Lectura: 2 Crónicas 15:1-15.
“Porque Jehová escudriña los corazones de todos, y entiende todo intento de los pensamientos” 1 Crónicas 28:9
«No alardeo de que Dios está de mi lado -escribió Abraham Lincoln-. Humildemente oro por estar del lado de Dios».
Las palabras de Lincoln parafrasean los pensamientos que Azarías expresó ante el rey Asa de Judá. Después de que el Espíritu de Dios viniera sobre Azarías, éste dijo: «Jehová estará con vosotros, si vosotros estuviereis con Él; y si Le buscareis, será hallado de vosotros; mas si Le dejareis, Él también os dejará».
A lo largo de la historia, las personas han cometido actos despreciables mientras afirmaban osadamente que Dios estaba de su lado. Pero ser cristianos no garantiza que Dios esté «de nuestro lado» más de lo que antaño ser israelitas garantizaba que Dios estuviera del lado de ellos (Isaías 3:14-15). Dios está del lado de aquellos que están de Su lado, que conocen Su corazón y Su mente y hacen Su voluntad; no aquellos que insisten en convencer a Dios y a los demás de que su manera de hacer las cosas es la correcta.
Por medio del profeta Isaías, el Señor indicó que Él se pone del lado de los oprimidos (Isaías 58:6-7,10). Para los cristianos, eso significa que lo correcto es estar del lado de aquellos que son víctimas de injusticias.
En vez de lanzarnos a una situación asumiendo que Dios está de nuestro lado, necesitamos tener la certeza de que nosotros estamos del Suyo.
Es peligroso confundir nuestros deseos con la voluntad de Dios.
“Porque Jehová escudriña los corazones de todos, y entiende todo intento de los pensamientos” 1 Crónicas 28:9
«No alardeo de que Dios está de mi lado -escribió Abraham Lincoln-. Humildemente oro por estar del lado de Dios».
Las palabras de Lincoln parafrasean los pensamientos que Azarías expresó ante el rey Asa de Judá. Después de que el Espíritu de Dios viniera sobre Azarías, éste dijo: «Jehová estará con vosotros, si vosotros estuviereis con Él; y si Le buscareis, será hallado de vosotros; mas si Le dejareis, Él también os dejará».
A lo largo de la historia, las personas han cometido actos despreciables mientras afirmaban osadamente que Dios estaba de su lado. Pero ser cristianos no garantiza que Dios esté «de nuestro lado» más de lo que antaño ser israelitas garantizaba que Dios estuviera del lado de ellos (Isaías 3:14-15). Dios está del lado de aquellos que están de Su lado, que conocen Su corazón y Su mente y hacen Su voluntad; no aquellos que insisten en convencer a Dios y a los demás de que su manera de hacer las cosas es la correcta.
Por medio del profeta Isaías, el Señor indicó que Él se pone del lado de los oprimidos (Isaías 58:6-7,10). Para los cristianos, eso significa que lo correcto es estar del lado de aquellos que son víctimas de injusticias.
En vez de lanzarnos a una situación asumiendo que Dios está de nuestro lado, necesitamos tener la certeza de que nosotros estamos del Suyo.
Es peligroso confundir nuestros deseos con la voluntad de Dios.
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