No pudiera yo tener,
Más gozo en este momento
Que compartir vuestras risas
Pensando en esos pequeños.
Que pintaban las paredes,
Que se tiraban al suelo,
Que pisaban lo mojado
Y que ensuciaban lo seco.
Y que con fuerza arrancaban
Los brazos de los muñecos,
Que sus hermanas cuidaban
Y los guardaban con celo.
Que a la hora de comer
Eran grandes tus esfuerzos,
Para que abrieran la boca
Y a veces... sucumbías en el empeño.
Y esta pluma gastaría
Describiendo los recuerdos,
Que las madres de esta iglesia
Guardan en este momento.
Pero quiero en esta hora,
En este lugar y tiempo,
Felicitar a las madres
Por su abnegación y celo.
Desde que el dia amanece
Hasta que va oscureciendo,
Bendiciendo a Dios cantando,
Mientras que pasa el plumero.
Y pensando en esos hijos
Que en la escuela están leyendo,
Que en el patio están jugando
O con amigos saliendo...
Sus cosas deja de hacer,
Deja de un lado el plumero,
La música que escucha para,
Todo se queda en silencio.
Y unas manos con firmeza
Se levantan hacia el cielo,
Y unas rodillas con fuerza
Se dirigen hacia el suelo.
Y al Padre le da las gracias
Por ese regalo inmenso,
Y al tiempo pide llorando:
¡¡¡Guárdalos Señor Eterno!!!
Cuida Señor a las madres,
Dales tu paz, te lo ruego,
Que tu Gloria las envuelva
Y mis ojos puedan verlo.
Antonio Torres
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