domingo, 8 de junio de 2008

Oh Señor, haz de mí un instrumento de tu paz; donde hay odio, haz que yo lleve el amor;
donde hay rencor, haz que yo lleve el perdón;
donde hay discordia, haz que yo lleve la unión;
donde hay duda, haz que yo lleve la fe;
donde hay error, haz que yo lleve la verdad;
donde hay desesperación, haz que yo lleve la esperanza;
donde hay tristeza, haz que yo lleve la alegría;
donde hay tinieblas, haz que yo lleve la luz.

Oh Maestro, haz que no busque tanto
el ser consolado, como el consolar;
el ser comprendido, como el comprender;
el ser amado, como el amar.
Porque es dando, como se recibe;
perdonando, como se es perdonado;
muriendo, como se resucita a Vida Eterna.

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