Lectura: Santiago 4:1-10.
“Humillaos delante del Señor, y Él os exaltará” Santiago 4:10
Ray Bethell es campeón mundial en vuelo de cometa. Puede hacer múltiples giros y vueltas con tal precisión que él y su cometa se comportan como si fueran uno. Mientras observaba un asombroso video de Ray y sus tres cometas sincronizadas, recordé un poema que leí hacía muchos años.En la biblioteca del Pastor Howard Sugden, me topé con un libro bastante desgastado con la obra de John Newton. Dentro había un poema titulado «La Cometa; o el orgullo debe tener una caída». La cometa en el poema de Newton soñaba con quedar libre de su cuerda: «Si fuera libre, un vuelo daría, / Y las nubes más allá de la vista atravesaría, / Pero, ¡ay! Como pobre prisionero atado, / Mi cuerda al suelo me tiene confinado». La cometa finalmente se las arregla para soltarse de un tirón, pero, en vez de remontarse a los cielos, se estrella contra el mar.La analogía me llama a reconsiderar algunas «cuerdas» que hacen que me sienta obligada. Los votos. Las promesas. Los compromisos. Las responsabilidades. Aunque tales cosas hacen que me sienta atada al suelo, Dios las usa para sostenerme en pie. Tal y como lo enseña Santiago, es nuestra disposición a mantenernos humildes (o a que se nos tenga sujetos) lo que Dios usa para levantarnos (Santiago. 4:10).Antes de cortar alguna cuerda, asegúrate que no sea la que te está manteniendo en alto.
Un cristiano se levanta contra los vientos de adversidad.
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