domingo, 18 de enero de 2009

PROMESAS


Al recordar tus promesas

tus palabras tan dulces

haces que me sienta

volando entre las nubes.

Promesas que vienen

en el suave suspirar

de esta niña que tiene

sed y hambre de amar.

Amar lo que tú quieres,

que yo ame al caminar

por este mundo, que muere

sin amor y en soledad.

Tus promesas gloriosas

son un fresco manantial

a mi alma que rebosa

de tu paz y tu verdad.

Esa paz que no muere,

cuando oyen pronunciar

mis oídos, ¡Tus Palabras!

que jamás han de pasar.

Patricia J. Olivera Costilla

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