Lectura: 1 Pedro 2:9-17.
"El corazón alegre hermosea el rostro" Proverbios 15:13
Cada mañana, Enrique, un cristiano, iba de camino a su oficina cantando una canción del musical Oklahoma, de Rodgers y Hammerstein: «¡Oh, qué bella mañana; oh qué bello día! ¡Tengo una linda sensación, todo me está saliendo bien!»
Pero una mañana se olvidó de cantar. Pronto Enrique notó que algo andaba mal en la oficina; todos a su alrededor parecían nerviosos. Cuando finalmente le preguntó a una compañera de trabajo qué pasaba, ella respondió: «¡No has cantado esta mañana y hemos pensado que estabas disgustado!»
Enrique se había hecho conocido por un espíritu tan alegre y positivo que sus compañeros de trabajo estaban seguros de que algo le pasaba esa mañana. Enrique no se había dado cuenta de cuán atentamente las personas le observaban y tomó la decisión de que de allí en adelante siempre vendría cantando al trabajo.
1 Pedro 2 nos recuerda que las personas están observando nuestras vidas (vv. 11-12). Para ser buenos representantes de Jesucristo, Pedro enseña que hemos de someternos a la autoridad, vivir una vida honorable, hacer buenas obras, dar honra a todas las personas y temer a Dios (vv. 12-17).
El testimonio de nuestras vidas puede darnos oportunidades para compartir las buenas nuevas de Jesús. Así que es posible que queramos preguntarnos: «¿Qué ven las personas en mí?»
¿Ven los demás a Jesús en ti?
"El corazón alegre hermosea el rostro" Proverbios 15:13
Cada mañana, Enrique, un cristiano, iba de camino a su oficina cantando una canción del musical Oklahoma, de Rodgers y Hammerstein: «¡Oh, qué bella mañana; oh qué bello día! ¡Tengo una linda sensación, todo me está saliendo bien!»
Pero una mañana se olvidó de cantar. Pronto Enrique notó que algo andaba mal en la oficina; todos a su alrededor parecían nerviosos. Cuando finalmente le preguntó a una compañera de trabajo qué pasaba, ella respondió: «¡No has cantado esta mañana y hemos pensado que estabas disgustado!»
Enrique se había hecho conocido por un espíritu tan alegre y positivo que sus compañeros de trabajo estaban seguros de que algo le pasaba esa mañana. Enrique no se había dado cuenta de cuán atentamente las personas le observaban y tomó la decisión de que de allí en adelante siempre vendría cantando al trabajo.
1 Pedro 2 nos recuerda que las personas están observando nuestras vidas (vv. 11-12). Para ser buenos representantes de Jesucristo, Pedro enseña que hemos de someternos a la autoridad, vivir una vida honorable, hacer buenas obras, dar honra a todas las personas y temer a Dios (vv. 12-17).
El testimonio de nuestras vidas puede darnos oportunidades para compartir las buenas nuevas de Jesús. Así que es posible que queramos preguntarnos: «¿Qué ven las personas en mí?»
¿Ven los demás a Jesús en ti?
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