Lectura: Salmo 122
Yo me alegré cuando me dijeron: Vamos a la casa del Señor. --Salmo 122:1.
El asistir a la iglesia es un privilegio. Entendemos que algunas personas no pueden asistir debido a problemas físicos u otras razones legítimas. Pero los que pueden estar en la iglesia deberían estar allí. Los cánticos, las oraciones, la comunión con los demás y la enseñanza de la Palabra de Dios son justo lo que necesitamos para la semana que tenemos por delante.
Un periódico de Tennessee informó que Ella Craig, de 81 años de edad, había asistido a la escuela dominical durante 20 años sin faltar un solo día. ¡Esos son 1.040 domingos! El artículo luego planteaba estas preguntas:
¿Es que la Sra. Craig nunca tiene visitas los domingos que le impidan ir a la iglesia?
¿Nunca le dan dolores de cabeza, ni gripe, ni ataques de nervios ni se siente cansada?
¿Nunca se va de viaje un fin de semana?
¿Nunca duerme hasta tarde un domingo en la mañana?
¿Nunca llueve ni nieva los domingos en la mañana?
¿Nunca nadie la ofende en la iglesia?
El artículo concluía preguntando: «¿Cuál es el problema de la Sra. Craig? ¿La respuesta? Ninguno. Pero si no estamos en la iglesia los domingos, cuando podríamos estar, algo anda mal en nosotros. Tenemos que aprender una lección de la Sra. Craig.
SEMANA TRAS SEMANA, LA GENTE DEJA DE IR A LA IGLESIA POR EXCUSAS DÉBILES.
Yo me alegré cuando me dijeron: Vamos a la casa del Señor. --Salmo 122:1.
El asistir a la iglesia es un privilegio. Entendemos que algunas personas no pueden asistir debido a problemas físicos u otras razones legítimas. Pero los que pueden estar en la iglesia deberían estar allí. Los cánticos, las oraciones, la comunión con los demás y la enseñanza de la Palabra de Dios son justo lo que necesitamos para la semana que tenemos por delante.
Un periódico de Tennessee informó que Ella Craig, de 81 años de edad, había asistido a la escuela dominical durante 20 años sin faltar un solo día. ¡Esos son 1.040 domingos! El artículo luego planteaba estas preguntas:
¿Es que la Sra. Craig nunca tiene visitas los domingos que le impidan ir a la iglesia?
¿Nunca le dan dolores de cabeza, ni gripe, ni ataques de nervios ni se siente cansada?
¿Nunca se va de viaje un fin de semana?
¿Nunca duerme hasta tarde un domingo en la mañana?
¿Nunca llueve ni nieva los domingos en la mañana?
¿Nunca nadie la ofende en la iglesia?
El artículo concluía preguntando: «¿Cuál es el problema de la Sra. Craig? ¿La respuesta? Ninguno. Pero si no estamos en la iglesia los domingos, cuando podríamos estar, algo anda mal en nosotros. Tenemos que aprender una lección de la Sra. Craig.
SEMANA TRAS SEMANA, LA GENTE DEJA DE IR A LA IGLESIA POR EXCUSAS DÉBILES.
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