Lectura: 1 Pedro 5:1-11.
"Sed sobrios, y velad; porque vuestro adversario el diablo, como león rugiente, anda alrededor buscando a quien devorar" 1 Pedro 5:8
Las Arenas Slapton se encuentran en las costas del sur de Inglaterra. Esta bella playa acarrea un trágico recuerdo de su pasado.
El 28 de abril de 1944, durante la Segunda Guerra Mundial, los soldados aliados se dedicaron a la Operación Tigre, un ejercicio de entrenamiento para desembarques anfibios de playa, como preparación para la invasión de Normandía conocida como el Día D. De repente aparecieron cañoneras enemigas y mataron a más de 700 soldados norteamericanos en un ataque sorpresa. Hoy, un monumento se levanta en las Arenas Slapton para conmemorar el sacrificio de esos jóvenes que murieron mientras entrenaban para la batalla pero que jamás pudieron entrar en el conflicto.
Esta tragedia es la metáfora de una advertencia al creyente en Cristo. Nosotros también estamos involucrados en el combate con un enemigo que es poderoso y engañoso. Esa es la razón por la que el apóstol Pedro advirtió: «Sed sobrios y velad; porque vuestro adversario el diablo, como león rugiente, anda alrededor buscando a quien devorar» (1 Pedro 5:8).
Al igual que los soldados de las Arenas Slapton, nos enfrentamos a un enemigo que desea nuestra perdición. Debemos estar alertas en el servicio a nuestro Rey. El llamado a ser efectivos en batalla (2 Timoteo 2:3-4) nos desafía a estar listos para los ataques sorpresa de nuestro enemigo espiritual —para que podamos resistir y servir un día más.
Los ardides de Satanás no pueden competir con el poder del Salvador.
"Sed sobrios, y velad; porque vuestro adversario el diablo, como león rugiente, anda alrededor buscando a quien devorar" 1 Pedro 5:8
Las Arenas Slapton se encuentran en las costas del sur de Inglaterra. Esta bella playa acarrea un trágico recuerdo de su pasado.
El 28 de abril de 1944, durante la Segunda Guerra Mundial, los soldados aliados se dedicaron a la Operación Tigre, un ejercicio de entrenamiento para desembarques anfibios de playa, como preparación para la invasión de Normandía conocida como el Día D. De repente aparecieron cañoneras enemigas y mataron a más de 700 soldados norteamericanos en un ataque sorpresa. Hoy, un monumento se levanta en las Arenas Slapton para conmemorar el sacrificio de esos jóvenes que murieron mientras entrenaban para la batalla pero que jamás pudieron entrar en el conflicto.
Esta tragedia es la metáfora de una advertencia al creyente en Cristo. Nosotros también estamos involucrados en el combate con un enemigo que es poderoso y engañoso. Esa es la razón por la que el apóstol Pedro advirtió: «Sed sobrios y velad; porque vuestro adversario el diablo, como león rugiente, anda alrededor buscando a quien devorar» (1 Pedro 5:8).
Al igual que los soldados de las Arenas Slapton, nos enfrentamos a un enemigo que desea nuestra perdición. Debemos estar alertas en el servicio a nuestro Rey. El llamado a ser efectivos en batalla (2 Timoteo 2:3-4) nos desafía a estar listos para los ataques sorpresa de nuestro enemigo espiritual —para que podamos resistir y servir un día más.
Los ardides de Satanás no pueden competir con el poder del Salvador.
No hay comentarios:
Publicar un comentario