Como se aferra el náufrago al madero,
destruida su barca, en gran apuro
Sintiendo de la oleada el golpe duro,
así mi Cristo,asirme a ti yo quiero
Cada promesa tuya es un lucero
para orientarme sobre el mar oscuro,
de este mundo de pruebas, y al seguro
puerto de fe dar luz en el sendero.
Buen faro son tus justos mandamientos;
pasarán cielo y tierra,cual los vientos,
mas tu palabra,¡oh,fiel!,no ha de pasar.
Todo es posible para ti, DIOS mío;
Tú eres bueno y veraz, y yo confío
En que al que te ama no le has de faltar.
Rdo. Victor Urbino
No hay comentarios:
Publicar un comentario