Lectura: Mateo 15:1-9.
"Este pueblo de labios me honra; mas su corazón está lejos de mí" Mateo 15:8
El oyente que había llamado al programa de radio mencionó la palabra religión, así que el presentador del programa de entrevistas comenzó a despotricar contra los hipócritas. «No puedo soportar a los hipócritas religiosos —dijo—.Hablan acerca de religión, pero no son mejores que yo. Esa es la razón por la que no me gusta todo este asunto de la religión».
Este hombre no se había dado cuenta, pero estaba de acuerdo con Dios. Dios ha manifestado claramente que tampoco puede soportar la hipocresía. Pero es una ironía que algunas personas usen algo a lo que Dios se opone como una excusa para no buscarle a Él.
Jesús dijo esto acerca de la hipocresía: «Este pueblo de labios me honra; mas su corazón está lejos de mí. Pues en vano me honran, enseñando como doctrinas, mandamientos de hombres» (Mateo 15:8-9).
Notemos lo que Jesús les dijo a los que tal vez eran los más grandes hipócritas de Su tiempo, los fariseos. En Mateo 23, les llamó hipócritas —¡no una, ni dos, sino siete veces! Eran religiosos que hacían un gran espectáculo, pero Dios conocía sus corazones. El Señor sabía que estaban lejos de Él.
Los no cristianos que señalan la hipocresía en nosotros cuando la ven tienen toda la razón al hacerlo. Están de acuerdo con Dios, quien también la desprecia. Nuestra tarea es asegurarnos de que nuestras vidas honran a Aquel que merece nuestra total dedicación.
El diablo está satisfecho con dejarnos profesar el cristianismo siempre que no lo practiquemos.
"Este pueblo de labios me honra; mas su corazón está lejos de mí" Mateo 15:8
El oyente que había llamado al programa de radio mencionó la palabra religión, así que el presentador del programa de entrevistas comenzó a despotricar contra los hipócritas. «No puedo soportar a los hipócritas religiosos —dijo—.Hablan acerca de religión, pero no son mejores que yo. Esa es la razón por la que no me gusta todo este asunto de la religión».
Este hombre no se había dado cuenta, pero estaba de acuerdo con Dios. Dios ha manifestado claramente que tampoco puede soportar la hipocresía. Pero es una ironía que algunas personas usen algo a lo que Dios se opone como una excusa para no buscarle a Él.
Jesús dijo esto acerca de la hipocresía: «Este pueblo de labios me honra; mas su corazón está lejos de mí. Pues en vano me honran, enseñando como doctrinas, mandamientos de hombres» (Mateo 15:8-9).
Notemos lo que Jesús les dijo a los que tal vez eran los más grandes hipócritas de Su tiempo, los fariseos. En Mateo 23, les llamó hipócritas —¡no una, ni dos, sino siete veces! Eran religiosos que hacían un gran espectáculo, pero Dios conocía sus corazones. El Señor sabía que estaban lejos de Él.
Los no cristianos que señalan la hipocresía en nosotros cuando la ven tienen toda la razón al hacerlo. Están de acuerdo con Dios, quien también la desprecia. Nuestra tarea es asegurarnos de que nuestras vidas honran a Aquel que merece nuestra total dedicación.
El diablo está satisfecho con dejarnos profesar el cristianismo siempre que no lo practiquemos.
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