miércoles, 23 de abril de 2008

LA FELICIDAD DE NO DEPENDER

La historia se refiere a un individuo que se mudó de aldea, en la India, y se encontró con lo que allí llaman un sennyasi. Este es un mendicante errante, una persona que, tras haber alcanzado la iluminación, comprende que el mundo entero es su hogar, el cielo su techo y Dios su Padre, que cuidará de él. Entonces se traslada de un lugar al otro. Tal como tú y yo nos trasladaríamos de una habitación a otra de nuestro hogar.

Al encontrarse con el sennyasi, el aldeano dijo:-¡No lo puedo creer! Anoche soñé con usted. Soñé que el Señor me decía: "Mañana por la mañana abandonarás la aldea, hacia las once, y te encontrarás con este sennyasi errante", y aquí me encontré con usted."

-¿Qué más le dijo el Señor?-. Preguntó el sennyasi.

-Me dijo: "Si el hombre te diera lo valioso que posée, serás el hombre más rico del mundo".

Entonces el sennyasi revolvió en un pequeño zurrón que llevaba y dijo:
"¿Será esto lo que buscas?"
El aldeano no podía dar crédito a sus ojos, porque era un diamante, el diamante más grande del mundo.
-¿Me lo daría usted?

-Por supuesto, puede conservarlo; lo encontré en un bosque. Es para usted.

Tomando el diamante el hombre siguió su camino y se sentó bajo un árbol en las afueras de la aldea. Mirando el diamante ¡qué inmensa era su dicha! Como lo es la nuestra el día en que obtenemos algo que realmente deseamos.El aldeano en vez de ir a su hogar, se sentó bajo un árbol y permaneció todo el día sentado, sumido en meditación.Al caer la tarde, se dirigió al árbol bajo el cual estaba sentado el sennyasi, le devolvió a éste el diamante y dijo:
-¿Podría hacerme un favor?

-¿Cuál?- le pregunto el sennyasi.

-¿Podría darme la riqueza que le permite a usted deshacerse de esta piedra preciosa tan fácilmente?

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