sábado, 28 de febrero de 2009

HOY..QUIERO APRENDER DE LOS NIÑOS


“De cierto os digo, que si no lo volvéis y os hacéis como niños, no entraréis en el reino de los cielos. Mateo 18:3
Oscar Wilde escribió: Tengo muchas flores, pero los niños son las flores más hermosas de todas”. El pastor Jhon Ramsey, narra como cada domingo una persona en la iglesia le colocaba en la solapa de su traje una flor. Esa flor se convirtió en él, como en una rutina.
Era un gesto grato que el apreciaba, pero se convirtió en una rutina, sin embargo un domingo se convirtió en algo especial. Cuando salía del servicio dominical, un niño se le acercó y mirándolo fijamente le dijo: Pastor, que va hacer con esa flor?. El dijo, te refieres a la que llevo en mi traje. El niño respondió. Sí, pastor. Me gustaría tenerla si la va a botar.
EL pastor Ramsey le dijo. La puedes tener y para que la quieres? El niño de 10 años le miro y dijo: Se la daré a mi abuela, pastor. Mis padres se divorciaron el año pasado. Yo vivía con mi madre, pero cuando ella se casó de nuevo, quiso que viviera con mi padre. Viví con él durante un tiempo, pero un día dijo que no podía quedarme y me envío a vivir con mi abuela. Ella es muy buena conmigo. Cocina para mi y me atiende. Ha sido tan buena que deseo regalarle esa hermosa flor por amarme.
Cuando el niño terminó de hablar el pastor estaba llorando. Se quito la flor y le dijo: Hijo, es lo más bonito que he escuchado, pero no puedes tener esta flor porque no es suficiente. Si vas al púlpito, verás un ramo grande de flores. Diferentes familias las compran cada domingo para adornar la iglesia cada semana. Por favor, lleva esas flores a tu abuela, porque ella merece lo mejor.
El niño sonrió y dijo: Qué día tan maravilloso. Pedí una flor y recibí un hermoso ramo. Si, de los niños hoy quiero aprender por ellos son sencillos, ingenuos y hermosos en su espíritu. Como este niño hoy quiero ser agradecido. Primero con Dios y luego con aquellos que siempre me demuestran su amor y atención.
Señor, un día tomaste a un niño y lo pusiste como ejemplo para nosotros los adultos. Hoy quiero ser como un niño y aprender de los niños las más grandes lecciones que se aprenden en la vida-. Son muchas las veces que pierdo de vista las cosas pequeñas que enseñan cosas grandes. Amén

LE PRESIDENTE Y EL MUCHACHO

Un joven soldado de la Unión perdió al hermano mayor y al padre en la batalla de Gettysburg. El soldado decidió ir a Washington, con la intención de entrevistarse con el presidente Lincoln y pedirle que lo exceptuara del servicio militar, para poder volver a su casa y ayudar a su madre y a su hermana en las labores agrícolas.
El guardia que estaba de turno en la Casa de Gobierno le comunicó que no podía ver al Presidente, ya que estaba muy ocupado. Le ordenó que se fuera y volviera al campo de batalla.
Desilusionado, el soldado se sentó en un banco de la plaza cercana de la Casa Blanca. Allí estaba, sin saber qué hacer, cuando se acercó un niño adonde estaba y viéndolo triste, le preguntó qué le ocurría. El soldado le contó su historia.
-Yo puedo ayudarlo -sentenció el muchachito, conmovido.
Tomando la mano del soldado, lo llevó de vuelta al portón de la Casa Blanca. Aparentemente el guardia no los vio, pues no fueron detenidos. Caminaron directamente hasta la puerta del frente de la Casa Blanca y entraron. Allí dentro, pasaron delante de generales y oficiales, pero ninguno dijo una palabra. El soldado no entendía lo que sucedía.
Finalmente, llegaron al Salón Oval, donde el Presidente estaba trabajando. El muchachito simplemente entró, conduciendo al soldado. Detrás del escritorio, estaban Abraham Lincoln y el Secretario de Estado examinando planes de batalla.
El Presidente miró al niño y luego al soldado, y dijo:
-Buenas tardes, Todd. ¿Puedes presentarme a tu amigo?
Y Todd respondió:
-Papá, este soldado necesita hablar contigo.
El soldado le hizo el pedido al presidente Lincoln, y allí mismo obtuvo la licencia que necesitaba.
Acuérdate de que nosotros también tenemos acceso al Padre celestial por medio de su Hijo, Jesucristo. Él es nuestro intercesor, y podemos ir a su presencia en cualquier momento y hora.

Efesios 2:13,18Pero ahora en Cristo Jesús, a ustedes que antes estaban lejos, Dios los ha acercado mediante la sangre de Cristo… Pues por medio de él tenemos acceso al padre por un mismo Espíritu.

IDOLOS EN EL CORAZON

Lectura: Ezequiel 14:1-8
Hijo de hombre, estos hombres han puesto sus ídolos en su corazón. —Ezequiel 14:3
Cuando mi esposo y yo salimos por primera vez como misioneros, recuerdo haber estado preocupada por el crecimiento del materialismo en nuestra sociedad. Nunca se me cruzó por la mente que yo misma pudiera ser materialista. Después de todo, ¿no habíamos acaso salido al extranjero con casi nada? ¿No estábamos eligiendo vivir en un apartamento con muebles muy viejos y en decadencia? Pensaba que el materialismo no podía tocarnos.
Sin embargo, sentimientos de descontento gradualmente comenzaron a echar raíces en mi corazón. Al poco tiempo sentía el hambre y el anhelo de tener cosas bonitas y estaba disconforme por no tenerlas.
Luego, un día, el Espíritu de Dios abrió mis ojos con una verdad profunda y perturbadora: el materialismo no es necesariamente tener cosas, también puede ser anhelarlas. Allí estaba yo —¡culpable de materialismo! Dios había expuesto mi descontento por lo que era ¡un ídolo en mi corazón! Ese día, cuando me arrepentí de este sutil pecado, Dios volvió a capturar mi corazón y establecerse allí como Su trono de justicia. No hace falta decir que a esto le siguió una profunda satisfacción, basada no en cosas materiales sino en Él.
En el tiempo de Ezequiel, Dios lidió concienzudamente con este tipo de idolatría secreta. Su trono en la tierra siempre ha estado en los corazones de Su pueblo. Esa es la razón por la que debemos eliminar de nuestro corazón cualquier cosa que destruya nuestra satisfacción en Él.
Un ídolo es cualquier cosa que ocupa el lugar de Dios.

viernes, 27 de febrero de 2009

HOY..LO AMARE AUN MAS...AUNQUE NO LO HE VISTO

“Ustedes aman a Jesucristo, aunque no lo han visto; y ahora creyendo en él sin haberlo visto, se alegran con una alegría tan grande y gloriosa que no pueden expresarla con palabras” I Pedro 1:8
Mi vida fue profundamente impactada por el amor del Señor que he quedado sin palabras para expresar el impacto de su amor en mi solitario corazón. EL Arzobispo de Cambray, Francois Fenelon, también fue impactado por el amor de Dios y por ello en 1713 escribió: “ Usted podrá preguntarme, cómo es posible que un hombre se entregue a algo que no ha sentido y especialmente cuando se trata de un objeto que no ve y con el cual no tiene ninguna familiaridad? Pues bien, todos los días de su vida usted ama cosas que no ve. Por ejemplo, acaso ve usted el ingenio de sus amigos? Ve acaso su sinceridad, su desinterés, su virtud?. Usted no puede ver estas cosas con los ojos del cuerpo y, sin embargo, usted las valora y aprecia hasta el grado de que prefiere verlas en sus amigos antes que las riquezas o la hermosura externa o cualquier otra cosa que sea muy llamativa a la vista. Ame pues la sabiduría y la suprema bondad de Dios, así como es capaz de amar el ingenio y la imperfecta bondad de sus amigos. Y si no puede actualmente experimentar el sentimiento del amor por lo menos puede tener un deseo y una voluntad de amar, lo cual constituye el punto esencial.
William Law dijo: “Yo no entiendo el amor como una ternura natural que la tiene más o menos toda la gente común según su constitución o temperamento, sino la tendencia más profunda del espíritu que, fundada en la razón y en la piedad, nos hace delicados, bondadosos y amables con todas las criaturas de Dios, por amor a él a quien amamos sin haberle visto”.
Epíteto en el año 60 antes de Cristo dijo: “Eres una porción distinta de la esencia de Dios y contiene una parte de él en ti mismo. Por qué, pues , eres tan ignorante acerca de tu noble origen? Por qué no consideras de donde vienes? Por qué no recuerdas, cuando estas comiendo, a quien estás alimentando? No sabes acaso que estás alimentando lo divino? Lo divino que tu representas? Llevas a Dios contigo y tú, pobre infeliz, no lo sabes”. Estas palabras fueron escritas muchas años atrás en la historia y la Biblia lo recuerda, En Señor esta hoy en mi.
Señor. Gracias por vivir en mi. Por darme la persona de tu Espíritu para guiarme y enseñarme. En este día te amaré más aunque no te haya visto. Amén.

PASO LA COSECHA

Era primavera, la mañana hermosa
llena de perfumes, de trinos, de sol,
se infiltro alegre y gozosamente
dentro de los pliegues de mi corazón.
El maestro vino, me hablo quedamente:
¿No irás a los campos como sembrador?
Pero la mañana me llenaba el alma
y dije: Maestro déjame quedar

... y llego el verano, y el primer rocío,
que cayo abundante sobre la amplia mies,
y puso en el aire su alito sedante,
con mano piadosa refresco mi sien.
El maestro vino, me hablo suavemente:
¿Mis semillas tiernas, no iras a cuidar?
Más dije: maestro déjame quedar,
cuando el otoño apague sus luces
correré a tus campos y podré segar.

... y llego el invierno, todo estaba blanco,
hacía mucho frío, no brillaba el sol,
la nieve y el hielo lo cubrían todo,
y hasta se acercaron a mi corazón.
Entonces, voluntariamente me ofrecí al maestro,
todos mis esfuerzos, todos mis anhelos,
todo don precioso que habitaba en mi,
más El, movió la cabeza, y me dijo triste
con su suave voz:
"Pasó la cosecha, solo hay un poco
de trigo que no se junto, más fue
tu torpeza la que lo dejo,
el placer del año pasaste afanoso,
cuando yo llamaba no oíste mi voz
y hoy, ¿Para que te sirve tu remordimiento?
... ¿Qué será del trigo que no se junto?..."

LA FE QUE MUEVE MONTAÑAS

Una pequeña congregación en las faldas de las Montañas “Great Smokies” construyó un Nuevo santuario en un lote de terreno donado por un miembro de la iglesia.

Diez días antes de que la nueva iglesia fuese inaugurada, el inspector municipal de la localidad le informó al pastor que la playa de estacionamientos no era lo suficientemente grande para el tamaño del edificio. Hasta que la iglesia doblase el tamaño de la playa de estacionamientos, no podrían utilizar el nuevo santuario.

Desafortunadamente, la iglesia con la playa de insuficiente tamaño había usado cada pulgada de su terreno excepto por la montaña contra la que había sido construida. Para poder construir más estacionamientos, tendrían que sacar la montaña fuera de su patio trasero. Sin amilanarse, el
pastor anunció el siguiente domingo en la mañana que se reuniría esa noche con todos los miembros que tuviesen una “fe que mueve montañas”. Ellos celebrarían una sesión de oración pidiéndole a Dios que removiese la montañan de su patio trasero y que de alguna manera proveyese suficiente
dinero para pavimentarlo y pintarlo antes de la fecha del culto de inauguración la semana siguiente.

En el tiempo señalado, 24 de los 300 miembros de la congregación se reunión para orar. Oraron por casi tres horas. A las diez de la noche, el pastor pronunció el “amén” final. “Celebraremosel culto de inauguración el próximo domingo tal y como está programado”, les aseguró a todos. “Dios nunca nos ha fallado antes y estoy seguro de que será fiel en esta ocasión también”.

A la siguiente mañana mientras trabajaba en su estudio, oyó un fuerte golpeteo en su puerta. Cuando gritó “entre”, un capataz de aspecto rudo apareció, quitándose el casco al entrar. “Perdóneme, Reverendo. Soy de la Compañía de Construcción Acme del condado aledaño. Estamos
construyendo un enorme centro comercial allá y necesitamos algo de tierra para relleno. ¿Podría usted vendernos un pedazo de esa montaña detrás de su iglesia? Le pagaremos por la tierra que removamos y le pavimentaremos el área desocupada a costo nuestro, si la podemos tener de una vez.
No podemos hacer nada más hasta que rellenemos con tierra y le permitamos asentarse”.

Aquella pequeña iglesia fue dedicada el siguiente domingo de acuerdo al plan original y ¡hubo muchísimos más miembros con “fe que mueve montañas” en el domingo inaugural que los que había habido la semana anterior!

¿Nos hubiéramos nosotros presentado para aquella reunión de oración? Alguna gente dice que la fe viene de los milagros. ¡Pero otros saben que los milagros vienen por la fe!

–¡Mujer, qué grande es tu fe! –contestó Jesús–. Que se cumpla lo que quieres. Y desde ese mismo momento quedó sana su hija. Mateo 15:28

Porque ustedes tienen tan poca fe –les respondió–. Les aseguro que si tienen fe tan pequeña como un grano de mostaza, podrán decirle a esta montaña: ‘Trasládate de aquí para allá. Mateo 15:20

Les aseguro que si tienen fe y no dudan –les respondió Jesús–, no sólo harán lo que he hecho con la higuera, sino que podrán decirle a este monte: ‘¡Quítate de ahí y tírate al mar! Mateo 21:21

LA MANSIÓN DE MI TÍA EVA

Sucedió en el año 1951, y la impresión que me dejó nunca la he podido olvidar. Mi esposa y yo estábamos de visita en casa de un tío mío a quien no habíamos visto por años. Su esposa, mi tía Eva, estaba enferma con una de las más temibles de las enfermedades: cáncer. Ella ya había sufrido una operación, pero debido a su condición avanzada, no habían podido detener la enfermedad.

Durante mi visita, que duró una semana, ella nunca dio indicios de dolor. Al contrario, se reía con frecuencia y hacía sus quehaceres con alegría.

Un día le pregunté a mi tío cómo podía ella mostrar tanta conformidad con una enfermedad así.

—Parece, Pablo —me contestó—, que ella vive en otro mundo. Está muy grave, y tiene dolor constante, pero nunca se queja, ni cuando estamos solos. Es más bien una muy viva y genuina esperanza lo que ella tiene.

Ante eso, le pregunté:

—¿Acaso cree ella que se va a sanar?

—¡Oh, no! —me contestó—. Al contrario, ella sabe que va a morir. Su esperanza consiste en la otra vida. Tiene una especie de ansia de morir: como quien va de vacaciones y no se aguanta, porque está llegando la hora de partir.

Eso me dejó hasta débil. Yo sabía a qué esperanza se refería él, pero nunca la había sentido tan de primera mano, especialmente en mi propia familia.

El día que partimos, ellos estaban en la puerta, dándonos el último adiós. De repente, mi tía dijo:

—Pablo, quisiera cantarles algo antes de que se vayan.

Ella no tenía voz de cantante, pero tenía un canto en el corazón, así que comenzó a entonar esta canción: «Yo tengo mi mansión, al otro lado del río. / Mi Cristo me espera con anhelo. / Por eso no estoy triste, aunque sigo sufriendo. / Porque yo sé que pronto tendré mi recompensa.»

Cuando ella terminó de cantar, yo tenía un gran nudo en la garganta. Sentí que ese adiós era de veras el último. Di la vuelta para ocultar la emoción que me embargaba, abordamos nuestro vehículo y partimos. A los seis meses, mi tía Eva murió, es decir, partió. Porque para una persona con una fe tan viva, no hay muerte; sólo traslado.

Dios nos creó a todos para ser eternos, y desea que pasemos la eternidad con Él. Esa esperanza puede ser también nuestra. Jesucristo les dijo a sus discípulos: «En el hogar de mi Padre hay muchas viviendas…. Voy a prepararles un lugar. Y si me voy y se lo preparo, vendré para llevármelos conmigo. Así ustedes estarán donde yo esté» (Juan 14:2,3). Por eso el apóstol Pablo escribió: «Porque para mí el vivir es Cristo y el morir es ganancia» (Filipenses 3:21).

Aceptemos esta fuente de esperanza. Cristo nos ofrece a todos la vida eterna.

ORACIONES FILTRADAS

Tengo unas amigas que pasan horas cada día intercediendo en oración. Sus hijos ya son adultos y se han ido, así que ellas pueden dedicar más tiempo a interceder. Yo no estoy en la misma fase de la vida. Sin duda, oro todos los días y tengo un diario de oración en el que escribo con regularidad. Pero durante estos años tan ocupados en los que mis tres hijos consumen la mayoría de mis horas despierta, también encuentro fortaleza en oraciones pequeñas. Me gusta llamarlas “Oraciones Filtradas”.
Todas estas oraciones cortas, recursos de poder, se manifiestan a través de los evangelios:
Los discípulos oraron: “¡Señor, sálvanos!

”La madre atormentada oró: “¡Señor, ayúdame!”
El soldado clamó: “Señor, mi siervo esta sufriendo…”
El maestro de la Ley dijo: “Maestro, te seguiré…”
El leproso dijo: “Señor, tu puedes limpiarme…”
El ciego gimió: “Ten misericordia de nosotros, Señor…”
Hoy mis oraciones pequeñas son algo así:
“Rodéanos con tu amor”.
“Enséñame”.
“Llénanos con tu Espíritu”.
“Ayúdame a ser paciente”
.“Por favor da sabiduría a los niños”.
“Los niños necesitan ser guiados”.
“Gracias, Señor”.
“¡Qué tremendo, Dios!”
“¡Tú eres maravilloso!”
Algunas oraciones son pedidos de ayuda. Otras, un simple reconocimiento de los hechos. La forma o apariencia de las oraciones en realidad no importa. No hay restricciones de cómo o cuándo se deben filtrar. Envíelas hacia el cielo mientras coloca las muñecas o los carritos en la caja de juguetes por enésima vez, al hacer la fila en el supermercado, o en un congestionamiento de tráfico.
Para aquellos de nosotros que somos padres agobiados, lo más importante es conectarnos con Dios y ligar el alma a nuestra fuente divina. Así como un suave toque al interruptor genera poder para iluminar un cuarto, también nuestras pequeñas oraciones nos conectan con Dios y desatan su energía, que nos fortalece para enfrentar el día.

Efesios 6:18Con toda oración y súplica orad en todo tiempo en el Espíritu…

NO TE OLVIDAMOS

Lectura: Hebreos 11:24-40
Porque Dios no es injusto para olvidar vuestra obra y el trabajo de amor que habéis mostrado hacia su nombre, habiendo servido a los santos y sirviéndoles aún. —Hebreos 6:10
Cuando el hombre más anciano de Gran Bretaña cumplió 111 años, aviones antiguos volaron por el cielo y la banda de los Infantes de la Marina Real tocó «Feliz Cumpleaños». Según el diario británico Daily Mirror, Henry Allingham quedó asombrado por toda la atención. Hasta hacía seis años, él había mantenido en secreto durante 86 años los horrorosos recuerdos de lo que había sucedido en las trincheras de la I Guerra Mundial. Este anciano, que había sido blanco de proyectiles, bombas y que al final había sido herido, no recibió honor alguno por lo que había soportado a favor de su país sino hasta que la Asociación de Veteranos de la I Guerra Mundial le encontró.
La historia de la Biblia nos ofrece historias parecidas a la de Henry. Las Escrituras muestran que aquellos que libran las batallas de Dios a menudo terminan heridos, encarcelados e incluso asesinados como resultado de su servicio.
Los cínicos podrían observar esas vidas y con un suspiro llegar a la conclusión de que no hay buena acción que no reciba castigo. Pero el autor de Hebreos ve un panorama más amplio. Él nos recuerda que un día Dios honrará absolutamente todo lo que hayamos hecho con fe y amor (6:10).
¿Te sientes desalentado hoy? ¿Te sientes insignificante? ¿Te sientes olvidado después de tratar de servir a Dios? ¿Ten la seguridad y la tranquilidad de que Dios no olvidará nada de lo que has hecho en tu servicio a Él o a los demás.
Dios recuerda el bien que olvidamos.

jueves, 26 de febrero de 2009

¡QUÉ TENGA BUEN DÍA!

Un día me encontraba en la fila de una tienda de provisiones detrás de un hombre que estaba pagando su compra. Cuando terminó, el empleado lo despidió diciendo alegremente: “¡Qué tenga muy buen día!”

Para sorpresa del empleado (y mía también), el hombre explotó en ira: “Éste es uno de los peores días de mi vida –gritó–. ¿Cómo voy a tener muy buen día?” Y con eso salió de la tienda estallando en cólera.

Comprendo la frustración de ese hombre; yo también he tenido días “malos” sobre los cuales no tengo control. ¿Cómo puedo tener muy buen día –me pregunto– cuando no tengo control sobre ello? Entonces recuerdo estas palabras: “Este es el día que el Señor ha hecho” (Salmo 118:24).

El Señor ha hecho todos los días, y mi Padre va a demostrar hoy su fuerza a mi favor. Él tiene control sobre todas las cosas en él, hasta las cosas difíciles que me van a pasar. Todos los acontecimientos han pasado por su sabiduría y amor, y son oportunidades que yo tengo de crecer en la fe. “Para siempre es su misericordia” (v.1). “El Señor está a mi favor; no temeré” (v.6).

Ahora, cuando la gente me despide deseándome muy buen día, contesto: “Yo no tengo control sobre eso, pero doy gracias por lo que sea que suceda, y me regocijo. . . pues este es el día que el Señor ha hecho.” –DHR

Salmo 118:24.
Este es el día que el Señor ha hecho; regocijémonos y alegrémonos en él.

SEÑALES DE LOS TIEMPOS III PARTE

La tercera y última diapositiva de la serie: Señales de los tiempos, para aquellos que estudian las sagradas escrituras buscando las profecías.

SALVAMENTO EN EL MAR

La tempestad era espantosa, con vientos de 120 kilómetros por hora, y rachas que llegaban a los 170. El pesquero ruso «Briz», de seis mil toneladas, se anegaba en las aguas del mar del Norte.

Cuando el capitán Sverdlovsk, del pesquero ruso, vio que su nave se hundía, irradió una llamada de auxilio, y un remolcador holandés, el «Carlot», acudió en su ayuda. Pero el salvamento se hacía casi imposible. Era como si toda la furia de los vientos y las inmensas olas del mar se hubieran propuesto no permitir el rescate de ninguno de los cincuenta y seis marineros a bordo del «Briz».

Después de algún tiempo de tratar de ejecutar el salvamento y de agotar todos los recursos sin poder transferir a un solo hombre, el capitán del remolcador «Carlot», André Ruyg, de cuarenta y dos años de edad y creyente en Dios, hizo lo que para un capitán era insólito. Pidió ayuda divina: «¡Dios mío —rogó—, ayúdanos! Sólo tú puedes calmar este vendaval.»

De repente los vientos comenzaron a calmarse y las inmensas olas perdieron su furia. El salvamento pudo llevarse a cabo, y aunque el pesquero «Briz» se hundió, no pereció ninguno de los marineros.

Las batallas del hombre contra el mar tienen siempre acentos épicos. ¡Es tan grande el océano y son tan pequeños los barcos! ¡Son tan altas las olas y tan frágiles los cascos! Por eso el marinero sabe clamar a Dios, y al igual que en aquella célebre tormenta en el mar de Galilea de dos mil años atrás, Jesús viene en auxilio caminando sobre las olas.

Aprendamos a orar. No es cuestión de aprender ciertos rezos ni oraciones redactadas de cierto modo, sino de establecer una relación permanente con Dios. Practiquemos la presencia de Dios. Vivamos con la línea de comunicación abierta. Que nunca haya un momento en que no estemos en contacto con Dios.

Si no tenemos una relación con Dios, entablemos una sin demora. Si hemos cortado la relación que teníamos, comencemos desde este momento a restablecerla. Así, pase lo que pase, en medio del dolor podremos clamar con la seguridad de que Dios nos está escuchando.

Jesucristo desea ayudarnos en todas las tragedias de la vida. Él puede reprender los vientos y calmar las olas. Lo único que tenemos que hacer es expresarle nuestro temor y esperar con fe en la respuesta. Cristo dijo: «»Pidan, y se les dará; busquen, y encontrarán; llamen, y se les abrirá. Porque todo el que pide, recibe; el que busca, encuentra; y al que llama, se le abre» (Mateo 7:7?8)

miércoles, 25 de febrero de 2009

HOY..EL SEÑOR ES MI AMIGO FIEL Y MI ALTO REFUGIO

“El Señor es mi amigo fiel, mi lugar de protección, mi alto escondite, mi libertador, él es mi escudo y con él me protejo”. Salmo 144:2.
Cuando no conocía a Dios mi vida era vacía y sin sentido. Desde que él lleno mi alma puedo decir que Dios es el Santo Espíritu de inspiración dentro de mi mismo, es el refugio fuera de mi. Dios es, por lo menos para nosotros los cristianos, la expresión natural de la suprema realidad y por eso llamo a esa parte sublime del Universo con el nombre de Dios, porque él es el creador mismo del universo, pero además es mi amigo fiel y mi protector. Nosotros y Dios tenemos una tarea en común y, cuando nos abrimos a su influencia, se realiza nuestro destino más profundo. El universo, en aquella parte que es nuestro propio ser, se orienta realmente hacia lo peor o hacia lo mejor según que cada uno de nosotros cumpla o eluda las exigencia de Dios. Y hoy quiero cumplir sus exigencias.
Con el amor podemos alcanzar a Dios y retenerlo, nunca con el pensamiento. Si un hijo del Padre experimenta terror ante él y halla que el pensamiento de Dios le incomoda, apresúrese, no se detenga a ponerse un vestido, sino corra rápidamente en su desnudez, como un verdadero niño, buscando un refugio para sus males y para sus terrores en los brazos salvadores de su Padre, porque además de amigo fiel y lugar de refugio es el genuino Padre amoroso.
En Dios encuentro el verdadero amor. El amor es infalible; no comete errores pues todos los errores son indigencia de amor. Todas las cosas externas deben supeditarse al amor; pues ellas están ordenadas a la búsqueda del amor y no el amor a la búsqueda de ellas. Cuando Dios ama, sólo desea ser amado, pues sabe que el amor hará feliz a todos los que lo amen a él. Si eres cristiano es insensato buscar a Dios fuera de si mismo. Esto desembocaría o en idolatría o en escepticismo, porque la Biblia habla de que Dios mora en ti. Nunca esperes tener el tiempo y el lugar más adaptado para hablar con él. Esperar hasta que llegues a la iglesia o a la casa es hacerlo esperar a él. Recuerda que él te escucha mientras tu caminas, porque él es tu amigo fiel.
Señor, Gracias por mostrarme tu amor y por ser mi refugio. En ti estoy siempre seguro y confiado . Hoy quiero marchar con mi corazón lleno de tu amor y lleno de agradecimiento por darme tu paz. Eres mi alto refugio de quien temeré?. Amén.

LAS ORDENES DEL MEDICO

Además del paciente que no abandona su cuenta, el más difícil de tratar es aquel que se niega a obedecer las órdenes del médico. Un estudio reciente ha revelado que cerca del noventa por ciento de todos los pacientes dejan de tomar una serie completa de antibióticos, un hecho que solamente conduce a que la bacteria produzca una mutación hacia una forma más resistente a esos medicamentos. Se ha encontrado que un porcentaje similar de pacientes han hecho trampas con su dieta, continuando fumando, y dejaron de ir a visitas de control de sus médicos.. aun cuando sus vidas se consideraban en peligro.
Un investigador notó que los maestros parecían estar en los grupos de los pacientes menos obedientes, pensando que podían cambiar todo lo que los médicos les dijesen.
Los jóvenes ejecutivos también representan un problema con su actitud de dame solamente lo necesario como para pasar. De acuerdo con un estudio, los ingenieros son mejores pacientes, dado que se sienten obligados a seguir órdenes explícitas. A la larga, el resultado concreto de no seguir las directivas médicas conduce casi siempre a estar menos saludable, aun cuando la salud hubiera mejorado temporalmente o se hubiese vencido a la enfermedad.
Esto es un verdadero aviso para muchos profesionales… y especialmente en lo que respeta a la sabiduría de la Palabra de Dios.
Muchos escuchan consejos, solamente el sabio los aprovecha.
Proverbios 13:10Por la soberbia sólo viene la contienda, mas con los que reciben consejos está la sabiduría.

¿A QUE NOS ESTAMOS AFERRANDO?

Lectura: 1 Timoteo 6:11-16
Pelea la buena batalla de la fe, echa mano de la vida eterna. —1 Timoteo 6:12
Recientemente, la trilogía clásica de Tolkien, El Señor de los Anillos, cobró vida por medio del cine. En la segunda historia épica, el héroe, Frodo, alcanzó un punto de desesperación y cansado le confió a su amigo: «No puedo hacer esto, Sam». Como buen amigo, Sam le dio un vehemente discurso: «Es como en las grandes historias… estaban llenas de tinieblas y peligros… la gente de esas historias tuvo muchas oportunidades de volverse atrás, pero no; siguieron adelante. Porque se aferraron a algo». Esto instó a Frodo a preguntar: «¿A qué nos estamos aferrando, Sam?»
Es una pregunta significativa, una pregunta que todos debemos hacernos. Al vivir en un mundo caído y quebrantado, no es de extrañar que algunas veces nos sintamos abrumados por los poderes de las tinieblas. Cuando lleguemos al borde de la desesperación, listos para tirar la toalla, haremos bien en seguir el consejo de Pablo a Timoteo: «Pelea la buena batalla de la fe, echa mano de la vida eterna» (1 Timoteo 6:12).
En las batallas de la vida, aferrémonos al hecho de que, al final, la buena voluntad triunfará sobre el mal, de que un día veremos a nuestro Maestro y Líder cara a cara y reinaremos con Él para siempre. ¡Tú puedes ser parte de esta gran historia, sabiendo que, si has confiado en Jesús para salvación, se te garantiza un final victorioso!
Las pruebas de la tierra son pequeñas comparadas con los triunfos del cielo.

martes, 24 de febrero de 2009

MIENTRAS NAVEGAMOS A LAS COSTAS DEL CIELO

Kirk Lynn, joven tenor de excelente calidad de voz, paseó la mirada por el auditorio. Habría, calculó, unas 470 personas. El cantante ejecutaba su música en una iglesia en Pittsburgh, Pennsylvania. Ese día cantó el himno cristiano: «Mientras navegamos hacia las costas del cielo».
Once días más tarde, Lynn canturreaba su canción mientras volaba, con otras 130 personas, de Chicago a Pittsburgh en el fatídico vuelo 427 de la compañía Air West. El avión se precipitó a tierra, y todos los que iban a bordo, 131 personas, perecieron.
No podemos saber el destino eterno de cada una de esas personas. Sólo Dios y la persona misma podían saber si su destino era la gloria eterna. ¿Qué podemos imaginar acerca de Kirk Lynn, el joven tenor que cantaba su himno?
Ya que sabemos que Jesucristo ofrece vida eterna al que tiene fe en Él y vive entregado a su señorío, podemos imaginar que Kirk llegó ese día a las costas del cielo y que su Señor y Dios lo recibió con los brazos abiertos.
Kirk había dedicado su vida a cantar para el Señor. El himno que había escogido dice: «Las tormentas surgen de repente en el embravecido mar; pero comprenderemos lo que es su gracia cuando lleguemos al celeste hogar.»
Viajar por el mar de la vida es vivir sometidos a tormentas. Así es esta vida. Cosas imprevistas suceden a cada paso. Tanto es así que la muerte puede estar aguardándonos a la vuelta de la esquina. Nadie tiene asegurada su existencia en este mundo.
Sin embargo, para el que cree en Jesucristo como Señor y Salvador, aun la contingencia más grave de esta vida, la muerte súbita, es un «llegar sanos y salvos a las puertas del cielo».
Si hay algo que confirma el valor de la fe en Cristo, es la absoluta seguridad de que al morir pasaremos instantáneamente a la presencia de Dios. Porque lo que distingue al creyente en Cristo del que todavía no le ha rendido su vida es la absoluta seguridad que el creyente tiene de que su muerte es el paso seguro a la gloria eterna.
Jesús dijo: «… el que oye mi palabra y cree al que me envió, tiene vida eterna y no será juzgado, sino que ha pasado de la muerte a la vida» (Juan 5:24). Esa es la seguridad del creyente en Cristo. Ninguna ideología, ninguna religión, ninguna filosofía, ninguna ciencia, da esta seguridad, sino sólo el Señor Jesucristo.
Hermano Pablo.

HOY..QUIERO PONER MI VIDA POR OTROS

"En esto hemos conocido el amor, en que él puso su vida por nosotros; también nosotros debemos poner nuestra vida por los hermanos”. I Juan 3:16.
Hace varios años, en una aldea pequeña de Holanda, un joven mostró al mundo las recompensas del servicio no egoísta. Debido a que toda la aldea giraba alrededor de la industria pesquera, en casos de emergencia era necesario un equipo de rescate de voluntarios. Una noche, el viento soplaba fuerte, las nubes estaban cargadas y una fuerte tormenta hizo zozobrar un bote pesquero en el mar. La tripulación envió una señal de auxilio. El capitán de rescate hizo sonar la señal de alarma y los aldeanos se reunieron en la plaza del pueblo. Una hora después, el bote de rescate reapareció entre la niebla y los regocijados aldeanos corrieron a recibirlo. Los voluntarios cayeron exhausto en la arena y reportaron que por capacidad del barco, había tenido que dejar a un hombre en el mar.
Con desesperación, el capitán pidió a otro equipo de voluntarios que fuera en busca del sobreviviente solitario. Hans, de 16 años dio un paso hacía adelante. Su madre lo asió del brazo y suplicó: “Por favor, no vayas. Tu padre murió en un naufragio hace 10 años y tu hermano mayor, ha estado perdido durante tres semanas en el mar. Hans, eres todo lo que me queda”. Hans, respondió: Mamá, tengo que ir. Qué sucedería si todos dijeran no puedo ir. Mamá en esta ocasión, tengo que cumplir con mi deber. Cuando el deber nos llama, todos necesitamos actuar y hacer nuestra parte”. Hans besó a su madre, se reunió con el equipo y desapareció en la noche.
Transcurrió otra hora, la cual le pareció una eternidad a la madre de Hans. Finalmente, el bote de rescate apareció entre la niebla y Hans se encontraba de pie en la proa. EL capitán preguntó: Encontraron al hombre perdido?. Casi sin poder contenerse, Hans respondió con entusiasmo: “Sí, lo encontramos. Dígale a mi madre que es mi hermano mayor”. Hoy, al reflexionar sobre esta historia encuentro que si no niego en poner mi vida por los demás tarde que temprano seré recompensado y esa recompensa en muchas ocasiones no tiene precio. Por lo tanto este es un día para atreverme a darme por los demás, así como el Señor se dio por mi.

COCODRILOS EN EL LAGO

Hace varios años, los periódicos contaron la historia de una anciana que vivía en el sur del Estado de la Florida. Su hogar era una casucha ubicada junto a un pequeño lago. Todos los días iba a sacar agua del lago.
Allí, vivía un cocodrilo. Aunque era un animal peligroso, la señora permitió que él viviera en el lago. Parecía domesticado. Ninguno de los dos odiaba al otro. Vivían en perfecta paz.
Sin embargo, un día, mientras la señora sacaba agua del lago, el cocodrilo nadó sumergido y atacó. Le apretó la mano con su enorme y fuerte mandíbula. Ella intentó librarse del cocodrilo, pero le arrancó la mano. Sangrando mucho, la viejecita logró arrastrarse hasta su casa y pidió ayuda. Finalmente, llegó la ambulancia y fue atendidad.
Al día siguiente, el guardia forestal encontró el cocodrilo en el lago y lo mató.
El guardia forestal informó a los periodistas:
-Los cocodrilos son más peligrosos cuando pierden el miedo a los humanos. Al permitir que permanezca en su lago, aunque usted no lo sepa, le da coraje al cocodrilo para atacar.
La Biblia nos enseña que la paga del pecado es la muerte. Muchas veces pensamos que pequeños e inocentes pecados no nos harán mucho mal, y que podemos dejarlos dentro de nuestra vida, sin que suframos las consecuencias. Sabemos que debemos expulsarlos. Pero terminamos comportándonos como la ancianita de a historia. Como el cocodrilo no nos molesta, vamos acariciando el pecado y él va quedándose. Al final, podrá mordernos y arrancarnos un pedazo de nuestro ser.
El escritor del libro de Hebreos aconsejó que debemos liberarnos de todo lo que impida nuestra progreso, especialmente el pecado que nos distrae. Si no nos libramos de él, quedamos en situación desventajosa; y eso será perjudicial a la causa de Dios.
Hoy, piensa en cuáles son los cocodrilos que viven contigo y ora a fin de que Dios te ayude a eliminarlos, antes de que sea demasiado tarde.
Romanos 6:23Porque la paga del pecado es muerte, mientras que la dádiva de Dios es vida eterna en Cristo Jesús nuestro Señor.

ENCONTRANDO NUESTRO LLAMADO

Lectura: Efesios 4:1-16
Yo pues, preso en el Señor, os ruego que andéis como es digno de la vocación con que fuisteis llamados. —Efesios 4:1
Una continua lucha que tenemos cuando intentamos seguir a Cristo es tratar de encontrar nuestro llamado en la vida. Si bien a menudo pensamos en términos de ocupación y ubicación, tal vez un asunto más importante sea el del carácter —el ser que provee la sólida base para el hacer: «Señor, quién quieres que yo sea?»
En Efesios 4, Pablo escribió: «Yo pues, preso en el Señor, os ruego que andéis como es digno de la vocación con que fuisteis llamados» (v. 1). Añadió a esto tres condiciones de «ser»: con toda humildad y mansedumbre, soportándoos con paciencia «los unos a los otros en amor» (v. 2). Pablo escribió esto desde la cárcel, un lugar difícil donde siguió viviendo su llamado de parte de Dios.
Oswald Chambers dijo: «La consagración no es dedicarse al llamado en una vida para Dios, sino la separación de todos los demás llamados y dedicarnos nosotros mismos a Dios, dejando que Su providencia nos coloque donde Él quiera —en el trabajo, la ley, o la ciencia; en el taller, la política o las labores monótonas. Hemos de estar allí trabajando según las leyes y los principios del Reino de Dios».
Cuando somos personas correctas delante de Dios, podemos hacer cualquier tarea que Él nos mande, dondequiera que nos ponga. Al hacerlo, descubrimos y manifestamos públicamente el llamado que hemos recibido de Él.

Lo más importante no es lo que haces, sino lo que eres.

lunes, 23 de febrero de 2009

PLAN DE SALVACION

Ser cristiano no es tener una religión.
Ser cristiano es tener a Cristo en el gobierno de nuestro corazón.
El primer paso que tenemos que dar es reconocer que hemos vivido independientemente de Dios.
Esto nos ha llevado a hacer cosas que ofenden a Dios.¡Tenemos que pedirle perdón!
Cuando Cristo murió en la Cruz, proveyó todo lo que necesitamos.
“No es por obras para que nadie se gloríe,” dice la Biblia.
Tampoco es por la religión o por la iglesia. Ninguna puede salvar.
La salvación es por la Gracia de Dios.
Nuestro único merecimiento es la muerte.
Pero “de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna,” dice la Biblia.
1. Confiesa a Cristo tus pecados.
2. Pídele Su perdón.
3. Invítale a tomar el gobierno de tu vida.
4. Comienza a seguirle como discípulo. Esto incluye:Lee diariamente la Biblia. Ora, platica diariamente con Él. Visita una congregación donde estés seguro que siguen únicamente la Biblia, Palabra de Dios.

HOY..QUIERO QUE MI GENTILEZA SEA CONOCIDA POR TODOS

“Vuestra gentileza sea conocida por todos los hombres. El Señor está cerca” Filipenses 4:5.
En una ocasión un padre y su hijo adolescente se encontraban en una fila para comprar los boletos para entrar al circo. Una familia estaba delante de ellos. Esta familia tenía como ocho hijos, todos menores de 12 años. No tenían mucho dinero. Su ropa no era costosa, pero estaba limpia. Los niños se comportaban bien en la fila de dos en dos, detrás de sus padres. Hablaban entusiasmados sobre los payasos que verían, los elefantes y los demás actos. Se notaba que nunca habían asistido al circo. Prometía ser un acontecimiento en sus vidas. El padre y la madre se encontraban frente al grupo sumamente orgullosos.La encargada de la taquilla le preguntó al padre cuantos boletos quería y él dijo, 0cho niños y dos adultos. La encargada le mencionó el precio. La esposa del hombre le soltó la mano y bajó la cabeza, el labio del hombre comenzó a temblar. El hombre exclamó: Cuanto dijo?. La empleada repitió. El hombre no tenía suficiente dinero. Al ver lo que sucedía el hombre que estaba con su hijo adolescente detrás, metió su mano en el bolsillo y dejó caer un billete de 20 pesos y luego toco al hombre de los ocho niños en el hombre le dijo: Señor, se le cayó un billete.El hombre supo lo que sucedía. No pedía ayuda, pero en verdad la apreció en esa situación desesperada, angustiosa y vergonzosa. Miró al segundo hombre directamente a los ojos, tomó sus mano con las suyas, la oprimió con fuerza sobre el billete de 20 y con el labio tembloroso y una lágrima rodando por su mejilla , respondió: “Gracias, gracias señor. Esto significa en verdad mucho para mi y para mi familia”. El segundo hombre salió de la fila y se fue con su hijo a casa. Esa noche no fueron al circo porque compartieron su dinero con un desconocido, pero no regresaron sin nada a casa. Hoy quiero reflexionar sobre este hecho y comprender que el Señor hoy me presentará muchas oportunidades para demostrar mi gentileza delante de todos los hombres. En este mundo se necesitan desesperadamente actos de amor y gentileza. Hoy es día de expresión de amor.

DISFRUTA LOS DEDOS PEGAJOSOS

Mientras Jacqueline Kennedy participaba con tristeza del funeral de su esposo, sus pensamientos vagaron hasta sus dos hijos, Caroline y John. Solo horas después de la lúgubre ceremonia, y aún vestida de negro, Jackie celebró los tres años de edad que cumplía John con una fiesta en la Casa Blanca.
Desde que eran pequeños, pasando por la adolescencia y hasta el momento en que abandonaron el hogar, para Jackie sus hijos fueron la prioridad. Le molestaba que la prensa los persiguiera tanto como a ella.
“Creo que de cualquier manera la crianza de los hijos es bastante difícil. Y todo el mundo sabe que ser el centro de atención es la peor cosa para ellos. O bien llegan a consentirse o salen lastimados”, le confío una vez Jackie a una amiga. “Los niños necesitan el afecto y la dirección de su madre y pasar largos períodos con ella. Eso es lo que les da la seguridad en un mundo a menudo confuso”.
La realidad es que los nietos también crecen. No siempre estarán dispuestos para abrazar a sus abuelos. Cuando crecen, no les pedirán que les lean un cuento antes de ir a la cama. Estarán demasiado entretenidos con sus amigos como para hornear galletas. Preferirán montar a bicicleta, en patines o patineta en vez de salir a pasear.
Disfrute de los dedos pegajosos y las interminables preguntas mientras dure. Valore las interrupciones y las peticiones a medianoche. Cuando Dios nos envió a los nietos, no tenía la intención de que se quedaran pequeños para siempre.
Romanos 12:10Deléitense en el respeto mutuo.

LA NECESIDAD DE ALIMENTARSE

Lectura: Salmo 37:1-11
Confía en Jehová, y haz el bien; y habitarás en la tierra, y te apacentarás de la verdad. —Salmo 37:3
Nuestro nieto Cameron nació seis semanas prematuro. Como tenía un tamaño y peso menores que lo normal y estaba en peligro, quedó internado en la unidad de recién nacidos del hospital por unas dos semanas hasta que ganara suficiente peso como para ir a casa. Su mayor desafío era que, en el esfuerzo físico que realizaba para alimentarse, quemaba más calorías de las que estaba adquiriendo. Esto obviamente era un obstáculo para su crecimiento. Parecía que el pequeñito retrocedía dos pasos por cada uno que avanzaba.
No había medicina o tratamiento que pudiera resolver el problema: simplemente necesitaba la reconstitución provista por el alimento.
Como seguidores de Cristo, constantemente encontramos que nuestras reservas emocionales y espirituales se agotan por causa de los desafíos de la vida en un mundo caído. En tales momentos, necesitamos el alimento para fortalecernos. En el Salmo 37, David nos alentó a fortalecer nuestros corazones alimentando nuestras almas. Él escribió: «Confía en Jehová, y haz el bien; y habitarás en la tierra, y te apacentarás de la verdad» (v. 3).
Cuando la debilidad nos aflige, la seguridad y la tranquilidad de la fidelidad interminable de Dios puede darnos la capacidad para seguir adelante en Su nombre. Su fiel cuidado es el alimento que necesitamos, dándonos, tal y como dice el himno «Oh, Tu fidelidad»: «Eres mi fuerza, mi fe, mi reposo».
Aliméntate de la fidelidad de Dios para encontrar la fortaleza que necesitas.

domingo, 22 de febrero de 2009

"CÓMO NO HE DE ADORARTE"

¿Cómo no he de adorarte, Jesús mío,
si eres el suave manto de rocío
que ha revivido mis raices secas?
¿Cómo no he de adorarte si tu truecas
en esperanza ardiente mi hondo astío?
¿Quién como tú Jesús? que das al río
cauce y corriente que jamás se agota
y que haces estallar la esteril roca
en fresco manantial para el estío.
Ya mi vaso jamas vere vacío
ni seré más un triste abandonado,
no sentiré la herida del pecado
ni del traidor mordaz el desafío.
La misma soledad de ningún modo,
torna mi vida triste y desolada,
porque si ayer sin Tí, no tuve nada,
hoy contigo Jesús, lo tengo todo.
Es tan bello Señor, estar contigo
y tiene tu verdad tan dulce acento,
que sin poder decirte lo que siento,
arder yo siento en mi lo que te digo.
En la cumbre
estelar de lo que ansío,
Tu eres la luz polar que solo veo,
Eres mi fé, en Tí solo yo creo
y es solo tu poder, mi poderío.
Más si al fin de mi senda, Jesús mío
nubló mi ser la sombra de la muerte
de nada temeré porque confío
que en la aurora estelar habre de verte.

LA PIEDRA EN EL CAMINO

Hace mucho tiempo, un rey colocó una gran roca obstaculizando un camino. Luego se escondió para ver si alguien quitaba la tremenda roca.
Algunos de los comerciantes más adinerados del reino y varios cortesanos pasaron por el camino y simplemente le dieron una vuelta; muchos culparon al rey ruidosamente de no mantener los caminos despejados, pero ninguno hizo algo para sacar la piedra grande del camino.

Entonces llegó un campesino que llevaba una carga de verduras. Al aproximarse a la roca, puso su carga en el piso y trató de mover la roca a un lado del camino. Después de empujar y fatigarse mucho, pudo lograrlo.

Mientras recogía su carga de vegetales, notó una cartera en el piso, justo donde había estado la roca. La cartera contenía muchas monedas de oro y una nota del mismo rey indicando que el oro era para la persona que removiera la piedra del camino.

El campesino sabía lo que los otros nunca entendieron: “Cada obstáculo presenta una oportunidad para mejorar tu condición”.

Si alguna vez caes, levántate y sigue adelante.

Todo lo puedo en Cristo que me fortalece…… Filipenses 4: 13

CUANDO NO HAY ALTERNATIVA

—Está prohibido atravesar el desierto en esta época del año —manifestó seriamente el funcionario de Mauritania—. Ningún árabe se atrevería a hacerlo.

—Tiene usted razón —respondió el viajero—; pero nosotros somos seguidores de Cristo, y los cristianos somos locos.

Fue así como Michael Asher, escritor inglés, y María Antonietta, su esposa italiana, emprendieron el trayecto.

Viajaron ocho mil kilómetros a lomo de camello atravesando el desierto del Sahara, desde Mauritania hasta llegar al río Nilo. En su libro Dos contra el Sahara Michael Asher describe las tremendas dificultades del viaje. Ningún occidental se había atrevido a hacerlo antes. El espantoso desierto, con su increíble calor, transformó lo que comenzó siendo un evento arrobador, en una odisea desoladora. Pero realizaron el viaje. Cumplieron su cometido.

De las muchas experiencias que el autor acentúa en su libro, hay una que nos conviene considerar. He aquí sus palabras: «De dos personas que éramos en Mauritania, cuando llegamos al Nilo nos habíamos fundido en una sola.»

Muchas veces los golpes de infortunio separan a los matrimonios, pues hacen que el amor se enfríe, que surjan los reproches y que resalten las recriminaciones. Por eso hay tantas personas convencidas de que la escasez económica representa una amenaza contra el matrimonio.

¿Pero qué pasó en el caso de Michael y María Antonietta? Sufrieron adversidades indecibles. Las angustias de esos meses de incertidumbre tenían que haber extinguido totalmente el amor, pero no fue así. Sucedió lo contrario, como dicen ellos: «El espantoso desierto nos fundió en una sola persona.»

¿Qué circunstancia había en el desierto que no hay en las situaciones normales de nuestra vida? La realidad innegable de que no había alternativa. Solos en el desierto, no tenían a quién acudir. Sólo había dos personas, y en su aflicción tenían que encontrar su afecto el uno en el otro.

En cambio, muchos de nosotros sí nos permitimos una alternativa. Si el matrimonio no nos sale bien, nos divorciamos porque tenemos esa alternativa. En eso consiste el fracaso de muchos matrimonios.

No admitamos alternativa. Cuando determinamos que nuestro matrimonio será «hasta que la muerte nos separe», con eso establecemos su solidez. Cristo en nuestro hogar producirá ese ambiente. Si le pedimos a Él que sea el Señor de nuestra vida, lo será también de nuestro matrimonio, asegurando su permanencia. En ese feliz estado no hay alternativa que valga.

FIEBRE DE BEISBOL

Lectura: Mateo 22:34-40
Amarás a tu prójimo como a ti mismo. —Mateo 22:39
En la película Fever Pitch (Fiebre de Béisbol), Ben Wrightman está loco por el equipo de béisbol de los Medias Rojas de Boston. Rara vez se pierde un juego durante la primavera y los meses de verano.
Un invierno, Ben se enamora de una joven llamada Lindsey y la conquista. Luego llega la primavera y ella descubre que él es una persona totalmente diferente durante la temporada de béisbol. No tiene tiempo para la muchacha a menos que ella vaya a los juegos con él.
Cuando Lindsey le pone fin a su relación con Ben debido al fanatismo de éste, el joven habla con un amigo, que le dice: «Tú amas a los Medias, pero dime, alguna vez ellos han correspondido a tu amor?» Esas palabras hicieron que Ben analizara sus prioridades y le diera más tiempo a la mujer que amaba, y que correspondía a su amor.
Entregamos nuestras vidas a pasatiempos, placeres, actividades, trabajo —muchas cosas buenas. Pero hay dos cosas en las que siempre debemos pensar al hacer nuestras elecciones. Jesús dijo: «Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón... amarás a tu prójimo como a ti mismo» (Mateo 22:37,39).
Cuando parezca que nuestra vida está perdiendo su equilibrio, puede que la pregunta, «¿Alguna vez ese pasatiempo o actividad ha correspondido a mi amor?» nos ayude a mantenernos en línea. Amar a Dios y amar a las personas es lo que realmente cuenta.
Mostramos nuestro amor por Dios cuando compartimos Su amor con los demás.

sábado, 21 de febrero de 2009

HOY..NECESITO AMAR A MI HERMAMO


“Si alguno dice: Yo amo a Dios, y al mismo tiempo odia a su hermano, es un mentiroso. Pues si uno no ama a su hermano, a quien ve, tampoco puede amar a Dios, a quien no ve”. I Juan 4:20
Hoy no me puedo engañar a mi mismo. No puedo decir que amo a Dios si en mi corazón odio a mi hermano. Este es un día especial, día para ponerme a cuentas con mi hermano en un espíritu de perdón y reconciliación. En el centro del corazón de la comunidad cristiana, está el compromiso a animar relaciones que edifiquen unidad. Lo concerniente a la reconciliación es imperativo en el cuerpo de Cristo.
La división es el producto de muchas visiones y por mucho tiempo hemos estado fragmentados por muchas de ellas. Es tiempo de acercarnos para poder demostrar genuinamente la unidad bíblica a la cual nuestro Señor nos ha llamado.
Se que cuando se trata de perdonar y pedir perdón y dar los pasos hacia la genuina reconciliación mi ego se rebela, pero luego que doy el paso la dimensión espiritual que me envuelve es una dimensión sin igual. En las relaciones hay tres niveles básicos en donde en necesario caminar en reconciliación y perdón. El primer nivel básico es el nivel del conocimiento superficial, se experimenta cuando conozco a una persona ligeramente y cuando no hay profundidad de amistad.
El próximo nivel es el nivel de la amistad cuando ya hay conocimiento más allá de la superficie, cuando nos agradamos y confiamos, cuando compartimos tristezas y alegrías y el último nivel es el nivel de la hermandad, es cuando ya identificamos y reconocemos el parentesco espiritual, uno que llora cuando el otro es herido y se regocija cuando el otro se goza. En estos tres niveles necesito moverme en la pista de la reconciliación.
Las relaciones con los demás humanos están balanceadas por las relaciones espirituales. Hoy no podré decir que amo a Dios si hay en mi corazón odio hacía una persona con quien no puedo convivir. Yo necesito hoy aprender a moverme tanto horizontal como verticalmente. Mi relación con Dios es vertical, pero mi relación con la gente es horizontal y la una va tomada de la mano con la otra.
Señor, Gracias por alcanzarme con tu amor y sostenerme. Quiero transmitir ese mismo amor a los que están cerca de mi para poder experimentar la belleza de tu gracia y de tu bondad. Solo en ti encontré perdón y ese perdón lo quiero extender a otros. Amén.

AMOR CIEGO

En One Woman´s Liberation, Shirley Boone escribe:
¡Hablemos del amor ciego! Cuando Pat y yo nos casamos estaba tan enamorada que no me encontraba en mis cabales. Pat afirmó en algunas entrevistas que nos habíamos casado bien conscientes de los importantes ajustes que debíamos hacer y de las crisis financieras que íbamos a enfrentar, pero esa era su propia opinión. En lo que a mí respecta, no era consciente de nada excepto de que era maravilloso y que la vida sin él sería terrible.
“Entiendo muy bien cómo María, la reina de Escocia, se debe haber sentido cuando dijo de James Bothwell, su tercer marido: ” Yo lo seguiría hasta el fin del mundo en enaguas”, pues eso mismo sentía yo por Pat… Si lo hubiera sugerido, hubiera seguido a Pat hasta Timbuctu sin siquiera pestañear. Era mi vida. Para mí, era perfecto y eso fue el inicio de nuestros problemas porque cualquier persona ubicada en un pináculo solo puede ir en una dirección: hacia abajo “.
Shirley y Pat Boone lucharon con sus diferencias para crear un fuerte y duradero matrimonio, pero el principio de su verdadero éxito como pareja vino cuando cada uno reconoció este verdad esencial: NADIE ES PERFECTO.
El libro devocionario de Dios para matrimonios, Editorial Unilit.
Sé nos ha criado con la idea del príncipe azul y la cenicienta, y encontramos muchos jóvenes que no han podido establecerse con una pareja, por esa búsqueda del hombre o la mujer perfecta. Vemos cómo hoy en día hay más divorcios, porque nos casamos pensando que todo iba a ser color de rosa, y a la primera prueba tiramos la toalla.
¿Cómo podemos pedir perfección?, si nosotros mismo NO somos perfectos.
Cuando comprendamos esta idea tan simple, encontraremos ese amor y tranquilidad en el ser amado.
Nada vence el amor a primera vista, excepto el amor con discernimiento.
Proverbios 4:7La sabiduría es lo primero. ¡Adquiere sabiduría! Por sobre todas las cosas, adquiere discernimiento.

TIEMPOS DE QUIETUD

Lectura: Salmo 23:1-3; Marcos 6:30-32
Estad quietos, y conoced que yo soy Dios. —Salmo 46:10
Mi amiga María me contó que siempre había valorado los momentos que pasaba pescando con su padre. Como no soy una aficionada a la pesca, me entró curiosidad por saber qué era lo que ella encontraba tan bonito. «Simplemente me gusta estar con mi padre» —dijo. «¿Entonces sólo pescáis y habláis?» —le pregunté. «Oh, no, en realidad no hablamos —me dijo. Sólo pescamos».
No era la conversación, era la compañía.
¿Alguna vez te has puesto a pensar cuánto tiempo pasamos hablando? Generalmente, en lo que nos gusta llamar nuestro «tiempo de quietud» con Dios, llenamos todo silencio con nuestras oraciones. ¿Pero acaso alguna vez practicamos simplemente estar «quietos»?
Dios dijo: «Estad quietos, y conoced que yo soy Dios» (Salmo 46:10). Cuando Jesús notó que los discípulos estaban tan ocupados que ni siquiera tenían tiempo para comer, les dijo: «Venid vosotros aparte a un lugar desierto, y descansad un poco» (Marcos 6:31). Cuando dejamos atrás las distracciones de la vida, podemos descansar con mayor facilidad y volver a centrarnos en Dios.
¿Estás permitiendo que los momentos de quietud a solas con Dios sean parte de tu vida? ¿Deseas que Él restaure tu alma? (Salmo 23:1-3). Permítele que te enseñe cómo «estar quieto». Y escucha cuando Jesús te invita: «Ven aparte conmigo y descansa un poco».
Los tiempos de quietud con Dios acumulan energía y poder para emergencias futuras.

viernes, 20 de febrero de 2009

COMENZANDO DE NUEVO

A los cuarenta y tres años de edad, Luis sintió que había llegado el momento de devolverle algo a la comunidad, por lo cual se enroló como voluntario en un programa para alimentar a los que carecían de un techo en las calles.

Rápidamente se encontró aconsejando a las familias que venían por alimentos, dirigiéndolosa lugares en los cuales conseguir refugio y ayudando a varios hombres a encontrar trabajo. Los encargados del programa le dijeron que tenía talento para trabajar con la gente y lo animaron a desarrollarlo.

Luis había estado trabajando en una posición de oficinista como auxiliar administrativo para un ejecutivo de cierta compañía. No había un puesto más elevado dentro de la empresa ni en su campo. Lo único que lamentaba era que nunca había ido a la universidad. Armado de las palabras de aliento de sus compañeros voluntarios, él y su esposa vendieron su casa y “volvieron a la escuela”.

Ambos recibieron finalmente grados de doctorado y se convirtieron en consejeros plenamente dedicados a su familia. Abrieron una clínica juntos y reestructuraron sus vidas, disfrutando esta vez de un sentido mucho más amplio de satisfacción personal.

Nunca es demasiado tarde para comenzar una nueva carrera. Y nunca es demasiado tarde para hacer otra vez un comienzo en su vida espiritual. El verdadero éxito se encuentra al establecer una relación con su Creador, descubrir lo que Él dispuso que fuese, ¡y entonces desarrollar los talentos y dones que le dio!

Mateo 6:33
Pero buscad primero su reino y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas.

CAER EN SU PROPIA TRAMPA

Kenneth Sunderland miró satisfecho su sembrado. Todas las plantas estaban fuertes y sanas, y todas lucían al sol sus brillantes hojas. «Tengo que cuidar mis plantas —pensó el hombre—, de modo que ninguna autoridad me las quite.»

Con esa idea, armó una escopeta. La afirmó con palos apuntando a la puerta, y ató un hilo desde el gatillo del arma al dintel de la puerta. Cualquier persona que la abriera accionaría el arma. Pero ocurrió algo insólito.

Sunderland mismo, cultivador de marihuana, al salir un día del recinto, accionó el gatillo. Y sucedió lo inevitable. El hombre tenía sólo treinta y ocho años de edad.

Así como Sunderland, también nosotros tenemos la tendencia a caer en nuestra propia trampa.

Un hombre le encargó a su yerno, un constructor, que le hiciera una casa. El yerno la hizo con los peores materiales posibles, estafando así a su suegro. Puso los más ordinarios cables y tubos y madera y pinturas.

Cuando se la presentó a su suegro, éste le dijo: «Hijo, la casa es tuya. Te la hice construir para que vivas en ella con mi hija y los chicos.» El hombre se había engañado a sí mismo, y tuvo que vivir en la miserable casa que él mismo había construido. Quiso estafar al suegro, y se estafó él mismo.

Es posible mantener el engaño durante un tiempo. Y es posible sacarle algún beneficio, magro y malo beneficio material, aunque para algunos, desgraciadamente, codiciable. Pero no se puede llevar toda una vida mintiendo y engañando y estafando y burlándose de los ingenuos. Dios ha diseñado nuestra vida de tal manera que tarde o temprano cosechamos lo que sembramos. Jesucristo dijo: «Así que todo lo que ustedes han dicho en la oscuridad se dará a conocer a plena luz, y lo que han susurrado a puerta cerrada se proclamará desde las azoteas» (Lucas 12:3).

Donde más se nota esta necia y vana intriga es en lo que creemos estar escondiendo de Dios. Él conoce los secretos más íntimos de nuestro corazón, y Él juzga y condena no sólo en la eternidad sino en esta vida.

Nada mejor que llevar una vida limpia a los ojos de Dios y de los hombres. Más vale que nunca frecuentemos la compañía de los malos, que nunca tomemos parte en ningún delito, que nunca engañemos a nadie, que nunca demos falso testimonio, pase lo que pase. Tarde o temprano, irremisiblemente, sufriremos la paga de nuestro pecado.

Cristo desea ser nuestro Salvador. Es en el compañerismo con Él, siguiendo sus divinas enseñanzas, que nos libramos del engaño. ¿Por qué sufrir consecuencias innecesarias? Entreguémosle nuestra vida a Cristo. Él está dispuesto a cambiarla de una vez y para siempre.

!DESPERTAD¡

Hageo era un profeta del remanente fiel (después de los 70 años de cautiverio) y cumple su ministerio en los tiempos de Esdras y Nehemías. Escribe y exhorta a la nación de Israel durante el tiempo de la reconstrucción del templo, ya que se habían detenido en la construcción por ocuparse más de si mismos. Él amonesta y anima a los edificadores.

El pueblo decía: “Así ha hablado Jehová de los ejércitos, diciendo: Este pueblo dice: No ha llegado aún el tiempo, el tiempo de que la casa de Jehová sea reedificada” Hageo 1:2. Dios responde en forma muy clara: ”¿Es para vosotros tiempo, para vosotros, de habitar en vuestras casas artesonadas, y esta casa está desierta? Pues así ha dicho Jehová de los ejércitos: Meditad bien sobre vuestros caminos .” Hageo 1:4

¡Cuántas veces nos vamos durmiendo en la servicio al Señor! ¡Privilegiamos nuestros intereses, nuestras cosas, lo que creemos “nuestro” por sobre lo del Señor. Ahora bien…¿Hay algo que es “nuestro”? Nada nos pertenece, todo lo que tenemos es prestado por la misericordia de Dios y debemos administrarlo para Su Gloria ( 1ª Co.4:2) El pueblo se había olvidado de estar realidad y el resultado en sus vidas era evidente. El estar dormidos para Dios produce:

Falta de frutos : “ Sembráis mucho, y recogéis poco;” Hageo 1:6 a.
Esta es una de las evidencias de nuestro letargo en el servicio: no tenemos frutos para el Señor… ya que estamos dedicados a nosotros mismos. Juan 15:5

Falta de satisfacción : “coméis, y no os saciáis; bebéis, y no quedáis satisfechos; os vestís, y no os calentáis; el que trabaja a jornal recibe su salario en saco roto.” Hageo 1:6b . ¡¡ No hay nada mejor que se ntir la satisfacción del trabajo para el Señor!! La satisfacción del corazón entregado a Su Voluntad por sobre todo lo que el mundo nos ofrece para distraernos.

Falta de respuesta "Buscáis mucho y halláis poco” Hageo 1:9 a.
“Pedís y no recibís, porque pedís mal, para gastar en vuestros deleites” Santiago 4:3

Falta de bendición : “Por eso se detuvo de los cielos sobre vosotros la lluvia, y la tierra detuvo sus frutos” Hageo 1:10

El final del versículo 9 muestra la causa de estas carencias: “Por cuanto mi casa está desierta, y cada uno de vosotros corre a su propia casa” .
¡Hay tiempo para volver a edificar! El pueblo escuchó la exhortación del profeta y tuvo la actitud correcta:

Temió delante de Dios. Hageo 1:12. Lo cual implica un arrepentimiento y cambio de actitud.
Cobró ánimo Hageo 2:4
Trabajó nuev amente para el Señor Hageo 2:4

¡¡¡¡¡¡¡Dios nos promete Su Presencia!!!!!


“ Pues, ahora, Zorobabel, esfuérzate dice Jehová; esfuérzate también, Josué hijo de Josadac, sumo sacerdote; y cobrad ánimo, pueblo todo de la tierra, dice Jehová,. y trabajad, porque yo estoy con vosotros, dice Jehová de los ejércitos” Hageo 2:4

Enviado por:Alejandra .L

HOY..VIVIRE EN RECONCILIACION

“Vivíamos en este mundo , sin Dios y sin esperanza. Pero ahora, unidos a Cristo Jesús por la sangre que él derramó, ustedes que antes estaban lejos están cerca” Efesios 2:13,14.
Reconciliación es la expresión del corazón y amor de Dios hacia aquellos que han sido o están enajenados. La reconciliación bíblica es más significativa que la unificación humanista y más poderosa que una igualdad política. Reconciliación significa que permitimos a Dios que reemplace nuestros prejuicios personales con su perspectiva. Soy llamado a aceptar los valores esenciales de cada creyente, entendiendo que nos necesitamos unos a otros para estar completos.
Hoy quiero moverme en ese sentir de reconciliación, comprendiendo que ya Dios se ha reconciliado conmigo a través de Jesucristo.
La reconciliación demanda acercarnos en nuestra pobreza común, debilidades y pecado, de manera que recibamos las riquezas, fuerza y gracia de Dios. Nuestra unidad y trabajo común con otros son el testimonio del poder de Jesucristo para romper divisiones y propagar su evangelio. Debido a que Dios me ha reconciliado hacia sí mismo a través de Jesucristo, puedo reconciliarme entonces con los que están a mi alrededor, sin tomar en cuenta sus ofensas hacia mi. La reconciliación comienza al conocernos, se mueve hacía la amistad y termina restaurando la hermandad en Cristo. Es hermoso vivir en paz y unidos en la hermandad de Jesús.
Reconciliación es el compartir de la hermandad de la misma forma en que los combatientes pelean juntos. Reconciliación es el compartir de nuestra salvación, experimentando nuestro amor y lucha contra nuestro común enemigo. El objetivo de la reconciliación incluye a creyente y a no creyentes, al hombre consigo mismo, al hermano con el hermano, al hombre con la mujer, al esposo con la esposa, al padre con los hijos, a la iglesia con la iglesia y a los líderes con los líderes. Este es el día para pensar en reconciliación y aún para ir más allá…hacia la reconciliación misma, por que la Biblia dice que ahora estamos unidos con Cristo por la sangre que él derramó y fue sangre de reconciliación.
Señor, gracias por darme la reconciliación. Cuando por mis pecados yo estaba separado, llegaste a mi vida para envolverme en tu perdón. Hoy, quiero vivir en esa recopilación . Amén.

EL MADERO

El retorcido sauce mantuvo su vigilia en nuestro patio durante más de 20 años. Proveyó sombra a nuestros cuatro hijos mientras jugaban en el patio, y albergue a las ardillas del vecindario.
Pero cuando llegó la primavera y el árbol no despertó de su sueño invernal, había llegado la hora de derribarlo.
Trabajé en ese árbol durante una semana todos los días, primero para tumbarlo y luego para cortar dos décadas de crecimiento en pedazos manejables. Me dio mucho tiempo para pensar en los árboles.
Pensé en el primer árbol, en el que colgaba el fruto prohibido que Adán y Eva no pudieron resistir. (Génesis 3:6). Dios usó ese árbol para probar su lealtad y confianza. Luego está el árbol del Salmo 1, el cual nos recuerda el fruto de una vida piadosa. Y en Proverbios 3:18, la sabiduría es personificada como árbol de vida.
Pero el más importante es un árbol transplantado: la tosca cruz del Calvario que fue hecha de un árbol robusto. Allí nuestro Salvador prendió entre el cielo y la tierra para llevar sobre sus hombros todos los pecados de todas las generaciones. Se destaca por encima de todos los árboles como símbolo de amor, sacrificio y salvación.
En el Calvario, el Hijo unigénito de Dios sufrió una muerte horrible en una cruz. Ese es el árbol de vida para nosotros.
La cruz de Cristo revela lo peor del pecado del hombre, y lo mejor del amor de Dios.

1 Pedro 2:24…llevó él mismo nuestros pecados en su cuerpo sobre el madero…

LA HISTORIA DE OKELO,NUESTRA HISTORIA

Lectura: Lucas 5:12-16
Entonces, extendiendo [Jesús] la mano, le tocó [al leproso]. —Lucas 5:13
Mi amiga Roxana ha tenido algunos empleos impresionantes en su vida. Ha cubierto las Olimpiadas como periodista. Ha trabajado en Washington, D.C., para personas y compañías de renombre. Durante años, ha escrito artículos sobre atletas cristianos de primerísimo nivel. Pero ninguno de esos empleos pueden compararse con lo que está haciendo ahora: dándole el amor de Jesús a los niños de Uganda.
¿Cómo son sus días? Vamos a pensar en un jueves lluvioso cuando caminó por la senda llena de lodo hacia un pabellón de enfermos de cáncer. Una vez dentro, levantó en brazos al pequeño Okelo, cuyos brazos estaban llenos de llagas por causa de una mala atención y estaba ardiendo en fiebre. Lo llevó al consultorio del único oncólogo del edificio y se quedó con él hasta que recibiera ayuda y su condición se estabilizara.
Jesús, nuestro ejemplo, pasó todo Su ministerio entre los que sufrían, sanándoles y trayéndoles las buenas nuevas del amor de Dios (Lucas 7:21-22).
¿Cuán significativos son nuestros empleos? Cierto, son vitales para ganarnos la vida y sustentarnos a nosotros mismos y a nuestras familias. ¿Pero hay algo que podamos hacer para ayudar a aliviar el sufrimiento en nuestro mundo de dolor? Puede que no podamos mudarnos a Uganda como Roxana, pero todos podemos encontrar maneras de ayudar a alguien. ¿En la vida de quién marcarás una diferencia?
Una medida de nuestra semejanza a Cristo es nuestra sensibilidad al sufrimiento de los demás.

jueves, 19 de febrero de 2009

HOY..ME ACORDARE DE QUIENES FUERON MIS PASTORES

“Acuérdense de quienes los han dirigido y les han anunciado el mensaje de Dios; mediten en como han terminado sus vidas, y sigan el ejemplo de su fe. Jesucristo es el mismo ayer, hoy y siempre. Hebreos 13,7,8
Hoy estoy convencido de que soy el producto de la vida de otros. Mayormente en lo que se refiere a mi vida cristiana, no soy un producto hecho en sí mismo, sino que otros han dedicado tiempo, esfuerzo y vida en mi persona. La Palabra de Dios me exhorta a no olvidarme de aquellos que en el pasado han sido mis líderes espirituales.
Tres imperativos se encuentran este pasaje, el primero es acuérdense, el segundo es mediten y el tercero sigan. Necesito hoy hacer un alto en mi vida para acordarme de aquellos que me marcaron el camino. Y para que me acuerdo? Necesito acordarme de ellos, primero que nada para orar por ellos y en segundo lugar para enviarles demostración de mi amor y amistad, ya sea enviándoles una carta o una tarjeta con las palabras de agradecimiento por lo que ellos hicieron conmigo.
En segundo lugar, luego de acordarme de ellos necesito meditar en como ellos han terminado sus vidas. Se que lo más importante no es como ellos empezaron, sino como han terminado. Son muchos los que empiezan pero pocos los que terminan bien. Si alguno de los que sembró en mi vida semillas de fe y confianza, ha terminado bien a lo largo de su carrera, necesito entonces meditar porque sin duda hay mucho para prender de su caminar y por último, necesito seguir el ejemplo de su fe. Cuando medito en el caminar de ellos entonces encontraré muchos valores para incorporar a mi vida.
El versículo 8 parece que no tuviera conexión con el 7. Pero si lo tiene, el verso 7 me dice que me acuerde de mis pastores, que medite en como han terminado y que siga el ejemplo de su fe y el 8 me dice que Jesucristo es el mismo ayer, hoy y siempre y en esto encuentre que si mis líderes han sido instrumentos de Dios y han terminado bien y su fe es digna de imitar ha sido por Jesucristo quién no cambia, pero que el mismo Jesús de ellos es el mismo a quien amo y sirvo y por ello eso me da seguridad que Dios hará lo mismo conmigo y podré un día ser recordado, e imitado por aquellos a quienes hoy me estoy dando.
En este tiempo de crisis de liderazgo, Dios me llama primero a acordarme de los que me guiaron cuando yo comenzaba y en segundo lugar en ser un guía para los que hoy están dando sus primeros pasos en la fe.

Señor, gracias por tus bondades. Gracias por aquellas personas que un día dieron de tiempo, de su amor, de sus vidas y de sus recursos para ayudarme en la fe. Hoy oro por ellos y te pido que los ayudes en momentos difíciles. Hoy quiero meditar en como ellos terminaron sus vidas y quiero imitar la fe de ellos.
Porque tu eres el mismo ayer, hoy y por siempre es que puedo descansar en ti. Si a ellos los ayudaste, eso me asegura que a mi me ayudaras, porque tu no has cambiado.
Amén.

CONFIA EN MI

Una vez se estaba incendiando un edificio de 9 pisos en el centro de una ciudad muy importante. Las personas del edificio al enterarse de que el edificio estaba en llamas rápidamente salieron de sus apartamentos, a excepción de un niño de 8 años de edad que dormía en el octavo piso, pues su papá había salido a comprar y su mamá estaba de viaje.
El fuego crecía cada vez más e iba subiendo piso por piso. Los bomberos intentaban apagarlo, sus esfuerzos eran cada vez imposibles El edificio estaba totalmente en llamas y los bomberos pidieron refuerzos a otras unidades de la ciudad.
El drama aumentó cuando los bomberos se dieron cuenta que había un niño en el octavo piso y el fuego crecía, iba ya por el quinto piso. De repente aparece el padre del niño preocupado por el niño, viendo este cuadro, los bomberos hacen un último intento, pero las escaleras no podían llegar hasta las paredes del edificio por haber fuego en todas ellas, entonces se escucha los llantos del niño, gritando - ¡Papi! ¡Tengo miedo!
El padre lo escucha y llorando le dice: - ¡Hijo! No tengas miedo yo estoy aquí abajo, No tengas miedo. Pero el niño no lograba verlo:- Papi no te veo, solo veo humo y fuego.
Pero el padre sabe que está ahí en la ventana porque el fuego lo ilumina.- Pero yo sí te veo, hijo.
- Hijo, ¿sabes qué debes de hacer?. Tírate, que aquí te agarramos todos los que estamos abajo, ¡TÍRATE!El hijo le dice: - Pero yo no te veo.El Padre contesta. - Sabes cómo lo debes de hacer, cierra los ojos y lánzate! El niño dice: - Papi no te veo, pero allá voy!Y cuando el niño se lanzó abajo, lo rescataron.
Entonces el Padre lo abraza, llora con el hijo, juntos pero muy contentos.
El hijo comprende que hay veces que al Padre no se le ve pero sus palabras son suficientes para confiar en él.
Así es nuestra vida, muchas veces hay muchos incendios, sentimos problemas parecidos a este niño y nuestro padre DIOS nos dice: ¡¡TÍRATE!! CONFÍA EN MÍ, y nosotros tenemos que lanzarnos aunque no veamos nada, ni sintamos nada, con FE tienes que salir adelante. ¡Porque sólo su palabra nos basta!

Mateo 28:20… He aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo. Amén.
Hebreos. 13:5… Yo nunca te abandonaré ni te desampararé.
Salmos 94:22… Mas el Señor me ha sido por refugio, Y mi Dios por roca de mi confianza.
Proverbios 14:26… En el temor de Dios está la fuerte confianza; Y esperanza tendrán sus hijos.

ESPERANDO LA COSECHA

Lectura: Marcos 4:26-29
Primero hierba, luego espiga, después grano lleno... la siega ha llegado. —Marcos 4:28-29
En el libro What’s Gone Wrong With the Harvest? (¿Qué salió mal en la cosecha?), James Engel y Wilbert Norton ilustran en un gráfico cómo a menudo las personas pasan por una serie de etapas de pre-conversión antes de cruzar la línea de fe y recibir a Jesús como su Salvador.
Cuando escuchamos a las personas compartir su experiencia de conversión, puede que nos parezca que la fe se dio de inmediato. Pero su salvación frecuentemente conlleva una historia de trasfondo ampliado de peregrinaje espiritual antes de que tomaran esa decisión. Necesitaron tiempo para reflexionar en el Evangelio. Para ellos, llegar al Salvador fue un proceso.
Esto es similar al proceso de la agricultura: los meses de espera llegan a su fin y los obreros entran a raudales a los campos para ayudar con la cosecha. Una de las parábolas de nuestro Señor ilustra cómo la fe —al igual que un cultivo— necesita tiempo para desarrollarse. Responder al Evangelio es como una semilla que crece «primero hierba, luego espiga, después grano lleno», hasta que, finalmente «la siega ha llegado» (Marcos 4:28-29).
Debido a que puede que las personas necesiten tiempo y que se les exponga el Evangelio muchísimas veces antes de que estén listas para tomar una decisión, tenemos que ser sensibles en cuanto a dónde se encuentran ellas en su peregrinaje de fe. Mientras tanto, podemos cultivar el interés espiritual, orar por ellas ¡y esperar la cosecha!
Sembramos la semilla; Dios produce la cosecha.

miércoles, 18 de febrero de 2009

PRESENTACIÓN


También se presentado a Dios este niño llamado Eduart.

PESENTACIÓN


Este pasado domingo fue presentada ante Dios, esta niña tan guapa llamada Tatiana.

CAMINOS

Señor, ¿no me das la mano?
¿No ves? Me estoy hundiendo
en el cieno del pecado.

Llegué tarde, lo sé, me entretuve
por ese camino andando.
Camino, mejor caminos,
¡hay Señor, anduve tantos!

Anduve por aquel que parecia lucir,
lienzo de nubes de color blanco
y eran nubes de polvo, polvos sucios.
Los ojos de la carne me han engañado.

Caminé con pie firme en el otro,
altiva la cabeza, y encumbrado.
Pero cedio a mis pies todo el camino.
Era Señor, mi orgullo tan pesado,
y el otro iluminado por las velas, los lirios,
las liturgias y los cantos.

Cuando pasé por él, no hubo mas voces.
Las velas y los lirios se apagaron.
¡Como engañan los hombres, Señor mio!
¡Cuantos falsos caminos me indicaron!

Caminé lejos y conté mis pasos.
Miro a mis pies y estoy desalentado.
No moví un paso en este lodo inmundo.
¡Señor, Señor, estoy hundido en el pecado.

Y que será de mí cuando ya sienta
que el fango va subiendo despiadado,
me cubra el pecho y entre en mi garganta,
y se apague mi voz y el fin haya llegado.

¡Hay que será de mí, Señor, Señor!
¿Me escuchas?, perdido estoy
si no me das la mano. Quizas tampoco tú
sacarme puedas. Quizas soy yo que tarde
te he buscado.

¡Pero mira Señor, mira!, ¿no ves?
¿No ves mis ojos? Estan humedos.
¿Ves?, se han mojado. ¿Ves como golpean
aqui dentro? Mi corazón tambien está llorando.

¡Soy yo, Señor!, yo soy que me arrepiento,
del lodo en que yo mismo me he ensuciado,
de andar por los caminos que me han dicho,
de volverte la espalda Dios amado!

Te dije.... Te dije, Amado. ¿Ves Señor?
Te quiero, te dije Amado. ¿Ves Señor?
Te amo, y lo dije con voz que era un sollozo.
Lo dije de rodillas y temblando.

Quiero estar junto a ti, no quiero lodo.
Quiero tu firme amor, no quiero fango.
No tengo nada, ni me quedan fuerzas.
Mas viviré si tu me das la mano.

¡Señor, Señor! ¿no me respondes?
Mas presiento que ocurrira tal vez
algún milagro. Las lagrimas dejaron ya
mis ojos, mi corazón cesó con su quebranto.

¡Señor, Señor! ¿no me respondes?
Y parece como si un viento suave
y perfumado, acariciara con amor mi rostro.

¡¡Señor!! ¡Mira, Señor!, ya no hay mas barro!
Ya puedo caminar con paso firme.
Ya no se mueve el suelo con mis pasos.
Ya no hay lodo que ensucie mas mi vida.

Tú solo me sacaste de este fango.
¡Señor, me diste la mano! ¿no ves?
Jamás he de hundirme en el cieno del pecado.
Porque, limpiaste con sangre,
ese camino de barro.

EL REY Y EL MENDIGO

En unas tierras lejanas, existía un Rey muy sabio y bondadoso; cierto día el rey había salido a pasear por los jardines de su castillo, pero para su sorpresa, junto al camino estaba un mendigo que clamaba a fuerte voz misericordia, ya que tenía días sin comer y no poseía dinero para comprar.

El rey movido a misericordia se acercó a auxiliar a aquel mendigo, pero sabiamente le preguntó, qué tenía él para ofrecerle a su rey; el mendigo sorprendido notó que cargaba un saco de mazorcas que había recogido en el campo, y solamente sacó dos mazorcas de todas las que tenía, para dárselas al rey, pues pensaba que este no tendría necesidad de sus dádivas, pues era un rey y vivía cómodamente en el palacio, saciándose de los mejores manjares.

El Rey ante la actitud miserable del mendigo y para darle una lección por ser tan duro de corazón, mandó a sus sirvientes que le trajesen un saco de monedas de oro e igualmente sacó sólo dos monedas de oro y se las diò al mendigo.

La moraleja de esta historia nos hace reflexionar. “Si el mendigo le hubiese dado, mas mazorcas ò todo el saco de mazorcas al rey, hubiese recibido de la misma manera, mas monedas de oro ò todo el saco de monedas”

Así, nos pasa muchas veces en nuestra relación con Dios, pues el rey de esta historia se puede comparar al Rey de la plata y del oro, que es Dios Nuestro Padre, el cual exige a sus hijos dar de la misma manera que reciben; ya que muchas veces asistimos a la iglesia y nos duele sacar dádivas para Dios, y sólo damos “pequeñeces”, pues pensamos que Dios no necesita de nuestro dinero, y luego nos quejamos porque lo que nosotros recibimos no nos alcanza para nada, y terminamos insatisfechos por lo que Dios nos da; pero no debemos olvidar nunca una ley que Dios mismo dijo en su palabra, y que es la regla de oro de la bendición: “Dad y se os dará”.

Por eso, la próxima vez que vayas a darle algo a Dios, con tu diezmo, ofrenda, ò primicia, hazlo de todo corazón, dándole lo mejor a Dios, como hizo Abel, y Dios mismo mirará tu ofrenda con agrado, y te bendecirá de la misma forma.

“Por esto os digo: el que siembra escasamente, también segará escasamente; y el que siembra generosamente, generosamente también segará. Cada uno dé como propuso en su corazón: no con tristeza, ni por necesidad, porque Dios ama al dador alegre.”

I Corintios 9: 6 -7

Dad, y os será dado; medida buena, apretada, remecida y rebosante, vaciarán en vuestro regazo. Porque con la medida con que midáis, se os volverá a medir. Luc 6:38

Reflexión enviada por Julie Pauline.