Lectura: Mateo 5:21-26.
"Reconcíliate primero con tu hermano, y entonces ven y presenta tu ofrenda" Mateo 5:24
En el judaísmo, el día más santo del año es el Yom Kippur, el día de la expiación. Ese día, la nación busca el perdón de Dios por los pecados, tanto personales como nacionales.
Sin embargo, lo interesante es el día antes de Yom Kippur, conocido como Erev Yom Kippur. Representa la última oportunidad que tiene una persona de buscar el perdón de sus prójimos antes de que se inicie el Yom Kippur. Esto es importante porque, en el pensamiento judío, se debe buscar el perdón de las demás personas antes de pedir el perdón de Dios.
Hoy estamos llamados a hacer lo mismo. Jesús señaló que, a fin de adorarle con todo nuestro corazón, necesitamos primero resolver nuestros asuntos con los demás. En Mateo 5:23-24, Él dijo: «Por tanto, si traes tu ofrenda al altar, y allí te acuerdas de que tu hermano tiene algo contra ti, deja allí tu ofrenda delante del altar, y anda, reconcíliate primero con tu hermano, y entonces ven y presenta tu ofrenda».
Incluso en un asunto tan básico como nuestra ofrenda, la capacidad para adorar a Dios de verdad se ve obstaculizada por la realidad de las relaciones quebrantadas por nuestras malas acciones, malas actitudes y malas palabras.
Entonces, para que nuestra adoración pueda ser agradable y aceptable a Dios, hagamos todo esfuerzo por reconciliarnos unos con otros -hoy.
Si contra tu hermano has pecado, un muro entre tú y Dios has levantado.
"Reconcíliate primero con tu hermano, y entonces ven y presenta tu ofrenda" Mateo 5:24
En el judaísmo, el día más santo del año es el Yom Kippur, el día de la expiación. Ese día, la nación busca el perdón de Dios por los pecados, tanto personales como nacionales.
Sin embargo, lo interesante es el día antes de Yom Kippur, conocido como Erev Yom Kippur. Representa la última oportunidad que tiene una persona de buscar el perdón de sus prójimos antes de que se inicie el Yom Kippur. Esto es importante porque, en el pensamiento judío, se debe buscar el perdón de las demás personas antes de pedir el perdón de Dios.
Hoy estamos llamados a hacer lo mismo. Jesús señaló que, a fin de adorarle con todo nuestro corazón, necesitamos primero resolver nuestros asuntos con los demás. En Mateo 5:23-24, Él dijo: «Por tanto, si traes tu ofrenda al altar, y allí te acuerdas de que tu hermano tiene algo contra ti, deja allí tu ofrenda delante del altar, y anda, reconcíliate primero con tu hermano, y entonces ven y presenta tu ofrenda».
Incluso en un asunto tan básico como nuestra ofrenda, la capacidad para adorar a Dios de verdad se ve obstaculizada por la realidad de las relaciones quebrantadas por nuestras malas acciones, malas actitudes y malas palabras.
Entonces, para que nuestra adoración pueda ser agradable y aceptable a Dios, hagamos todo esfuerzo por reconciliarnos unos con otros -hoy.
Si contra tu hermano has pecado, un muro entre tú y Dios has levantado.
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