de las finanzas si no existiesen leyes. Aún a pesar de que como seres humanos vivimos quebrantando leyes, sin embargo, las leyes nos sirven para indicarnos el camino y advertirnos sobre las consecuencias. Pues, hoy quiero vivir sujeto de una de las leyes más hermosas y preciosas que podemos disfrutar como gente que ama a Dios. La Ley del Espíritu de Vida en Cristo Jesús.
Hoy necesito entender que lo más cerca que camino de Dios, lo más sutil que se torna el pecado. Si esto es así como podré identificar la sutileza del pecado para no ser arrastrado por esa casi invisible corriente?.
Oh, Gracias a Dios que él ha provisto todo lo que necesito para desenvolverme sin problema en medio de semejante campo minado de la batalla diaria. La Ley del Espíritu de Vida me ha librado de la ley del pecado y de la muerte.
Mi vida es regida por una de estas leyes, pero la una supera a la otra, nunca estas dos leyes funcionaran con el mismo poder. Si hoy descuido mi relación con Dios y no me acercó a él….la ley del pecado entrará sutilmente con su poder, pero si hoy dependo de Dios y me gozo en su presencia, La Ley del Espíritu de Vida entrará en vigencia de la misma manera que en un avión la Ley de aerodinámica supera la ley de la gravedad.
Una ley no elimina la otra….sino que la supera. Con la misma confianza que tenía Pablo cuando dijo: Porque la ley del Espíritu de Vida en Cristo Jesús me ha librado de la ley del pecado y de la muerte, Con esa misma confianza quiero hablar y vivir en este día, porque ya me he acercado a Dios para tomar de su fuente el agua fresca de su amor, su poder y su presencia.
En la cruz el Señor Jesús mi Salvador, conquisto la ley del pecado y de la muerte y hoy, vivo y camino en esa victoria. Sin embargo, con cuidado debo andar ya que si descuido lo conquistado se me puede escapar si la Ley del pecado y de la muerte llegaré a superar por mi descuido la Ley del Espíritu de Vida.
Hoy necesito entender que lo más cerca que camino de Dios, lo más sutil que se torna el pecado. Si esto es así como podré identificar la sutileza del pecado para no ser arrastrado por esa casi invisible corriente?.
Oh, Gracias a Dios que él ha provisto todo lo que necesito para desenvolverme sin problema en medio de semejante campo minado de la batalla diaria. La Ley del Espíritu de Vida me ha librado de la ley del pecado y de la muerte.
Mi vida es regida por una de estas leyes, pero la una supera a la otra, nunca estas dos leyes funcionaran con el mismo poder. Si hoy descuido mi relación con Dios y no me acercó a él….la ley del pecado entrará sutilmente con su poder, pero si hoy dependo de Dios y me gozo en su presencia, La Ley del Espíritu de Vida entrará en vigencia de la misma manera que en un avión la Ley de aerodinámica supera la ley de la gravedad.
Una ley no elimina la otra….sino que la supera. Con la misma confianza que tenía Pablo cuando dijo: Porque la ley del Espíritu de Vida en Cristo Jesús me ha librado de la ley del pecado y de la muerte, Con esa misma confianza quiero hablar y vivir en este día, porque ya me he acercado a Dios para tomar de su fuente el agua fresca de su amor, su poder y su presencia.
En la cruz el Señor Jesús mi Salvador, conquisto la ley del pecado y de la muerte y hoy, vivo y camino en esa victoria. Sin embargo, con cuidado debo andar ya que si descuido lo conquistado se me puede escapar si la Ley del pecado y de la muerte llegaré a superar por mi descuido la Ley del Espíritu de Vida.
Más ahora, confiado estoy en el Señor de mi vida en quien puedo esperar y a quien puedo amar.
Señor. Que mi vida está regida por leyes, es verdad. Pero también mi espíritu está regido por leyes. Hoy te doy gracias por la Ley del Espíritu de Vida en Cristo Jesús, porque esa ley que opera desde el calvario ya me ha librado de la Ley del pecado y de la muerte. Hoy quiero vivir regido por esa ley y entonces no temeré a la sutileza del pecado, porque la Ley del Espíritu supera la ley del pecado. Amén.
Señor. Que mi vida está regida por leyes, es verdad. Pero también mi espíritu está regido por leyes. Hoy te doy gracias por la Ley del Espíritu de Vida en Cristo Jesús, porque esa ley que opera desde el calvario ya me ha librado de la Ley del pecado y de la muerte. Hoy quiero vivir regido por esa ley y entonces no temeré a la sutileza del pecado, porque la Ley del Espíritu supera la ley del pecado. Amén.
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