Lectura: Éxodo 20:1-17.
"No tendrás dioses ajenos delante de mí" Éxodo 20:3
Las leyes de la vida son observaciones que parecen tener el peso de la experiencia detrás de ellas. Probablemente han oído ésta: «Si algo puede salir mal, seguro que saldrá». He aquí otra: «No se puede hacer tan sólo una cosa; todo tiene sus consecuencias».
Mi propia experiencia parece confirmar muchas de las leyes de la vida, pero la última es la que colgaría en mi pared como lema. Las elecciones equivocadas tienen sus consecuencias. Por ejemplo, si elegimos vivir para el placer, eso afectará a nuestros hijos, nietos y bisnietos (Éxodo 20:4-5). Si nos alejamos de Dios, puede que descubramos que nuestros hijos se nos han unido en ese caminar. Y posteriormente, aun cuando nos volvamos a Él, puede que ellos no lo hagan.
Pero también hay una buena noticia. La devoción al Señor también tiene sus consecuencias. Los hombres y las mujeres que viven con fe delante de Dios pueden tener una fuerte influencia sobre sus hijos y los hijos de sus hijos. Si viven una larga vida, pueden dar testimonio del efecto que su fe ha tenido sobre varias generaciones. ¡Qué satisfacción reciben las personas mayores al ver que su descendencia vive para Cristo!
Las leyes de la vida y la Biblia están de acuerdo en este punto: «Todo tiene sus consecuencias».
Las personas que siguen a Cristo guían a los demás en la dirección correcta.
"No tendrás dioses ajenos delante de mí" Éxodo 20:3
Las leyes de la vida son observaciones que parecen tener el peso de la experiencia detrás de ellas. Probablemente han oído ésta: «Si algo puede salir mal, seguro que saldrá». He aquí otra: «No se puede hacer tan sólo una cosa; todo tiene sus consecuencias».
Mi propia experiencia parece confirmar muchas de las leyes de la vida, pero la última es la que colgaría en mi pared como lema. Las elecciones equivocadas tienen sus consecuencias. Por ejemplo, si elegimos vivir para el placer, eso afectará a nuestros hijos, nietos y bisnietos (Éxodo 20:4-5). Si nos alejamos de Dios, puede que descubramos que nuestros hijos se nos han unido en ese caminar. Y posteriormente, aun cuando nos volvamos a Él, puede que ellos no lo hagan.
Pero también hay una buena noticia. La devoción al Señor también tiene sus consecuencias. Los hombres y las mujeres que viven con fe delante de Dios pueden tener una fuerte influencia sobre sus hijos y los hijos de sus hijos. Si viven una larga vida, pueden dar testimonio del efecto que su fe ha tenido sobre varias generaciones. ¡Qué satisfacción reciben las personas mayores al ver que su descendencia vive para Cristo!
Las leyes de la vida y la Biblia están de acuerdo en este punto: «Todo tiene sus consecuencias».
Las personas que siguen a Cristo guían a los demás en la dirección correcta.
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