Lectura: Lucas 15:11-24.
"Todo esto habló Jesús por parábolas a la gente, y sin parábolas no les hablaba" Mateo 13:34
En su libro Teacher Man (Hombre Maestro), el ganador del premio Pulitzer, Frank McCourt, reflexiona sobre sus 30 años como maestro en la enseñanza secundaria de Nueva York. En sus clases de inglés y de redacción creativa hacía uso de varias técnicas, pero una que parecía emerger una y otra vez era el poder de una historia cautivante para captar la atención y fomentar el aprendizaje.
Este método de instrucción fue usado por el más grande de todos los Maestros: el Señor Jesucristo. El líder y erudito religioso Nicodemo le dijo a Jesús: «Sabemos que has venido de Dios como maestro» (Juan 3:2). Pero, cuando Jesús se dirigía a las multitudes que Le seguían, no recitaba las grandes verdades del Talmud. Más bien, hablaba con el estilo popular de un narrador de cuentos.
Las parábolas de Jesús perduran porque reflejan asuntos del corazón. Por medio de la historia del fariseo y el publicano (Lucas 18), aprendemos acerca de la gracia y el perdón de Dios. Y la historia del hijo pródigo (Lucas 15) muestra el amor de Dios para los pecadores arrepentidos.
Las parábolas inspiradas de Jesús nos enseñan acerca de Él y de la vida que quiere que llevemos. Nosotros también podemos usar nuestras propias historias de fe para mostrarles a los demás al Narrador de Cuentos y Maestro supremo, cuya propia vida es la más grande historia jamás contada.
Una buena manera de aprender la verdad de Dios es enseñársela a los demás.
"Todo esto habló Jesús por parábolas a la gente, y sin parábolas no les hablaba" Mateo 13:34
En su libro Teacher Man (Hombre Maestro), el ganador del premio Pulitzer, Frank McCourt, reflexiona sobre sus 30 años como maestro en la enseñanza secundaria de Nueva York. En sus clases de inglés y de redacción creativa hacía uso de varias técnicas, pero una que parecía emerger una y otra vez era el poder de una historia cautivante para captar la atención y fomentar el aprendizaje.
Este método de instrucción fue usado por el más grande de todos los Maestros: el Señor Jesucristo. El líder y erudito religioso Nicodemo le dijo a Jesús: «Sabemos que has venido de Dios como maestro» (Juan 3:2). Pero, cuando Jesús se dirigía a las multitudes que Le seguían, no recitaba las grandes verdades del Talmud. Más bien, hablaba con el estilo popular de un narrador de cuentos.
Las parábolas de Jesús perduran porque reflejan asuntos del corazón. Por medio de la historia del fariseo y el publicano (Lucas 18), aprendemos acerca de la gracia y el perdón de Dios. Y la historia del hijo pródigo (Lucas 15) muestra el amor de Dios para los pecadores arrepentidos.
Las parábolas inspiradas de Jesús nos enseñan acerca de Él y de la vida que quiere que llevemos. Nosotros también podemos usar nuestras propias historias de fe para mostrarles a los demás al Narrador de Cuentos y Maestro supremo, cuya propia vida es la más grande historia jamás contada.
Una buena manera de aprender la verdad de Dios es enseñársela a los demás.
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