viernes, 13 de noviembre de 2009

¿EN QUIEN CONFIARAS?

Lectura: Filipenses 3:1-11. “Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios” Efesios 2:8 Ayn Rand, una filósofa norteamericana que murió en 1982, reunió a un número considerable de seguidores que leían sus libros y asistían a sus conferencias. Esto era lo que tenía que decir como ávida individualista que era: «Ahora veo el rostro libre de dios y elevo a este dios por encima de toda la tierra, este dios que los hombres han buscado desde el inicio de su misma existencia, el dios que les concederá gozo y paz y orgullo. Este dios, esta sola palabra, yo». Cuando se le preguntaba si creía en Dios, ella respondía: «Este dios soy yo misma, yo». El egotismo -fe en uno mismo- eso era en lo que esta filósofa creía. El apóstol Pablo dio testimonio de una confianza que es exactamente opuesta a la que se ha depositado en quien no la merece -uno mismo. Él declaró: «Servimos a Dios y nos gloriamos en Cristo Jesús, no teniendo confianza en la carne» (Filipenses 3:3). Él puso su confianza únicamente en Jesucristo, quien es Dios encarnado, el verdadero Dios de amor y misericordia. Leemos en el libro de Efesios: «Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios» (2:8). ¿Estamos adoptando la filosofía del egotismo, que en realidad es una confianza que demostrará ser autodestructiva para la eternidad? ¿O, al igual que Pablo, hemos adoptado la gracia abnegada de Jesucristo? Somos salvos no por lo que hacemos, sino por confiar en lo que Cristo ha hecho.

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