“Por eso, anímense y fortalézcanse unos a otros, tal como ya lo están haciendo” I Tesalonicenses 5:11
Este es un día para vivir lejos del egoísmo y poder extender mi mano para animar y fortalecer a quien lo este necesitando. Este es un mundo lleno de egoísmos y tristezas porque cada uno quiere vivir por su lado.
Hoy he estado pensando seriamente en eso porque al levantarme leí una anécdota en la que se mencionaba un sueño que alguien en una ocasión tuvo. Una persona soñó que murió y se enfrentó al Señor. EL Señor le dijo: He aquí que te mostraré el infierno. Entraron en una habitación en donde un grupo de personas se encontraba sentado alrededor de una enorme olla de estofado. Todos estaban hambrientos, desesperados y muertos de hambre. Cada persona sostenía una cuchara que tocaba la olla, pero cada cuchara tenía un mango mucho más largo que su propio brazo, de tal manera que no podía utilizarce para llevar el estofado a sus bocas. El sufrimiento era terrible.
“ Ven ahora, te mostraré el cielo” dijo el Señor, después de un tiempo. Entraron en otra habitación, idéntica a la primera, allí estaba la olla de estofado, el grupo de personas y las mismas cucharas. Sin embargo , allí todos estaban felices y bien alimentados. “No comprendo” dijo el hombre. Por qué están felices aquí y bien alimentados si en la otra habitación se sienten miserables y todo es igual” El Señor sonrió y dijo: Ah, es sencillo, aquí aprendieron a alimentarse mutuamente.
La Biblia esta llena de múltiples exhortaciones a animarnos, fortalecernos, ayudarnos y llevar las cargas los unos de los otros, porque el ambiente del cielo es de cooperación mutua y de trabajo en equipo.
El ambiente del infierno es de egoísmo e individualismo. Hoy quiero moverme en el ambiente del cielo para traer al ambiente oscuro de este mundo un rayo de luz y un hálito de esperanza. Quiero hoy animar y fortalecer a otros. Mucho tiempo hemos vivido buscando nuestra propia satisfacción y nos hemos olvidado de quienes nos necesitan en la noche oscura de la vida.
Señor. Grande es tu nombre en toda la tierra. Hoy se que vivo por que tú me has fortalecido y animado. Cuantas veces he sentido que no puedo continuar. Te pido que me ayudes una vez más hoy para levantarme y llegar hasta aquel que se siente desanimado y sin fuerza. Por la fuerza que tú me has dado yo puedo llegar hasta ellos para darle mi mano y mi aliento. Se que quieres tocar vidas a través de mi y hoy me pongo en tus manos. Amén.
Este es un día para vivir lejos del egoísmo y poder extender mi mano para animar y fortalecer a quien lo este necesitando. Este es un mundo lleno de egoísmos y tristezas porque cada uno quiere vivir por su lado.
Hoy he estado pensando seriamente en eso porque al levantarme leí una anécdota en la que se mencionaba un sueño que alguien en una ocasión tuvo. Una persona soñó que murió y se enfrentó al Señor. EL Señor le dijo: He aquí que te mostraré el infierno. Entraron en una habitación en donde un grupo de personas se encontraba sentado alrededor de una enorme olla de estofado. Todos estaban hambrientos, desesperados y muertos de hambre. Cada persona sostenía una cuchara que tocaba la olla, pero cada cuchara tenía un mango mucho más largo que su propio brazo, de tal manera que no podía utilizarce para llevar el estofado a sus bocas. El sufrimiento era terrible.
“ Ven ahora, te mostraré el cielo” dijo el Señor, después de un tiempo. Entraron en otra habitación, idéntica a la primera, allí estaba la olla de estofado, el grupo de personas y las mismas cucharas. Sin embargo , allí todos estaban felices y bien alimentados. “No comprendo” dijo el hombre. Por qué están felices aquí y bien alimentados si en la otra habitación se sienten miserables y todo es igual” El Señor sonrió y dijo: Ah, es sencillo, aquí aprendieron a alimentarse mutuamente.
La Biblia esta llena de múltiples exhortaciones a animarnos, fortalecernos, ayudarnos y llevar las cargas los unos de los otros, porque el ambiente del cielo es de cooperación mutua y de trabajo en equipo.
El ambiente del infierno es de egoísmo e individualismo. Hoy quiero moverme en el ambiente del cielo para traer al ambiente oscuro de este mundo un rayo de luz y un hálito de esperanza. Quiero hoy animar y fortalecer a otros. Mucho tiempo hemos vivido buscando nuestra propia satisfacción y nos hemos olvidado de quienes nos necesitan en la noche oscura de la vida.
Señor. Grande es tu nombre en toda la tierra. Hoy se que vivo por que tú me has fortalecido y animado. Cuantas veces he sentido que no puedo continuar. Te pido que me ayudes una vez más hoy para levantarme y llegar hasta aquel que se siente desanimado y sin fuerza. Por la fuerza que tú me has dado yo puedo llegar hasta ellos para darle mi mano y mi aliento. Se que quieres tocar vidas a través de mi y hoy me pongo en tus manos. Amén.
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