Lectura: 2 Timoteo 1:6-12
Porque no nos ha dado Dios espíritu de cobardía, sino de poder. —2 Timoteo 1:7
La valentía es algo que necesitamos si queremos realizar la obra de Dios. Eso es lo que dije cuando hablé en un servicio en una iglesia en Jamaica. Les dije a las personas que, según 2 Timoteo 1:7, Dios no nos dio un espíritu de cobardía sino de poder.
Un par de días después, estaba a 11 metros del agua, en el borde del Mar Caribe. ¿Debo saltar por el precipicio hacia las aguas allá abajo? Los adolescentes que estaban conmigo dijeron, «¡Sí!» La mayoría de ellos ya lo había hecho. Uno de ellos me dijo, «Sr. Branon, si usted no salta, no puede volver a predicar acerca de la valentía». Yo sabía que algunas veces lo valiente no es hacer lo que todos hacen. Pero esta vez salté.
La valentía puede ser un buen tema teórico, pero algunas veces necesitamos ayuda para ponerla en práctica. Como cristianos, hay muchas oportunidades saliendo de donde nos sentimos cómodos para servir a Dios. Cuando no tenemos valentía, necesitamos que se nos recuerde la promesa de Dios en 2 Timoteo, y necesitamos del aliento de los demás para dar el salto.
Tal vez tú necesites de alguien que te diga: Ofrécete de voluntario para ese trabajo en la iglesia —te necesitan. Sal a almorzar con tu compañero de trabajo para tratar asuntos de fe. O únete a ese grupo pequeño .
Sé valiente para Jesús. Algunas veces se requiere tan sólo de ese primer paso de valentía para servir a nuestro majestuoso Dios.
La valentía vendrá después de que la fe haya tomado la delantera.
Porque no nos ha dado Dios espíritu de cobardía, sino de poder. —2 Timoteo 1:7
La valentía es algo que necesitamos si queremos realizar la obra de Dios. Eso es lo que dije cuando hablé en un servicio en una iglesia en Jamaica. Les dije a las personas que, según 2 Timoteo 1:7, Dios no nos dio un espíritu de cobardía sino de poder.
Un par de días después, estaba a 11 metros del agua, en el borde del Mar Caribe. ¿Debo saltar por el precipicio hacia las aguas allá abajo? Los adolescentes que estaban conmigo dijeron, «¡Sí!» La mayoría de ellos ya lo había hecho. Uno de ellos me dijo, «Sr. Branon, si usted no salta, no puede volver a predicar acerca de la valentía». Yo sabía que algunas veces lo valiente no es hacer lo que todos hacen. Pero esta vez salté.
La valentía puede ser un buen tema teórico, pero algunas veces necesitamos ayuda para ponerla en práctica. Como cristianos, hay muchas oportunidades saliendo de donde nos sentimos cómodos para servir a Dios. Cuando no tenemos valentía, necesitamos que se nos recuerde la promesa de Dios en 2 Timoteo, y necesitamos del aliento de los demás para dar el salto.
Tal vez tú necesites de alguien que te diga: Ofrécete de voluntario para ese trabajo en la iglesia —te necesitan. Sal a almorzar con tu compañero de trabajo para tratar asuntos de fe. O únete a ese grupo pequeño .
Sé valiente para Jesús. Algunas veces se requiere tan sólo de ese primer paso de valentía para servir a nuestro majestuoso Dios.
La valentía vendrá después de que la fe haya tomado la delantera.
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