miércoles, 7 de abril de 2010

SIN NADA MAS QUE DIOS

Lectura: 2 Crónicas 20:3-17.
"No temáis ni os amedrentéis delante de esta multitud tan grande, porque no es vuestra la guerra, sino de Dios" 2 Crónicas 20:15
Un sabio maestro bíblico dijo una vez: «Tarde o temprano Dios colocará a personas autosuficientes en una posición donde no les quede otro recurso sino Él —sin fuerzas, sin respuestas, sin nada más que Él. Sin la ayuda de Dios se hunden».
Luego contó acerca de un hombre desesperado que le confesó a su pastor: «Mi vida está realmente yendo muy mal». «¿Cómo de mal?» inquirió el pastor. Enterrando la cabeza entre sus manos, gimió: «Le diré cómo de mal; Dios es todo lo que me queda». El rostro del pastor se iluminó. «¡Me alegra poder darte la seguridad y la tranquilidad de que una persona a la que no le queda nada más que Dios tiene más que suficiente para alcanzar la mayor victoria!»
En la lectura bíblica de hoy, el pueblo de Judá también estaba en problemas. Admitió su falta de poder y sabiduría para conquistar a sus enemigos. ¡Dios era todo lo que les quedaba! Pero el rey Josafat y el pueblo vieron esto como un motivo de esperanza y no de desesperación. «A ti volvemos nuestros ojos», Le declararon a Dios (2 Crónicas 20:12). Y su esperanza no quedó decepcionada cuando Él cumplió Su promesa: «No es vuestra la guerra, sino de Dios» (v. 15).
¿Te encuentras en una posición donde toda la autosuficiencia ha desaparecido? Al volver tus ojos al Señor y poner tu esperanza en Él, tienes la tranquilizadora promesa de Dios de que no necesitas nada más.
Cuando Dios es todo lo que tienes, tienes todo lo que necesitas.

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