Yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo. Mateo 28:20
Uno de mis primeros recuerdos de haber escuchado buena música fue cuando un cuarteto masculino ensayó en nuestra casa. Yo tenía unos diez años y le prestaba especial atención a mi papá, quien cantaba como primer tenor. Una de las canciones favoritas del cuarteto se titulaba, «Yo estoy con vosotros». Incluso a esa tierna edad, no sólo aprecié la música sino que «capté el mensaje».
Esas palabras de Jesús a Sus discípulos justo antes de Su ascensión —«Yo estoy con vosotros todos los días»— se hicieron preciosas para mí cuando el cuarteto cantó, «Bajo el sol, en la sombra, Yo estoy con vosotros dondequiera que vayáis».
Una de las primeras referencias a la constante presencia de Dios la hace Moisés en Deuteronomio 31:6-8, cuando le dio instrucciones a su sucesor en cuanto a guiar al pueblo de Dios a la «tierra de la promesa». Y el propio Josué escuchó la misma palabra del Señor: «Como estuve con Moisés, estaré contigo; no te dejaré, ni te desampararé» (Josué 1:5).
Esa promesa se repite en el Nuevo Testamento, donde el autor de Hebreos garantiza lo siguiente: «Él dijo: No te desampararé, ni te dejaré» (13:5).
Dondequiera que sea que te encuentres hoy, no estás solo. Si has colocado tu confianza en Jesús para tu salvación eterna, puedes tener la certeza de que Él nunca te dejará.
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