viernes, 12 de junio de 2009

¿QUIEN SOSTENE LA COPA?

Lectura: Mateo 26:36-46
"La copa que el Padre Me ha dado, ¿no la he de beber?" Juan 18:11
¿Estás siendo llamado a probar alguna copa amarga de dolor o pérdida? ¿Estás siendo tentado a alejarla de ti? Puede que te estés preguntando: ¿Está Dios presente en esta situación? Si es así, recuerda la oscura y angustiante experiencia de Jesús y Su ejemplo en aquella noche en que fue traicionado.Nunca debemos olvidar que Jesús era Dios hecho hombre, teniendo tanto la naturaleza divina como humana. Por lo tanto, Él retrocedió ante la perspectiva de la agonizante crucifixión y la dura prueba de llevar amontonado el pecado del mundo sobre Su alma sin pecado. Y lo peor de todo, Él se estremeció ante la idea de ser abandonado por Su Padre. Así que suplicó: "Si es posible, pase de Mí esta copa" (Mateo 26:39). Sin embargo, después dijo en confiada sumisión: "La copa que el Padre Me ha dado, ¿no la he de beber?" (Juan 18:11). Él sabía que la mano que sostendría la copa para llevarla a Sus labios por nuestra redención, no sería la mano de Judas, Caifás o Pilato. Sería la mano de Su amoroso Padre que estaba decidido a redimir a nuestra perdida raza humana.Perplejos ante el misterio de semejante amor, adoptamos nuestra posición en el Calvario y creemos que cualquier copa que tomamos es llevada a nuestros labios por el Padre de amor y sabiduría inimaginables. La nuestra es una oración de confiada sumisión porque creemos que incluso la copa más amarga de la vida la sostiene la mano del Padre.
Aprendemos la lección de la confianza en la escuela de la prueba.

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