viernes, 4 de abril de 2008

SIEMPRE DE GUARDIA


Lectura: Salmo 34:1-18
Este pobre clamó, y el Señor le oyó, y lo salvó de todas sus angustias. --Salmo 34:6.
Si te sientes frustrado con el sistema del cuidado de la salud y deseas un médico personal que siempre esté en guardia, puedes tener uno: pagando. Dos médicos de Seattle están cobrando 20.000 dólares al año a los pacientes ricos por proporcionarle un cuidado primario de su salud. Van a las casas, ofrecen tratamiento personal sin prisa, y dicen que el servicio que proporcionan es igual a otros beneficios disponibles para las personas que tienen dinero. Sea lo que fuere que pensemos sobre la ética médica que hay en esto, es un nivel de cuidado que a la mayoría de nosotros nos gustaría tener si pudiéramos pagarlo.
Existe otro tipo de relación «de guardia» que no se puede comprar. De hecho, únicamente está disponible para aquellos que se consideran pobres y necesitados. Me refiero a la respuesta que no falla de Dios a sus hijos que claman pidiendo ayuda.
David dijo: «Busqué al Señor, y El me respondió, y me libró de todos mis temores» (Salmo 34:4). Además dijo: «Este pobre clamó, y el Señor le oyó, y lo salvó de todas sus angustias» (v.6).
A Jesús se le ha llamado «el Gran Médico». No está para hacer todo lo que le pidamos, pero sí está siempre «de guardia» para escuchar nuestras oraciones y darnos la liberación que necesitamos. ¡Qué aliento! «Los ojos del Señor están sobre los justos, y sus oídos atentos a su clamor» (v.15).EL GRAN MEDICO SIEMPRE ESTA DE GUARDIA

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