Lectura: Mateo 5:38-42.
"Oísteis que fue dicho: Ojo por ojo, y diente por diente. Pero yo os digo: no resistáis al que es malo" Mateo 5:38-39
Cuando el Presidente de la Asociación del Premio Nóbel, Gunnar John, hizo su discurso de presentación para el Premio Nóbel de la Paz otorgado a Martin Luther King en 1964, citó a Jesús: «A cualquiera que te hiera en la mejilla, derecha, vuélvele también la otra» (Mateo 5:39). Según observó el Sr. John: «No fue debido a que dirigió a una minoría racial en su lucha por la igualdad que Martin Luther King ganó fama... [Su] nombre perdurará por la manera en que libró dicha lucha».
En 1955, Martin Luther King había dirigido un boicot pacífico de todo un año para protestar contra la segregación en los autobuses. Pagó un alto precio. Le pusieron bombas en su casa y a él mismo fue atacado y arrestado. Nunca tomó represalias. Al final, le asesinaron.
¡Qué opuesto es el pacífico ejemplo del Dr. King a mi naturaleza carnal! Yo quiero justicia ahora. Quiero retribución. Quiero que otros paguen por sus malas acciones, en especial cuando éstas van dirigidas a mí. Lo que no quiero es volver la otra mejilla e invitarlos a que me vuelvan a golpear.
Haddon Robinson comenta acerca de los estándares elevados que Jesús expuso en el Sermón del Monte (Mateo 5–7), llamándolos «metas... no ideales imposibles. [Jesús] quiere que Sus discípulos se esfuercen hacia estas metas para dominar un nuevo tipo de vida».
En medio de las injusticias de la vida, tengamos la valentía, la fe, y la fuerza para volver la otra mejilla.
Se requiere de verdadera fortaleza para negarse a tomar represalias.
"Oísteis que fue dicho: Ojo por ojo, y diente por diente. Pero yo os digo: no resistáis al que es malo" Mateo 5:38-39
Cuando el Presidente de la Asociación del Premio Nóbel, Gunnar John, hizo su discurso de presentación para el Premio Nóbel de la Paz otorgado a Martin Luther King en 1964, citó a Jesús: «A cualquiera que te hiera en la mejilla, derecha, vuélvele también la otra» (Mateo 5:39). Según observó el Sr. John: «No fue debido a que dirigió a una minoría racial en su lucha por la igualdad que Martin Luther King ganó fama... [Su] nombre perdurará por la manera en que libró dicha lucha».
En 1955, Martin Luther King había dirigido un boicot pacífico de todo un año para protestar contra la segregación en los autobuses. Pagó un alto precio. Le pusieron bombas en su casa y a él mismo fue atacado y arrestado. Nunca tomó represalias. Al final, le asesinaron.
¡Qué opuesto es el pacífico ejemplo del Dr. King a mi naturaleza carnal! Yo quiero justicia ahora. Quiero retribución. Quiero que otros paguen por sus malas acciones, en especial cuando éstas van dirigidas a mí. Lo que no quiero es volver la otra mejilla e invitarlos a que me vuelvan a golpear.
Haddon Robinson comenta acerca de los estándares elevados que Jesús expuso en el Sermón del Monte (Mateo 5–7), llamándolos «metas... no ideales imposibles. [Jesús] quiere que Sus discípulos se esfuercen hacia estas metas para dominar un nuevo tipo de vida».
En medio de las injusticias de la vida, tengamos la valentía, la fe, y la fuerza para volver la otra mejilla.
Se requiere de verdadera fortaleza para negarse a tomar represalias.
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